La introducción de la inteligencia artificial y el uso de algoritmos que analizan el comportamiento humano en espacios físicos prometen darle una segunda vida a esas cámaras que hoy vigilan en los supermercados que nadie se esconda bajo el abrigo algo que no es suyo. ¿Y si la decena de cámaras con que cuentan cada una de las más de 1.600 tiendas de Mercadona se pudiesen utilizar para trazar perfiles de consumidores y predicciones de comportamiento?, ¿sería posible emplearlas para optimizar la organización de la tienda y para mejorar la experiencia de compra del "jefe"?