El consumo nacional de vino, cada año más paupérrimo, sigue dando quebraderos de cabeza al sector, con una nueva caída en los siete primeros meses de 2014, según datos del Magrama, del 5,3% en litros y de casi el 3,6% en €, siendo el vino con DO la única categoría que consiguió crecer. En cuanto a las exportaciones , su comportamiento en los primeros ocho meses del año, según el OeMv, ha sido positivo en volumen (+24%), pero menos en facturación (-1,1%), a causa de una acusada bajada de precios, del 20% de media, por la fuerte salida de vinos a granel como consecuencia de la gran cosecha de 2013.

El liderazgo del sector en España sigue en manos de Freixenet, J. García Carrión, Félix Solís Avantis (que avanza del quinto al tercer puesto), Codorníu, Miguel Torres, Grupo Arco, González Byass y Pernod Ricard Winemakers Spain (nueva razón social, desde principios de este año, de Domecq Wines España), que son los únicos (de las más de 5.000 bodegas que se estima que están registradas en nuestro país) que superan, respectivamente, los 100 M€ de ingresos.

Entre los principales operadores ha reinado la prudencia, siendo las operaciones más destacadas la desintegración del grupo vitivinícola de la familia Eguizábal y la recientemente creada sección vinícola de Dcoop, que mueve un volumen de negocio de casi 90 M€, lo que le sitúa entre los primeros grupos vitivinícolas nacionales (si bien en su caso, encaminado mayoritariamente a la comercialización de graneles).

Pero también se ha comenzado a notar un incremento del ritmo inversor. Si las épocas de crisis lo son también de oportunidades, algunas bodegas españolas no han querido dejarlas pasar y han dado un impulso a su negocio con la compra de activos a buen precio (principalmente de bodegas en liquidación) y con la construcción de nuevas instalaciones propias. De hecho, según datos de Alimarket, más de una quincena de compañías están poniendo en marcha o han inaugurado este año nuevos centros de elaboración en diversas zonas vitivinícolas.