Alimarket: ¿Qué es la Fundación de la Dieta Mediterránea y qué acciones lleva a cabo?
Lluis Serra-Majem: Es una entidad sin ánimo de lucro y de carácter científico y cultural que fomenta la investigación y la difusión científica de las ventajas de la dieta mediterránea. Fue creada para conservar el estilo de vida que compartimos los pueblos mediterráneos desde hace miles de años. Los científicos han puesto de manifiesto que este estilo de vida es beneficioso para la salud y el bienestar de las personas. Además, contribuye al mantenimiento de una agricultura sostenible y a preservar el medio ambiente. En las últimas décadas han tenido lugar cambios socio-culturales profundos en las poblaciones mediterráneas que han causado modificaciones en sus hábitos alimentarios con una importante repercusión en el deterioro de la salud. Es esencial desarrollar acciones intersectoriales que garanticen la supervivencia de la dieta mediterránea como medida de prevención en la salud de la población, especialmente la infantil, y la Fundación intenta liderarlas con el apoyo de las administraciones y la sociedad civil y desarrollando acciones de estudio, análisis, divulgación, educación, normativo, etc.
A: Pese a las ventajas que representa la dieta mediterránea, su retroceso en la sociedad es cada vez mayor. ¿A qué se debe este hecho?
L. S.-M.:Se habla mucho de la pérdida de los valores de la tradicional dieta mediterránea, pero en nuestro país se sigue consumiendo bastante fruta y pescado, y se cocina con aceite de oliva. Las legumbres tienen su espacio, al igual que las recetas tradicionales, y cada vez existe una mayor preocupación por la alimentación. Los retrocesos se están produciendo sólo en una parte de la población, pero no son generalizables.
Por otro lado, los países mediterráneos han sufrido una transformación económica, social y medioambiental inmensa, fundamentalmente debida a la eclosión y desarrollo del turismo y a la globalización, con el consiguiente eclipse de lo local. La dieta mediterránea sigue afortunadamente siendo algo familiar e íntimo en nuestras vidas y las tasas de obesidad debemos buscarlas más en el sedentarismo y la disminución de la actividad física. Además, ahora la propia dieta mediterránea supone un valor en alza para el turismo de cierta calidad, en el que la gastronomía y la enología adquieren el protagonismo.
A: ¿Qué importancia adquiere su mantenimiento para el sector agroalimentario nacional?
L. S.-M.:La dieta mediterránea supone un valor económico indiscutible. Por tanto, el sector agroalimentario debe potenciarse y orientarse hacia los propios ingredientes de la dieta mediterránea, ya que ésta tiene implicaciones importantes sobre el desarrollo rural, el turismo y la propia salud pública y su no mantenimiento puede acabar mermando el capital humano de un país. De ahí la necesidad de llevar a cabo estrategias innovadoras que pongan a nuestra alimentación en el eje vertebrador de las políticas para fomentar el desarrollo económico y el ahorro. La dieta mediterránea es sostenible y respetuosa con el medio ambiente, previene muchas enfermedades y por ello también ahorra gastos médicos y, por ende, su fomento puede contribuir a la sostenibilidad de nuestro frágil sistema sanitario, y representa además la principal actividad económica en nuestro país, estrechamente unida al turismo y al desarrollo rural. Y en este juego desempeña un papel muy industria. La utilización adecuada del propio concepto de dieta mediterránea es básica. Si utilizamos de forma inadecuada nuestro patrimonio acabaremos consiguiendo que pierda su prestigio y su valor y caiga en el mal uso y la confusión. Debemos regular acerca de la denominación “Dieta Mediterránea” y no permitir que cualquier producto pueda incluir en su promoción referencias a la dieta mediterránea. Sin duda, la autorresponsabilidad de la propia industria agroalimentaria es fundamental, más que las normas.
A: ¿Cómo valora las inversiones que están realizando las principales compañías agroalimentarias para el desarrollo de alimentos cada vez más saludables, en línea con las necesidades de la dieta mediterránea?
L. S.-M.:En general, son buenas. Deben basarse en los principios de la dieta mediterránea y solo en algún ingrediente funcional. Se está imponiendo la tecnología por un lado, con alimentos funcionales, transgénicos, etc., pero también vuelve lo tradicional, aunque quizás no como algo a diario. Las cocinas de casa pierden protagonismo, los comedores incluso corren el riesgo de desaparecer de las casas, y cada vez más ganan terreno los restaurantes, los platos preparados, los catering o comidas a domicilio, pero de calidad. El fast food de mala calidad está destinado a desaparecer pues sus comensales irán enfermando.... La industria alimentaria, en general, está entendiendo el mensaje.
A: En 2010 se aprobó la declaración de la dieta mediterránea como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. ¿Qué ventajas a nivel social, económico y medioambiental ofrece contar con esta distinción?
L. S.-M.:La dieta mediterránea no es sólo un régimen dietético muy saludable, sino, sobre todo, un estilo de vida con fuertes raíces culturales e importantes implicaciones medioambientales. La dieta mediterránea es un modelo alimentario sostenible y respetuoso con el medio ambiente, al menos en los países mediterráneos, y el paisaje es una proyección del plato y viceversa. Además, es el resultado de un acerbo cultural milenario fruto del mestizaje de culturas que convierte la cocina en el arte de lo cotidiano, el arte del pueblo. El proceso de la Unesco ha sido complejo: yo no me esperaba que lo fuera tanto cuando en el 2004 propuse la idea; pero abre un futuro inmenso para la acción a favor de la dieta mediterránea desde toda la Sociedad civil, no sólo desde el sector alimentario, pues la hemos convertido en patrimonio de todos. Patrimonio de todos los que la queremos.







