El sector de frío comercial trata de adaptarse a las nuevas reglamentaciones que afectan a su actividad, tanto en nuestro país como en Europa y que han afectado a su evolución en los últimos años. Sobre el estado actual de este mercado y su posible evolución futura nos habla Roberto Solsona, presidente de la Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías (Aefyt).
Alimarket: ¿Qué tendencias ha seguido el mercado de frío comercial en la pasada campaña?
Roberto Solsona: La producción de frío está experimentando avances tecnológicos y legislativos que presentan grandes retos dirigidos, principalmente, a reducir el impacto ambiental producido por emisiones directas de gases de efecto invernadero e incrementar el ahorro y la eficiencia energética que tienen las instalaciones existentes. Entre las reformas que producirán beneficios energéticos y económicos para la industria alimentaria podemos mencionar la sustitución de equipos obsoletos por máquinas tecnológicamente avanzadas, con altas capacidades en ahorro de energía por su suficiencia de modulación a variaciones de la demanda del servicio (multietapa, variación de las temperaturas de condensación y/o evaporación); la implantación de nuevos sistemas de control regulación y monitorización, la implantación de nuevos fluidos refrigerantes y el uso de puertas en murales e islas de congelados que reducen la carga térmica.
A: En su opinión, ¿cuál es el estado de adaptación del sector de frío comercial a las nuevas normativas como el Reglamento F-Gas y normas sobre ecodiseño y etiqueta energética?
R.S.: El efecto combinado de establecer requisitos mínimos de eficiencia energética y la introducción de la Directiva sobre Etiquetado Energético debería obtener ahorros de electricidad anuales de 18 TWh en 2020 y de hasta 58 TWh en 2030. Sin embargo, desde Aefyt consideramos que los niveles de ahorro que se indican son demasiado elevados para el sector; lo cual podría condicionar la estrategia a seguir cuando se revise el cumplimiento de los objetivos de reducción de consumo en 2019/2020, y esto, a su vez, podría llevar a la introducción de medidas más restrictivas con el fin de alcanzar los objetivos que se proponen. El factor de incertidumbre que esta situación produce podría ser una traba para el sector.
Por otra parte, el Impuesto sobre Gases Fluorados, que se aplica en exclusividad en España, ha supuesto un enorme lastre para las empresas del sector, incluso a pesar del respiro que da la enmienda a los presupuestos que congela los tipos impositivos del mismo durante el año 2016. Según el informe económico elaborado por la asociación, la aplicación del impuesto está acarreando consecuencias como un aumento del mercado negro en, aproximadamente, cinco veces; la entrada en el mercado español de gases fluorados a través de operaciones intracomunitarias que podrían eludir el impuesto; el incremento de los costes administrativos de un 8%; y el crecimiento de los costes financieros en un 15%.
A: ¿Cuáles son los nuevos gases refrigerantes que se están empleando como alternativa a los utilizados hasta el momento?
R.S.: Realmente, como reconoce el legislador con la congelación del tipo impositivo del Impuesto de Gases Fluorados, no podemos decir que, en estos momentos, haya alternativas suficientes que permitan dar respuesta a las exigencias planteadas por las leyes de eficiencia energética. Dicho esto, los fabricantes y usuarios de gases están trabajando contrarreloj para ofrecer dichas alternativas cuanto antes. Las nuevas generaciones de gases refrigerantes están formadas por gases no-fluorados con bajo PCA, mezclas ligeramente inflamables, CO2, amoníaco… El uso de cada uno de ellos debe estudiarse en función de las necesidades del sistema de refrigeración al que vayan destinados. Además, es muy importante tener en cuenta otros aspectos fundamentales que influyen en la reducción de gases a la atmósfera, básicamente la seguridad y el control de fugas.
A: ¿Cree que podrían añadirse nuevas restricciones en una futura revisión del Reglamento F-Gas?
R.S.: Si no se consiguen los objetivos de reducción de emisiones, todo indica que, efectivamente, podría ser así. El hecho de haber establecido unas previsiones, en nuestra opinión, poco realistas y en plazos muy ajustados, perjudica la competitividad de nuestras empresas.
A: ¿Cómo ha influido en el proceso de fabricación la normativa sobre ecodiseño, que afecta a todo el ciclo de vida del producto?
R.S.: Al afectar a todo el ciclo de vida del producto, la adaptación es ardua, y también hay que tener en cuenta la normativa sobre etiquetado energético. Los fabricantes están muy comprometidos con todo lo relativo a la protección del medio ambiente y están haciendo todos los esfuerzos necesarios para adaptarse la normativa. Desde Aefyt llevamos a cabo una continua labor de información ya que se trata de una normativa compleja con diferentes plazos que cumplir en función de los diferentes productos afectados.
A: ¿Cómo cree que evolucionará el sector los próximos años?
R.S.: Todo indica que los productos frescos y congelados tienen cada vez mayor importancia en la distribución alimentaria, por lo que el frío comercial es muy necesario en este sentido. Nuestro objetivo es ofrecer productos que se adapten a las normativas mencionadas y que ayuden a las empresas alimentarias a cumplir sus planes de eficiencia energética, no solo con soluciones tecnológicas centradas en ese enfoque, sino también con diseños en los que se incluyen puertas, cortinas, etc., que cada vez son más aceptados y mejor comprendidos por el consumidor.
