Después de varias versiones fallidas, como ha ido contando Alimarket Gran Consumo en los últimos años, Nueva Pescanova acaba de iniciar su variante 4.0 y lo hace sin miramientos y bajo el convencimiento de que tiene que ser la definitiva. Si Abanca quiere vender el primer grupo español, la operación pasa por una mejora de la rentabilidad y por aligerar y optimizar su estructura. Conseguir que todos los negocios de la compañía sean sinérgicos y rentables es el objetivo. Ya lo era en la versión 3.0 anterior, capitaneada por el anterior CEO, Ignacio González, pero el contexto tampoco ayudó, en un periodo marcado por el incremento de los costes de producción, la bajada de precios del vannamei y el gambón argentino y la devaluación del euro frente al dólar. Tras un buen ejercicio de 2021, en el que se volvía a los beneficios, el balance de 2022 (cerrado el pasado mes de marzo de este año) ha supuesto un paso atrás, con unas pérdidas netas de 53 M€ y un ebitda que caía hasta los 21 M€. Este dato coloca a Nueva Pescanova muy lejos de la valoración de venta que persigue Abanca y que está negociando con el grupo canadiense Cooke. Si quiere que la operación alcance los 800 M€, con una estimación de diez veces el Ebitda, este último debe situarse en unos 80 M€. Todo esto teniendo en cuenta que en esta valoración de 800 M€ se incluye la asunción de la deuda, que se situaría en algo más de 400 M.

Abanca no quiere que el contexto económico vuelva a ser la excusa para un mal balance y está convencida que Nueva Pescanova necesita, además, "adelgazar". La entidad anunció ayer que iniciaba el proceso para acometer un ERE, que ya ha sido comunicado a los comités de empresa y a los delegados sindicales. Este primer recorte se limitará al ámbito de los servicios centrales, en los centros de trabajo de Chapela (Vigo) y Madrid, y afectará a unos 100 empleados. El ERE, según Nueva Pescanova, está justificado por causas económicas y organizativas. "El objetivo de la compañía es adaptarse a un entorno global desafiante y asegurar la sostenibilidad de la empresa a largo plazo". Y añade, que "antes de llegar a esta decisión hemos explorado todas las alternativas posibles y tomado medidas para minimizar el impacto en sus equipos". La compañía considera "imprescindible optimizar su estructura para adaptarla a un mercado que atraviesa un momento muy difícil" y argumenta que "con estos ajustes busca mejorar su posicionamiento en el mercado y mantener la excelencia en sus servicios y productos". Este ERE es una señal a Cooke de que en el seno del grupo hay una clara determinación por volver a la senda de la rentabilidad y de retornar a las cifras del ejercicio de 2021, lo que facilitaría el acuerdo de traspaso del 80% del capital a la canadiense. De hecho, en el preacuerdo Abanca ya avanzaba que la valoración de 800 M€ de Nueva Pescanova era una estimación a futuro.

En definitiva, este planteamiento va en la línea de que los problemas del grupo no pueden solucionarse únicamente con planes de negocio centrados en el aspecto comercial, como venía primando hasta ahora. El plan de negocio denominado "Rumbo al Valor", que inició en 2020 y que finalizará en 2025, seguirá apostando por una estrategia comercial renovada, centrada en cambiar el mix de canales y con el foco en unos mercados determinados en los que considera que puede tener un mayor potencial de crecimiento y un mejor valor añadido. Pero, además, también incorpora una política decidida de recorte de su estructura en busca de la rentabilidad del grupo. Esta etapa, con medidas presumiblemente incómodas de tomar, será dirigida por Jorge Escudero Hurtado de Amézaga, que precisamente se incorpora hoy jueves a su nuevo puesto de CEO de Nueva Pescanova. Como ya avanzó Alimarket, este nombramiento obedece sobre todo a la búsqueda de la rentabilidad como reconoce la propia Nueva Pescanova al afirmar que el nuevo perfil en la dirección "destaca por su visión estratégica orientada a resultados".