Dies meses después del incendio que devastó la fábrica burgalesa de 'La Bureba', los empleados de Campofrío han colocado la primera piedra de la futura planta, como símbolo del comienzo de las obras de construcción. En un acto en el que han estado arropados por más de 600 trabajadores de la antigua fábrica, cinco representantes de toda la plantilla han colocado unos ladrillos personalizados y elaborados con cenizas de la antigua fábrica como símbolo de permanencia y fortaleza en la construcción. Cada uno de los 848 trabajadores de la antigua fábrica recibió igualmente en sus domicilios uno de estos ladrillos con su nombre como elemento conmemorativo.
Durante la presentación, Ignacio González, director deneral de Campofrío para el sur de Europa, ha dado los detalles de la nueva fábrica, una instalación cuyas características ha mostrado a los trabajadores y de la que ha señalado que "lo más importante son todas las personas que la harán funcionar día a día".
Pedro Ballvé, presidente del Consejo de Administración de Campofrío, ha agradecido a todas las instituciones, y, especialmente a la ciudad de Burgos, por los apoyos recibidos. Asimismo, ha señalado "agradezco a toda la plantilla de Campofrío Food Group por su esfuerzo continuado y compromiso a partir del día del incendio y que han hecho posible llegar hasta aquí".
Levantada sobre la misma localización de la anterior y tras una inversión de 225 M€, 10 M más de los previstos inicialmente, se espera que la nueva edificación pueda estar operativa a finales de 2016 , tal y como adelantaron a mediados de este año.
Tendrá una extensión de 78.000 m2 y contará con cuatro zonas principales: recepción de materias primas y control de calidad, productos cocidos, productos curados y una zona independiente para la actividad de loncheado y expediciones. Con un catálogo de unas 400 referencias, dará servicio al mercado español, portugués, francés, italiano, belga y estadounidense y se estima que tendrá una capacidad productiva de 101.400 t, sin incluir la producción de jamones de Jamones Burgaleses, instalación que no se vio afectada en el siniestro. Ya en 2017, se prevé que alcance una producción de 86.200 t de jamón cocido, ave, fiambres y embutidos. Por su parte, la fábrica siniestrada en noviembre contaba con una superficie de 65.000 m2 y capacidad de producción superior a las 100.000 t de producto al año.
