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La necesidad de desfibriladores en las grandes superficies y el sector de la distribución

La necesidad de desfibriladores en las grandes superficies y el sector de la distribución

La gestión de la seguridad y la salud en el trabajo cobra cada vez más importancia en el mundo empresarial, mejorando las condiciones de los trabajadores y disminuyendo al máximo los accidentes en el entorno laboral. Todas las medidas tomadas están reduciendo de manera importante los accidentes. A pesar de ello, la gran olvidada es la salud del corazón, teniendo en cuenta que en España se producen cada año más de 30.000 paradas cardíacas fuera del ámbito hospitalario.

Gracias a los avances en tecnología e innovación se han creado equipos que revierten la parada cardíaca en el 70-90% de los casos y que pueden ser usados por personal no sanitario, como el desfibrilador semi-automático o DESA. La presencia de estos equipos en las empresas y en espacios que registran una gran afluencia de personas resultan fundamentales y vitales. Es el caso de las grandes superficies comerciales y de todos aquellos sectores auxiliares vinculados, de una manera u otra, como las oficinas, fábricas, almacenes y centros logísticos de sus partners y proveedores. Superficies donde, además de proteger la salud cardiovascular de los propios trabajadores, la presencia de DESA será decisiva a la hora de salvar la vida de un cliente, empleado, proveedor, transportista, etc., que sufra una parada cardíaca repentina en estas instalaciones, dado el elevado número de personas que registran.

En espacios con mucho tráfico de personas, donde se incorporan numerosos servicios y dispositivos para aumentar la seguridad, los equipos de cardioprotección deben considerarse prioritarios. Hasta ahora se están instalando desfibriladores en las compañías con mayor sensibilización por este tema: grandes y medianas empresas que son conscientes de lo necesario que son estos equipos y de lo fundamental que es actuar con rapidez cuando se produce un paro cardíaco. Creen que, además de ser un servicio adicional, es un valor añadido para sus clientes.

La Administración está tomando medidas; en primer lugar, de recomendación de instalación de estos equipos y, en segundo lugar, de obligatoriedad, aunque estas se dan sólo en algunas comunidades autónomas como Andalucía, Cataluña, País Vasco y Canarias. Los cardiólogos no dejan de insistir en el gran problema de salud pública que supone la parada cardíaca, que supera 20 veces las muertes por accidente de tráfico y repiten que deben colocarse en cada esquina, pues disponemos de un máximo de 5 minutos para que la persona se recupere sin secuelas. La presencia de DESA en la grandes superficies debería ser tan habitual como la de los extintores, a la que sí obliga la Ley, cuando la cifra de fallecidos por fuego en España no llega a 130 personas al año, ínfima si la comparamos con las paradas cardíacas.

La decisión está en manos de las empresas del sector de la distribución, pues esta tecnología tiene un bajo coste. Soluciones de cardioprotección como la del desfibrilador DOC permiten disponer de un DESA sin necesidad de invertir en el equipo; ofrece la formación en resucitación cardiopulmonar, soporte vital básico y uso del DESA necesarios para actuar con éxito en el caso de que se produzca un paro cardíaco, la garantía de que el desfibrilador está siempre en perfecto estado al disponer de telecontrol, la seguridad de disponer de una persona que nos ayudará en el momento de su uso gracias a la tele-asistencia, y la tranquilidad de saber que los servicios de emergencias podrán encontrarnos aunque nos desplacemos con el equipo al disponer de geolocalización.

Además, estos desfibriladores requieren poca capacitación para su manejo ya que el propio aparato indica al usuario los pasos a seguir. Es un equipo eléctrico portátil que diagnostica y trata la parada cardiorespiratoria, restableciendo un ritmo cardíaco hasta la llegada de los servicios de emergencia. Para que una empresa esté realmente cardioprotegida, debe ir más allá de la disponibilidad de un DESA. Una vez que éste está instalado, es preciso asegurar que dispone de un mantenimiento adecuado proactivo y reactivo que garantice su buen estado de manera permanente, así como asegurar la máxima rapidez de respuesta en el momento en que se produce la emergencia.

Las empresas españolas muestran un interés creciente por incorporar la cardioprotección a sus entornos de trabajo y el incremento espacios laborales preparados para actuar con éxito y salvar una vida en caso de paro cardíaco, no deja de aumentar. Sin embargo, aún estamos a gran distancia de alcanzar los niveles europeos en esta materia. Países de nuestro entorno, como Francia, disponen de un volumen de desfibriladores que supera en ocho veces el español, cifra que se incrementa en lugares como Estados Unidos o Japón.



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