Durante la primera mitad de 2020, los negocios de la multinacional cervecera Heineken se vieron significativamente afectados por la pandemia de COVID-19, con una volatilidad e incertidumbre sin precedentes que llevaron a la retirada de las previsiones para el ejercicio completo el pasado 8 de abril.
En este contexto, las cifras preliminares de la compañía arrojan una disminución de los ingresos netos del primer semestre del 16,4%, mientras que el volumen de cerveza disminuyó orgánicamente un 11,5%. Además, los costes por hectolitro aumentaron significativamente, señala la compañía en un comunicado.
En este contexto, la compañía prevé que el beneficio operativo disminuya orgánicamente un 52,5% y el neto un 75,8%. En este punto, se incluyen partidas excepcionales de 550 M€ por el deterioro en activos tangibles e intangibles, lo que conducirá a unas pérdidas netas de alrededor de 300 M€.
Como se esperaba, el impacto de la crisis de Covid-19 se profundizó en el segundo trimestre de 2020, sin embargo el volumen comenzó a recuperarse gradualmente en junio a medida que se levantaron las reestricciones en todo el mundo y los clientes restauraron los inventarios.
El volumen de cerveza se vio más afectado en las regiones de América y África, Oriente Medio y Europa del Este, seguido por Europa con una disminución alta pero de un solo dígito, mientras que Asia Pacífico mostró la mayor resistencia impulsada por Vietnam.
La marca 'Heineken' tuvo un buen desempeño en términos relativos con crecimientos de dos dígitos en varios mercados, aunque registró una disminución global del 2,5%.
En lo que a la filial española se refiere, ésta mantiene operativas sus cuatro fábricas y no ha realizado ningún ajustes laborales de momento.
En España, durante los meses más críticos de la pandemia se registraron caídas en el volumen de venta de cervezas del 39,11% en abril y 36,13% en mayo, según datos de Cerveceros de España.
La compañía publicará sus cuentas definitivas el próximo 3 de agosto.