El proyecto para establecer unas normas que permitieran la creación de una nueva categoría de vino ecológico no ha logrado el consenso esperado entre los países miembros de la Unión Europea (principalmente por las diferencias en relación al contenido en sulfitos de este vino), por lo que ha sido retirado. Por ello, continuará vigente, al menos durante la campaña 2010/2011, la fórmula que permite denominarlo únicamente como “vino obtenido a partir de uvas procedentes de cultivo ecológico”. Este indudable fracaso ha causado malestar en el sector, que entiende la necesidad de armonizar las normas de los diferentes países europeos al respecto, más aún en un momento de ascenso de la demanda de este tipo de producto.
Según un estudio presentado por la empresa internacional de certificación Letis (publicado en agosto de 2010) el consumo mundial de vino ecológico mantiene su crecimiento, a pesar de la crisis, con cifras nada desdeñables: entre un 5% y un 15% en el caso de Europa (Suecia, el país en el que más ha crecido, con un 18%; Italia, con un 7%; y Francia, con un 5%, por ejemplo, mientras que Reino Unido es de los pocos donde el consumo se ha reducido, un 12%); un 20% de ascenso en Canadá (el mercado que se define como “con más potencial”) y un 5% en EE.UU.
Moda ecológica también en vino
En un contexto de preocupación social por el medioambiente, por la salud y por los productos naturales, se pone de relieve el gran valor ecológico de los viñedos, en relación a la conservación de los suelos, la lucha contra la desertización y la fijación de la población rural. En este sentido, la Federación Española del Vino (FEV) creó en 2009 un grupo de trabajo sobre medio ambiente e innovación para estudiar las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de las bodegas españolas.
Da idea de la importancia creciente de este tipo de vinos el que se haya celebrado este 2010 la primera Feria Internacional de Vinos Ecológicos (FIVE). En esta edición estuvieron presentes bodegas de producción ecológica de España, Portugal y Francia. Según la organización de este evento, la Península Ibérica es la región con mayor superficie de cultivo ecológico de Europa, si bien esta producción es destinada en un 90% a la exportación. La misma fuente, con datos del MARM, señala que desde 2001 el número de bodegas y embotelladoras de “vino obtenido a partir de uvas procedentes de cultivo ecológico” ha tenido una evolución ascendente, al pasar de 135 bodegas ese año a 351 en 2008.
Las regiones que experimentaron ascensos más destacados fueron Cataluña (de 14 bodegas a 63 en el mismo periodo), Castilla La Mancha (de 18 a 49) y La Rioja (de 17 a 34 bodegas). Mientras, en términos de superficie, lidera Castilla-La Mancha (14.206 h, frente a las menos de 1.500 ha de siete años antes), seguida de Murcia (5.400 h). El Consejo Catalán de Producción Agraria Ecológica (CCPAE) ha hecho públicos unos datos adicionales de esta Comunidad Autónoma, que señalan un incremento, a septiembre de 2010, hasta las 83 bodegas y las 4.012 h de viñedo ecológico, por lo que se percibe su importancia creciente.
Presente en casi todas las regiones
Como muestra, en estos últimos años han sido numerosas las bodegas españolas, de diferentes zonas vitivinícolas, que han presentado vinos ecológicos, normalmente como complemento a su línea convencional: ‘E.K.O.’, de Bodegas Murviedro, en la DO Jumilla; ‘Langa Trilogía Ecológico’, de la bodega familiar Langa Hermanos, en la DO Calatayud; ‘Otis Tarda’, acogido a la mención Rioja y elaborado por Bodegas Navarioja; y el vino de Somontano ‘Montesierra Ecológico’, de Bodegas Pirineos, entre muchos otros.
Además, hay bodegas que han hecho una apuesta aún más fuerte por este producto, la mayoría animadas por el anuncio de que la nueva OCM del vino iba a tratar como tema prioritario la reglamentación de los vinos ecológicos. Entre los proyectos destacados podemos mencionar el de Mata Casanovas, cuya producción de cava será en su totalidad ecológica en 2012; el de Finca Viladellops, que tiene en marcha un proceso de transformación del viñedo, para conseguir la calificación de ecológicos para sus vinos; el de Bodegas y Viñedos Alnardo (propiedad del afamado enólogo Peter Sisseck), que está destinando unos 3 M€ a la puesta en marcha de una bodega para vinos ecológicos en Valbuena de Duero (Valladolid); el de Bodegas Santalba (que además ha presentado “el primer vino con un alto contenido en resveratrol obtenido de forma natural); y el de Bodegas Beronia, propiedad del grupo González Byass, que está invirtiendo anualmente en torno a 500.000 € para adaptar la bodega y los viñedos a criterios de ecosostenibilidad.
No obstante, si hay un grupo vitivinícola comprometido con el medio ambiente, ese es Miguel Torres (primera bodega española que aparece en la ‘Green List’). Sus proyectos para reducir las emisiones de CO2 tienen un nombre: ‘Programa Torres Green’ (www.torresgreen.com) y un presupuesto superior a los 50 M€. Si bien, el lanzamiento de su primer vino ecológico español ha sido reciente, concretamente el pasado verano, bajo la enseña ‘Nerola’ (DO Catalunya).