La presentación del Informe sobre la Relevancia Económica y Social del Sector Vitivinícola en España en la nueva sede de la Interprofesional del Vino de España, de la mano de Susana García Dolla y Fernando Ezquerro (directora general y presidente de la OIVE, respectivamente), ha tenido como objetivo poner sobre la mesa la importancia de esta actividad económica; analizar sus fortalezas y debilidades; y promocionar el consumo moderado de vino, teniendo en cuenta que nos encontramos en un momento crucial y "crítico para el sector productor europeo de vino".
El Informe elaborado por Afi a petición de la Interprofesional del Vino presenta a España como país líder en hectáreas de viñedo (el 13% del mundo, unas 921.000 ha en el último registro) y también en viñedo ecológico (166.000 ha); con 532.000 viticultores registrados, lo que da idea de la fuerte atomización y diversificación geográfica que enfrenta. Se posiciona como tercer productor mundial de vino, con algo más de 30 M hl en 2024, y más de 3.500 M€ generados por exportaciones ese mismo año. De hecho, España vende más vino del que consume y mantiene una balanza comercial positiva, de más de 3.100 M€.
La relevancia económica de la cadena de valor del sector del vino se materializa en 22.350 M€ de VAB (valor añadido bruto) y una aportación al PIB del 1,6%. Como señala Susana García Dolla, directora general de la OIVE, “la aportación directa de la cadena de valor vinícola a las arcas públicas supera los 4.260 M€ y contribuye a la creación y mantenimiento de 386.000 puestos de trabajo equivalentes a jornada completa en España”, dándose además mayoritariamente en zonas rurales y, en muchos casos, siendo una de las pocas actividades económicas en áreas de la denominada “España vaciada”.
El consumo de vino afronta horas bajas
No obstante, y a pesar de estas cifras, la realidad es que hay una crisis de consumo, que en 2024 se situó a niveles de 1961, en la que intervienen diferentes dinámicas, desde los mensajes asociados a la salud (y que en algunos casos “amenazan” con nuevas normativas restrictivas, como la Ley de Menores y Alcohol o la revisión de la tasa de alcoholemía mínima permitida al volante, que podría cambiar al cero técnico); pero también los cambios en los hábitos de consumo, con los jóvenes cada vez más alejados de las bebidas alcohólicas en general y del mundo del vino muy en particular; o la pérdida de poder adquisitivo de las familias, que priorizan otros productos básicos en su cesta de la compra”. Sin olvidar los condicionantes internacionales, como los conflictos bélicos, que afectan las exportaciones hacia países directa o indirectamente afectados, o la política arancelaria y dubitativa del presidente de EE.UU. Donald Trump.
En relación a estas cuestiones, el presidente de OIVE, Fernando Ezquerro, ha hecho hincapié en que el sector “defiende un consumo moderado y responsable, apoyado en la ciencia y en el modelo de vida mediterráneo. Lo que necesitamos son políticas que diferencien y valoren ese enfoque”, ha añadido. Asimismo, ha destacado la necesidad de conectar con nuevos públicos y adaptar la oferta a los consumidores jóvenes adultos, especialmente en un contexto de estabilización, precedido de un periodo de caídas consecutivas del consumo nacional. Los últimos datos de consumo aparente de Nielsen, para el interanual a febrero 2025, marcan un volumen de 9,73 M hl (-0,2%)., imputable fundamentalmente al canal horeca, que retrocedió un 1,2% en volumen y un 0,1% en valor, mientras que el canal de alimentación registró en cambio una bajada del 0,5% en litros junto a una subida del 2,7% en facturación.
Inseguridad en los mercados internacionales
Una de las principales preocupaciones del sector, como hemos mencionado, es sin duda la que atañe al mercado estadounidense, nuestro segundo mercado en valor y sexto en volumen, según datos de 2024. En este sentido, Fernando Ezquerro ha insistido en la necesidad de terminar con la incertidumbre y la inseguridad que generan los anuncios y contra-anuncios del dirigente norteamericano, abogando por llegar “cuanto antes a un acuerdo que nos permita saber en qué escenario nos movemos”. Las ventas de vino español hacia EE.UU. se cerraron en 2024 con un crecimiento del 7% en valor y volumen, consolidándose el cuarto proveedor en facturación y el séptimo en litros. El primer trimestre de 2025 también fue positivo, si bien en abril de ese año ya se estimó una caída del 20% con respecto al mismo mes del año anterior.
El Informe realizado por Afi completa el análisis de la proyección internacional del sector vitivinícola español cifrando en más de 61 M€ el flujo de inversiones directas de éste hacia el exterior, siendo Chile y Uruguay dos de los principales países recepcionarios de estas inversiones. En términos acumulados de la última década, estima la entidad, la cifra asciende a más de 151 M€.
Por su parte, los flujos de inversión extranjera directa en el sector del vino español superaron los 846 M€ en el periodo 2014-2024, de esta cifra 28,4 M en el último año. Un dato que “refleja el atractivo del mercado español para captar inversión extranjera hacia esta rama de la industria de la cadena agroalimentaria en la que España goza de un destacado posicionamiento internacional”. Entre los países de origen de estas inversiones destacan Alemania, Luxemburgo, Reino Unido y Países Bajos, que concentran casi el 80% del importe total.
La jornada ha concluido con la presentación de una acción de comunicación de la Interprofesional, Vida con Moderación, integrado por un spot y cinco vídeos cortos, “que apela a nuestra forma de vivir y pone en valor ese equilibrio de saber disfrutar con mesura de unas cosas (como el vino), y sin medida de otras (la familia, la amistad, la alegría)”.








