Los distribuidores se enfrentan a numerosos retos nuevos provocados por la pandemia, por las incipientes demandas de los clientes, por los nuevos valores de las marcas, por las exigencias de sostenibilidad y, como no, por la digitalización generalizada de la sociedad.Si a esto le sumamos la transformación de los modelos de negocio en toda la cadena de valor y las tecnologías disruptivas que han provocado la aparición de actores innovadores que luchan por una parte del pastel, la lucha por ser el más eficiente es una cuestión de supervivencia.
De todas las tecnologías maduras que pueden ayudarnos a dar respuestas a estos retos, la Inteligencia Artificial es probablemente la que tiene mayor impacto en un menor tiempo y con un coste más acotado en la cuenta de resultados de los distribuidores. Los modelos avanzados de IA nos ayudan a automatizar procesos clave y a la toma de decisiones a lo largo de toda la cadena de valor, de una forma eficiente, autónoma e inteligente. Estos modelos integran un volumen de data que ninguna tecnología anterior puede procesar, tienen la capacidad de aprender de las nuevas casuísticas, por lo tanto, tiene una autonomía muy relevante, no siendo necesario estar recalibrando los modelos o controlando el resultado de sus algoritmos constantemente.
Cuando los empresarios hacen la reflexión estratégica, ya sea internamente o apoyados por un experto en este campo, sobre cómo la IA puede ayudar a la compañía a ser más eficiente, los resultados son sorprendentes y, la mayoría de las compañías se preguntarán por qué no he empezado antes este camino.