Campofrío Food Group ha comenzado a encauzar el futuro de la fábrica burgalesa de 'La Bureba' calcinada la pasada semana y, principalmente, de los casi 900 trabajadores que hasta la fecha empleaba en dichas instalaciones. Tras anunciar su intención de reactivar la producción cuanto antes con la inminente construcción de una nueva planta, la industria cárnica ha presentado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para prácticamente la totalidad de la plantilla. Pese al proceso, la empresa ha afirmado que la regulación prevista no supondrá la extinción de ninguno de los contratos actuales.
Por el momento, fuera del expediente temporal quedan unos 120 trabajadores de la fábrica afectada en el siniestro, sobre un total de 891 empleados, número que Campofrío espera aumentar en los próximos días. A éstos, se suman los 50 empleados de la nave dedicada a la producción de jamones, antiguas instalaciones de Jamones Burgaleses, que esperan poder retomar la actividad en cuanto concluyan los trabajos de extinción, al encontrarse en el mismo recinto industrial burgalés, aunque, en principio, no estarían afectadas por el incendio. De hecho, según afirman desde la empresa, "en cuanto se restablezca la alimentación energética se podrá volver a trabajar".
Fuentes de Campofrío han confirmado disponer "ya de una batería de más de diez medidas para minimizar el impacto en las personas afectadas, que plantearemos en los próximos días a los representantes de los trabajadores". Además, siguen concretanto las ayudas ofrecidas por la Administración y, por ejemplo, ha tenido lugar una reunión entre la dirección y la ministra de Trabajo, Fátima Báñez.
Reconstrucción total
Aunque de momento no se ha concretado una fecha para la reapertura de las instalaciones, todo parece indicar que será a partir del ejercicio 2016 cuando se podría reactivar la actividad, a tenor de los plazos estipulados para la construcción de una planta de las dimensiones de la incendiada. La planta afectada en el siniestro se dedicaba a la producción de cocidos, fiambres, embutidos curados, y loncheados cárnicos -tanto curados como cocidos-. Contaba con una superficie de 40.000 m2 y capacidad de producción superior a las 60.000 t de producto al año, además de estar homologada para exportación a Japón, Argentina, Corea del Sur, Brasil; y Estados Unidos y Cánada para embutidos curados.
En Burgos capital también se encuentra el matadero de la filial Carnes Selectas, dedicada al sacrificio de porcino, carne fresca y fileteados. Estas instalaciones procesan alrededor de 160.000 t al año, un 30% destinado a consumo propio del grupo Campofrío y el restante 70% dividido entre exportaciones, otras industrias cárnicas y distribución moderna -dentro de éstas, unas 7.000 t serían elaborados frescos de porcino, sin incluir embarquetados-. Carnes Selectas, localizada en el polígono de Villalonquéjar, emplea a más de 500 trabajadores.
