Por segundo año consecutivo, y como consecuencia fundamentalmente de la climatología adversa, la producción de verduras en España registró un descenso en su volumen total, aunque moderando la caída del año previo. Así, según los datos comunicados por la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC), la producción en 2023 se situó en 834.052 t, lo que supuso un retroceso del -1%, inferior, por tanto, al 8% que había caído en 2022, lo que permite a la asociación hacer una lectura positiva del pasado año.
"Las empresas españolas trabajan diariamente para hacer frente a los retos actuales. Aunque sea un descenso por segundo año consecutivo, la industria ha conseguido casi mantener el volumen de producción y la calidad del producto pese a las dificultades, y eso demuestra la capacidad de respuesta y adaptación que existe. Sin olvidar, por supuesto, el compromiso firme con el medio ambiente, la innovación y el capital humano", ha señalado José Félix Liberal, presidente de ASEVEC, quien ha achacado el descenso de los últimos años, que han venido a interrumpir la trayectoria ascendente del sector, a razones climatológicas. "La falta de agua derivada de la sequía, las alteraciones en las estaciones, con temperaturas inusualmente cálidas en invierno o un frío inesperado en primavera, han afectado a la sincronización de los ciclos de vida de los cultivos", ha añadido. Aún así, España se mantiene como segunda potencia europea en términos de producción, tan solo por detrás de Bélgica, y con un avance en los últimos años de +83% en sus cifras de producción.
No obstante, no ha sido igual la evolución de todas las categorías. Entre las verduras de mayor volumen destaca el crecimiento de la producción de las judías verdes planas, con un incremento del 55%, seguidas de la berenjena (44%), las patatas (42%), el maíz (40%), el calabacín (35%) o los guisantes (27%). Entre las categorías que se mantienen, o que aumentan ligeramente la producción, destacan las judías verdes redondas, el arroz y la cebolla. Por último, entre las que descienden encontramos la coliflor, un 50% menos, seguida del puerro (-49%), las alcachofas (-37%), el brócoli (-15%) y los pimientos (-14%).
La exportación sigue siendo clave
Por lo que a exportaciones se refiere, el mercado exterior sigue siendo fundamental, de manera que en 2023, el 62% de los vegetales congelados cultivados en campos españoles se destinaron a otros países. Se trata de un porcentaje un 10% inferior al de 2022, aunque esta caía se explica por el descenso de la producción. Por destinos, la Unión Europea sigue siendo el principal mercado, destacando países como Francia, Alemania, Portugal, Italia y Países Bajos. Si hablamos de fuera de la UE, los principales mercados de la verdura congelada española son Reino Unido, Estados Unidos, y Canadá.
Por tipo de productos, son 3 los que destacan en el capítulo exportador: el brócoli, la coliflor y los pimientos. De ellos, más del 80% de los cultivados en España para ultracongelar se envían a mercados internacionales.
De cara al futuro, desde la asociación se muestran optimistas y confían en la fuerte profesionalización y tecnificación del sector como vía de retornar al crecimiento en las cifras de producción. Además, a ello también contribuirá el aumento de la demanda. Tal y como destaca ASEVEC, en el actual contexto de inflación, las verduras congeladas se han convertido en una solución más económica, asequible y estable en precio durante todo el año, lo que ha llevado a un aumento de su demanda.
Finalmente, la ocho empresas fabricantes que se reúnen en la asociación y que representan el 95% de la producción nacional, ponen en valor su papel como vertebredores de los territorios, contribuyendo a la profesionalización del sector primario y al desarrollo socioeconómico de las zonas rurales, ofreciendo una alternativa de calidad y futuro, con cultivos de vanguardia y un saber hacer nacional a la cabeza de Europa y gran parte del mundo. Entre las ocho compañías suman 4.700 empleos directos y 15.000 indirectos. Un talento que, además, tiene un alto componente senior, con un 27% por encima de los 50 años, aportando un alto nivel de experiencia y conocimiento.
