El grupo Amaro González está a punto de ser historia. De los 40 M€ que llegó a facturar, con el negocio de pescado congelado a la cabeza, a una actividad residual el pasado año y una operación de compra que se resolverá en los tribunales. Queda pendiente la venta de sus instalaciones productivas y logísticas, que se moverá, previsiblemente, entre los 7 y los 8 M€.
