Septiembre de 2012. Como en muchos sectores de gran consumo, el fin de las vacaciones veraniegas fue demoledor para el mercado de los alimentos congelados. Hasta entonces cosechaba unos buenos números gracias, según Nielsen, al comportamiento de las categorías de helados, pizzas, carne y salteados de verduras. La subida del IVA, unida al deterioro de la situación económica y el incremento del ahorro de las familias tras las vacaciones, penalizó el consumo de alimentos bajo cero, en especial, de pescados y mariscos. Y si la vuelta al cole fue dura, qué decir de la cuesta de enero. En los cuatro primeros meses del año, los congelados han retrocedido un 1,8% en términos de volumen, según datos de IRI España, con una subida del precio medio del producto de siete décimas.

Los responsables de la caída de los congelados son los productos del mar, que retroceden más de tres puntos en volumen. La caída se repite en todas las categorías de producto, siendo especialmente aguda en el caso de los mariscos. También las verduras caen, aunque de manera más moderada.

En el lado positivo, el mejor comportamiento corresponde a la patata, el producto que históricamente ha presentado un comportamiento más volátil dentro de los congelados. Y que crece a pesar de ser la categoría que muestra un mayor encarecimiento. También destacan las soluciones, en especial aquellas con base de carne. Menor es el avance conseguido por las pizzas, que en cualquier caso se consolidan como principal categoría dentro de las soluciones congeladas.

En cuanto a los helados, crecen ligeramente en volumen, a costa de reducir su precio medio, principalmente por el incremento de cuota de la MDD.