Resulta muy complicado establecer un perfil claro sobre la evolución del mercado de maquinaria para conservas debido a que estámuy ligado a la aparición de proyectos de mayor o menor relevancia, lo que genera vaivenes de facturación muy importantes de un año a otro. Como se ha visto en el pasado más reciente, muchas veces esto ha sido un problema importante para las empresas, que han tenido que afrontar crecimientos desmesurados seguidos de caídas abruptas, derivando en cierres o reconversiones muy dolorosas. Pero dejando esto al margen, es evidente que el modelo de base para casi todas las compañías pasa por ofrecer un servicio más allá de la fabricación de maquinaria y la apuesta por la exportación.

En cuanto a lo primero, resulta una solución lógica si se atiende al hecho de que muchas empresas sólo realizan una fase de todo el proceso productivo vinculado a las conservas, mientras que comercializan el resto de los equipos gracias a acuerdos con terceras empresas. De hecho, de todos los segmentos analizados en este informe, el de conservas es el único en el que se contabilizan los datos no sólo de los sistemas de llenado y cerrado sino también aspectos vinculados al procesado como los autoclaves, ya que, salvo excepciones, es prácticamente imposible desgajar unos datos de otros.

La apuesta más clara por parte de las empresas ha sido los servicios de ingeniería, que ofrecen al cliente una solución mucho más a su medida, especialmente cuando se trata de proyectos de cierta envergadura. Este cambio de paradigma ha servido para hacer evolucionar a las compañías, en muchos casos ancladas todavía en un perfil muy de taller, para llevar a cabo soluciones más sofisticadas y, por lo tanto, de mayor valor añadido. Por ahora, la respuesta del cliente sigue siendo limitada, aunque dado que son empresas acostumbradas a pensar que su mercado es más global que local, lo que permite tener más posibilidades de encontrar clientes que busquen este perfil de empresa.

Servicios cada vez más completos

La medida obedece también a la orientación exportadora de esta industria, visto que los fabricantes nacionales llevan viviendo desde hace años una situación muy difícil. Eso ha llevado a que las empresas españolas del sector vendan en nuestro país equipos sueltos más que líneas completas, productos estos últimos que son más demandados fuera de nuestras fronteras. Asimismo, también en clave interna, las labores clásicas de taller siguen siendo una importante fuente de ingresos, lo que da cuenta de que el modelo de empresa, a diferencia del resto de capítulos de este informe, sigue marcado por un perfil muy familiar en el que la empresa hace prácticamente de todo.

El ejemplo más paradigmático de esta evolución lo ha protagonizado la fabricante y comercializadora de maquinaria Ayrtac, que en 2015 redefinió su negocio al incorporar nuevas actividades a su portfolio. La empresa ha obtenido réditos bastante rápidos en su nueva área de ingeniería de procesos, donde, en 2015, desarrolló un importante proyecto de ampliación de la planta que tiene Scanfisk Seafood en Mercazaragoza, que consta de unos 2.400 m2. En lo que respecta al negocio de los equipos de cerrado para tapas twist, que empezó a fabricar en 2012, el plan de la empresa es lanzar dos nuevos modelos, uno automático y otro semiautomático, destinado a artesanos y pequeños y medianos productores. Con estas líneas se completaría una gama que va desde el equipo semiautomático de pequeñas dimensiones, hasta modelos con capacidad para cerrar hasta 500 tarros/min. Como casi todo el sector, otra de las líneas de crecimiento que quiere desarrollar Ayrtac tiene que ver con la exportación, un negocio que empezó a explorar en 2014.

Para aumentar precisamente la exportación, Emérito desarrolló el pasado ejercicio una nueva estructura. La compañía creo una nueva sociedad, Arteaga Trading,que pasó a ser la representante de los productos del grupo a nivel internacional, manteniendo la sociedad matriz el peso productivo y la comercialización en el mercado interno. Y es que, en los últimos años, la supervivencia de todas las compañías pasa por una decidida apuesta exterior, con resultados por lo general muy positivos. Sólo analizando el último año se pueden encontrar grandes ejemplos como los de Maquinaria Ferlo, que creció casi un 40% el pasado año, elevando la exportación del 80% al 90% del total facturado; Sommetrade, con 3,5 M vendidos fuera sobre unos ingresos de 4,5 M; Talleres Ezma, que ya registra un 65% de sus ventas, que en 2015 crecieron un 30%, más allá de nuestras fronteras, o la coruñesa Herfraga, que el pasado año incrementaba su facturación un 86%, hasta los 3,5 M, con una subida de la exportación del 300%.

Buenas y malas noticias

La salida al exterior es impensable sin una buena red de ventas y un programa de inversión en I+D claro. Las cifras siguen siendo pequeñas, ya que muchas empresas prefieren trabajar con inversiones más reducidas para centrarse en peticiones concretas de sus clientes, pero los grupos más fuertes de este sector cumplen anualmente con proyectos de más envergadura, como es el caso de Hermanos Rodríguez Gómez (Hermasa Canning Technology), de Vigo, que ha previsto ejecutar en el transcurso de este año unos 300.000 € en este concepto (sumados a los 200.000 € de un año antes), o Talleres Ezquerra Seamers, con 450.000 € entre I+D, maquinaria e instalaciones. Hermasa, además, fue noticia este año al presentar una mejora en su parte de procesos con un nuevo sistema clasificador automático de túnidos, que mediante visión artificial puede identificar especies y tallas. La compañía se reafirma así como uno de los grandes especialistas en atún en todo el mundo.

A nivel empresarial, el sector se vio marcado el pasado año por dos noticias. La más positiva ha sido la recuperación de Hijos de José María Marrodán, firma navarra que a mediados de 2015 resolvía el concurso de acreedores en el que estaba inmersa desde un año antes, una medida que hubo de adoptar tras el impago de ciertos clientes importantes. La firma ha asegurado trabajar con normalidad durante todo el tiempo que duró la administración concursal con una cartera de pedidos completa tanto para el pasado año como el actual. De hecho, uno de sus grandes proyectos desarrollados antes de la crisis, la conversión de su factoría de Lodosa (Navarra) en un laboratorio de platos preparados para que sus clientes experimente con el desarrollo de novedades tecnológicas, ha vuelto a ser una de sus puntas de lanza a nivel estratégico para los próximos años. Por contra, la vizcaína Fishbam fue declarada en concurso por el Juzgado Mercantil número 1 de Bilbao, entrando de forma inmediata en fase de liquidación, sin que hayan trascendido las causas que le abocaron a esta situación.