Aunque el despilfarro de alimentos está bien documentado, las marcas deben comunicar a los consumidores que es exponencialmente peor que el despilfarro de envases, y cómo los envases pueden evitar el despilfarro de alimentos. El reto para las marcas es abordar los dos problemas a la vez, teniendo en cuenta estrategias de diseño como la resellabilidad, nuevos tamaños de porciones/envases y envases activos/inteligentes.

De hecho, aunque los consumidores crean que todos los envases son residuos, no se les está contando el papel que el envase puede jugar para reducir y eliminar el desperdicio de alimentos.

Componentes sencillos como los que permiten volver a sellar los envases en lugar de simplemente cerrarlos ayudan a mantener la frescura de los alimentos. La clave de su eficacia es la comunicación en el envase, que permite a los consumidores saber que esta función existe.

Aunque el envase debe “sorprender” a los consumidores en el punto de venta, la posibilidad de utilizar el mismo envase para el almacenamiento doméstico creauna propuesta de valor que permite hacer economías a los consumidores y reducir el desperdicio de alimentos.

En EE.UU., el film con base de cobre Lifespan de Amcor reduce el desarrollo de microorganismos, contribuyendo a aumentar la vida útil hasta un 250% y a reducir el desperdicio de alimentos. También en EE.UU., Dole Tropical Gold utiliza la piña entera, que envasa en una lata de acero 100% reciclable, lo que reduce su huella de carbono a 1,8 kg CO2e/kg según los cálculos de carboncloud.com. Mientras que en Suecia, Swedish Sour Milk [1], incluye gráficos en el envase con consejos sobre cómo reducir el desperdicio de alimentos.

Para sacar el máximo partido de la revolución tecnológica de la IA será necesario aunar las habilidades y las emociones humanas

En un mundo cada vez más dominado por los algoritmos, necesitaremos habilidades y emociones humanas para sacar el máximo partido de esta revolución tecnológica.

Coca-Cola ha decorado sus multipacks y latas de Zero Sugar Y3000 [2] con gráficos futuristas que encajan con su primer sabor de Coca-Cola del futuro en edición limitada.

Los gráficos lenticulares revelan una visión optimista de lo que está por venir, donde la humanidad y la tecnología están más conectadas que nunca. La bebida se ha creado en colaboración con la inteligencia artificial para acercar el sabor del mañana a los fans de Coca-Cola.

Los consumidores pueden escanear un código QR en el envase y echar un vistazo al futuro de la moda en las prendas AW23 de Ambush inspiradas en la tecnología.

Hay que educar a los consumidores sobre el almacenamiento

Una fecha de caducidad clara es la información más importante que buscan los consumidores en el envase: más de la mitad (56%) de los consumidores estadounidenses busca siempre la fecha de caducidad, y otro 27% lo hace a menudo.

Sin embargo, las marcas deben centrarse en educar a los consumidores sobre cómo almacenar los productos y preservar su frescura para evitar el desperdicio. Más de cuatro de cada diez (44% ) comercios brasileños sitúan esta cuestión entre sus cinco principales necesidades de información en el envase. Por ejemplo, en Suecia, Fazer Round Oat Bread [3] ofrece instrucciones que dicen que se recomienda congelar el pan y utilizarlo, minimizando el desperdicio y ampliando la fecha de caducidad. Mientras que en Brasil, Sadia Orgânico Mid Joint Wings [4] incluye instrucciones de conservación según la temperatura, el lugar de almacenamiento y si el envase está cerrado o ya ha sido abierto.

Ayudar a los mayores con los envases

La demanda de alimentos y bebidas adaptados a los consumidores de más edad es cada vez mayor, ya sea para apoyar su salud física y mental o para satisfacer necesidades dietéticas especiales.El envase desempeña un papel crucial en las decisiones de compra de alimentos y bebidas. Un producto “normal” que no plantea problemas a muchos consumidores a la hora de comer o beber puede no resultar atractivo para las personas mayores. Por ejemplo, a uno de cada diez consumidores japoneses mayores de 60 años le resulta difícil abrir alimentos envasados, latas y tarros.

Las marcas deberían considerar la posibilidad de ofrecer envases fáciles de usar, como los que se abren fácilmente, y utilizar tipos de letra y colores fáciles de leer. Por ejemplo, a la hora de comprar chicles o caramelos de menta, las personas mayores de EE.UU. tienden a asociar la comodidad con los envases que se pueden volver a cerrar (botes o bolsas de plástico) o latas, pero muchas marcas no ofrecen productos que satisfagan esta necesidad, lo que sugiere que están perdiendo una oportunidad de llegar a los consumidores de más edad.

En el Reino Unido, las salsas de mesa Ocean Spray [5] cuentan desde hace tiempo con tapas “Easy Open” (fácil apertura), una propuesta que también aparece destacada en el borde de las tapas. El fabricante de la mermelada de naranja de Sevilla de corte grueso, F. Duerr & Sons [6], también presenta tapas de apertura fácil en toda su “gama Artists” de mermeladas y confituras. Estas gamas están marcando la pauta para el mercado en general y para los tarros de vidrio en general, incluidas categorías como las salsas para cocinar y las verduras en escabeche.