El grupo galo Carrefour ha obtenido unos ingresos de 4.510 M€ en España durante el primer semestre de 2018, lo que supone un retroceso a superficie comparable del 1,8% respecto al mismo periodo del año anterior, sin contabilizar carburante y los efectos del calendario. Si se incluyese el carburante, las ventas habrían experimentado un incremento del 2,2%. Este descenso se hizo más agudo durante el segundo trimestre del año (abril-junio), en el que la distribuidora contrajo su facturación un 2,9% hasta situarla en 2.307 M. De nuevo, si se tuviera en cuenta el carburante, la distribuidora habría experimentado un tímido avance del 0,2%.

En el conjunto del grupo, las ventas entre enero y junio de 2018 se situaron en 37.071 M, lo que supone un descenso del 3,8% teniendo en cuenta las variaciones de tasa de cambios corrientes. Durante los seis primeros meses del año, el grupo ha acumulado unas pérdidas de 861 M, frente a los beneficios de 78 M registrados en el mismo periodo de 2017. La compañía atribuye este mal resultado a los impuestos y el impacto de las actividades de las antiguas tiendas de DIA que compró en Francia a finales de 2014, en un paquete de más de 800 establecimientos, de los que 273 actualmente están en vías de salir del negocio de la gala. Esta actividad generó unas pérdidas de 229 M. Precisamente en Francia, el volumen de negocio descendió un 0,1% hasta los 19.207 M, en un “contexto bajo presión y muy competitivo”, si bien señala que la reducción de costes y la transformación de la organización repercutirán en un impulso positivo durante el segundo semestre y en 2019.

Asimismo, la compañía considera que las cuentas globales se han visto afectadas por “un crecimiento menor en Brasil, penalizado por un ambiente de deflación alimentaria hasta mayo”. La región Latinoamérica fue la que mejor comportamiento registró en sus ventas, con un incremento de la facturación del 6,4% hasta 7.842 M. En Asia, por su parte, la caída fue del 3,9%, con un volumen de ventas de 3.163 M.