Javier Campo ha retomado su papel como presidente de Aecoc y, con ello, su ponencia inaugural del congreso de la asociación que celebra su 38 edición, hoy y mañana, en el Palacio de Congresos de Zaragoza. En su repaso a la coyuntura que atraviesan la economía española y el sector de gran consumo ha hecho hincapié en uno de las debilidades manifiestas del sistema: la baja productividad.
Con una productividad per cápita inferior en un 24% a la media europea y con amenazas como la reducción de la semana laboral y la falta de personas capacitadas a pesar de las cifras de paro, Javier Campo ha destacado la paradoja de la digitalización. “Pensábamos que la digitalización iba a incrementar la productividad pero no ha sido así”. Por el contrario, su principal resultado ha sido el traslado de volúmenes de un canal a otro: de la compra en el supermercado a la tienda online; de las suscursales bancarias al servicio por internet; o del restaurante a los servicios de delivery. “Pero nadie asegura que los nuevos canales sean más productivos, que la logística de última milla sea más productiva que el desplazamiento de los clientes al supermercado”.
Javier Campo ha puesto ahora su esperanza en este sentido en la Inteligencia Artificial, “la disrupción que debería incrementar la productividad del sector”. Poniendo el retail como ejemplo, destaca que hay muchos ámbitos en los que la IA puede mejorar la operativa actual: pricing, atención al cliente, sistemas de previsión de demanda... “Pero las curvas de aprendizaje son más largas de lo que esperamos”, así que ha invitado a las empresas a incorporarla a sus procesos en el menor plazo posible.
Otros factores en los que se debería insistir son la mejorar del mercado interno, la reducción de los costes de residencia, una mejora de la seguridad jurídica, un aumento del tamaño de las empresas o una vigilancia para que los mercados tengan los niveles de competencia adecuada. Pero para ello “hacen falta grandes reformas que no parecen posibles hoy por la situación política, que no permite abordar los consensos mínimos necesarios”.
Un tsunami regulatorio sin precedentes
Campo ha alertado del cambio que se cierne sobre el sector como consecuencia de la transformación en el modelo energético de la UE: “vamos a pasar de lo voluntario a lo regulatorio, se nos viene encima un tsunami regulatorio sin precedentes”.
Un cambio que ha achacado tanto a la necesidad de reducir las emisiones de CO2, como a la necesidad europea de mitigar su enorme dependencia de países poco fiables como proveedores de combustibles sólidos. Según el presidente de Aecoc, la UE está infravalorando el impacto de estas medidas en la actividad económica y los riesgos de transición, ante lo que ha instado a las empresas a mantener la unidad de acción y ser capaces de plantear alternativas “más eficientes y que afecten menos a nuestros modelos de negocio”.
