La cadena de supermercados Lidl ha vuelto a firmar otro año exitoso, tras aumentar un 9,4% sus ventas el pasado ejercicio (cerrado a 28 de febrero de 2017) y disparar su facturación hasta los 3.335 M€. Aunque este crecimiento se sitúa por debajo del 12,4% alcanzado en 2015, ha sido uno de los mejores registros de la cadena en España, que ya se sitúa como la quinta compañía del sector de gran consumo que más vende con una cuota de mercado del 4,1% en valor, según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Además, la filial de la firma alemana ha elevado en 0,2 puntos su participación (hasta el 4,3%) en este primer trimestre del año. Datos que consolidan a la enseña como destino de compras cada vez más diversas, con 3,5 M de clientes.

La clave de este crecimiento ha sido el producto fresco, cuyo surtido incrementó un 11,8% en el último año y que le ha servido para aumentar la frecuencia de compra de sus clientes, según ha señalado Miguel Paradela, director general de compras de Lidl España. El surtido de perecederos ya supone a día de hoy más del 30% del volumen total de negocio de la compañía.

Además, Lidl sustenta sus buenos resultados en "una estrategia orientada al cliente, un surtido corto optimizado y una obsesión por la eficiencia. Todo ello sin dejar de tener el foco puesto en el liderazgo en precios, cuya máxima se traduce en ofrecer la mejor calidad al mejor precio", ha explicado su director general financiero, Ferrán Figueras. Lidl consigue este objetivo a través del volumen de compras agregadas, que le permite obtener sinergias gracias a un surtido de 1.900 referencias -en un 90% con marca de distribuidor-. En los últimos cinco años, este surtido se ha incrementado en unas 600 referencias, dando entrada a más producto fresco, bio o local, en respuesta de las nuevas demandas del consumidor.

La compañía también ha respaldado este crecimiento con un gran esfuerzo inversor. En 2016, ejecutó otra cifra récord de 368 M€, lo que eleva el desembolso total del grupo en España a 2.600 M desde su llegada en 1994. Esta inversión fue principalmente destinada a dar continuidad a su proceso de regeneración comercial y a una expansión sostenible, que ha acompasado la evolución de su modelo de negocio, dando paso a una cuarta generación de supermercados, cuyo máximo exponente es su tienda de Coslada (Madrid). El pasado año, la cadena estrenó 39 supermercados en su mayoría fruto de reformas de centros existentes y traslados de tiendas a nuevas ubicaciones, por lo que su saldo neto de aperturas únicamente se cifró en cinco unidades. A pesar de ello, Lidl incrementó en 30.000 m2 su planta comercial, hasta los 560.000 m2 que reúnen sus 540 puntos de venta en la actualidad.

Asimismo, el grupo contempla para 2017 una inversión superior a los 300 M y una cifra similar de aperturas, entre 30 y 40 nuevas tiendas. Con buena parte de su entramado comercial ya renovado y con menos de un 5% de tiendas antiguas, todo apunta a que la cadena podría comenzar a crecer en número de establecimientos a medio plazo. "Nuestro techo de crecimiento en España es de entre 800 y 850 tiendas a un ritmo de unas 30 o 40 aperturas anuales, aunque no tenemos fecha para alcanzarlo", ha señalado Ferrán Figueras, quien también ha indicado que este crecimiento irá acompañado de un aumento de sus plataformas logísticas. En este sentido, la compañía proyecta la construcción de nuevos complejos en Cheste (Valencia) y Martorell (Barcelona), que se unirán a la finalización de la segunda fase de su nuevo centro en Alcalá de Henares (Madrid), inaugurado en 2016 y que se configura como el más grande y sostenible del grupo en Europa.

Lidl incrementó un 7% las compras a proveedores españoles

Otros datos que muestran la apuesta de Lidl por España son sus compras a proveedores nacionales. En 2016, compró por valor de 3.200 M€ (un 7% más), de los cuales 1.700 M€ se destinaron a la exportación a las 10.000 tiendas que el grupo tiene en Europa. En la actualidad, la compañía trabaja con 650 proveedores nacionales, un 8% más con respecto a 2015. De igual modo, Lidl aumentó el pasado año un 16% sus compras de frutas y verduras, hasta 1,4 M de toneladas, lo que supone el 7% del total de la producción española, en base a los datos del Mapama. En la actualidad, más del 70% del surtido de Lidl es español, el doble que en 2008, lo cual también va ligado a la mayor regionalización de su oferta.