La gran distribución incrementó el volumen de ventas de soluciones congeladas en un 6,5% en el año móvil finalizado el pasado febrero, según datos recopilados por la consultora SymphonyIri, frente al 2,5% de avance registrado en el periodo anterior. Pese a ello, el precio medio volvió a decantarse por el rojo con una variación negativa del 0,7%, tendencia esta que se mantenía en los primeros seis meses de 2011, arrastrada en parte por la escalada en el precio de las materias primas, la energía y la logística.
Bonduelle, Ardo y Findus trabajarán juntas
Así las cosas, los operadores se ponían manos a la obra para agarrarse a los escasos resquicios de rentabilidad, buscándolos en algunos casos en mercados foráneos y recurriendo a la cooperación comercial a nivel nacional. Ultracongelados Cortes y Lumarnatural emprendían su aventura americana al tiempo que Ingapán y Meritem recurrían a acuerdos para expandir su presencia exterior.
Dentro de nuestras fronteras también se sucedían movimientos asociativos. La unión de Bonduelle y Ardo en colaboración con Findus se traducía en la creación de una joint-venture industrial para los mercados español y portugués. Mientras, Eurofrits se aliaba con Froxá, Europastry hacía lo propio con la oscense Precocinados Angel Bosch y Congalsa firmaba acuerdos en China y Francia para la producción en estos países de dos líneas de producto. La excepción la protagonizaba Sada dando por concluidas sus alianzas con Eurofrits y Palacios.
La pizza ameniza el mercado
Todo ello en un entorno dominado por la nueva Audens Solutions, que estrenaba condición de liderazgo con la compra de Freigel, operación que le valía el acceso a pescado congelado y pizza. No fue el único movimiento acaecido en el seno de una categoría que continúa su particular estrellato. El grupo Palacios cerraba en mayo la compra del negocio de pizzas de la alcarreña Dealsa y La Niña del Sur optaba por ella para hacerse fuerte en el arcón de congelados, presupuestando para ello un desembolso de 10 M€.
Todo ello en un periodo marcado por la ausencia de grandes proyectos, achacada en parte a una férrea política de restricción del gasto o impuesta por la imposibilidad de acceder a financiación bancaria. Con todo, Fripozo reactivaba su proyecto de traslado a nuevas instalaciones en Las Torres de Cotillas (Murcia) y un reducido grupo de operadores decidían ampliar su capacidad productiva, entre ellas Maheso, Cabomar, Clavo, Uprena o Carpisa.
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