Como ya es tradicional, el Congreso de Aecoc se ha inaugurado con una ponencia de su presidente, Javier Campo, sobre la coyuntura económica en la que se mueve el sector de gran consumo. Y Campo ha puesto el acento en el riesgo de japonización que, a su juicio, sufre la economía española.

La primera condición para hablar de una economía japonizada es la existencia de tipos de interés negativos. Desde 2016, en Europa se ha convertido en "una normalidad absurda", y en España los mercados financieros apuestan porque sigan siendo negativos durante los próximos siete años. Las consecuencias, afirma Campo, son graves en un doble sentido. Por un lado, no hay un incentivo a la disciplina fiscal. Pero, además perturba el sistema de formación de precios de los activos. "Hay 18 billones de euros prestados a interés negativo. La única lógica es que hay fondos que están apostando por una deflación de estos activos".

La segunda, es una elevada deuda pública y en España estamos en un 99% sobre el PIB. "Si en cuatro años creciendo al 3% y con tipos de interés muy bajos no hemos sido capaces de reducir el nivel de deuda, no sé cuáles serán las condiciones que permitan esa reducción".

Un tercer elemento es la deflación. Si bien es cierto que Japón es el único país del mundo que ha encadenado años consecutivos de deflación, en España tenemos unos niveles muy bajos de inflación, a pesar de que en 2019 los salarios han crecido por encima del 2%.

La cuarta clave la da el envejecimiento poblacional. Si todo sigue igual, en 12 años España contará con un 50% de su población activa por encima de los 65 años, la misma tasa que tiene hoy Japón. Y las consecuencias de este envejecimiento son tensionar el sistema de pensiones y aumentar el gasto sanitario.

El último elemento es la previsión de un un crecimiento potencial relativamente bajo durante años.

Reformas estructurales necesarias

Javier Campo ha demandado a la clase política que implante las reformas estructurales necesarias que permitan luchar contra este riesgo de japonización. De hecho, ha emplazado a los partidos a que después de las próximas elecciones lleguen a acuerdos que conduzcan a la formación de gobierno. Y si no son capaces, "se planteen una reforma electoral que permita conformar mayorías de forma más sencilla".

En concreto, el presidente de Aecoc considera que hay que actuar contra el envejecimiento de la población con una serie de medidas como el retraso en la edad de jubilación, el fin de la precariedad de la gente joven que permita aumentar las tasas de natalidad y la incorporación de inmigrantes. Sobre este último aspecto, ha demandado reformas fiscales y laborales orientadas a la atracción de talento.

En segundo lugar, ha apostado por un crecimiento en la tasa de empleo. Para ello aconseja promover la formación dual adaptada a los colectivos con mayores problemas de empleabilidad (como los jóvenes o los mayores de 45 años).

Campo ha demandado también un incremento en la productividad, ahora mismo quince puntos por debajo de la media europea. En este sentido, ha señalado la responsabilidad de las empresas que están gastando menos que sus competidores europeos en innovación y que están viendo como los proyectos de digitalización (desde la indutria 4.0 a la inteligencia artificial) están yendo muy lentos, aquejados de la poca calidad de los datos que deberían alimentar el proceso.

Por último, ha reclamado una reducción del déficit estructural basado no tanto en una subida de impuestos como en "hacer más eficientes los sistemas".