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La gestión energética de un edifico inteligente y el papel del asesor energético

La gestión energética de un edifico inteligente y el papel del asesor energético

Los edificios verdes e inteligentes están diseñados para lograr un alto rendimiento tanto a nivel económico como a nivel medioambiental. Para ello, es imprescindible tener en cuenta el clima local, las necesidades culturales, la salud, la seguridad y la actividad de sus ocupantes. Además, para cumplir con este objetivo a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio, se tendrá que gestionar, operar y mantener actualizados sus sistemas para que se siga minimizando el consumo de energía, las emisiones de CO2 y el impacto medioambiental, proporcionando un gran valor para los propietarios de los edificios, sus ocupantes y la sociedad en general.

Actualmente ya existen numerosos procedimientos o sellos que promueven la edificación verde e inteligente como, por ejemplo, la calificación de eficiencia energética –basada en un programa informático y su posterior trámite para levar a cabo la certificación–, las certificaciones de sistema de gestión medioambiental (ISO 14001) y de gestión energética (ISO 50001), o los sellos de calidad LEED, BREEAM o VERDE . Además, también está disponible la tecnología para que los edificios sean Net Zero Energy , Positive Energy o Carbon Neutral . De esta manera se demuestra que la sociedad está concienciada en conseguir unos edificios medioambientalmente sostenibles.

Sistemas de gestión de un edificio inteligente

Existen diversos sistemas para gestionar un edificio inteligente desde diferentes vertientes, como es el caso del Building Management System (BMS) o el Energy Management System (EMS) . El BMS, o sistema de gestión de edificio, representa la capa superior de un sistema de automatización de edificios, también denominado BAS, Building Automation System. El BMS permite configurar y automatizar un edificio de manera que los administradores de instalaciones hagan un trabajo más eficiente y los ocupantes ganen en eficacia, confort y seguridad. Así, un BMS simplifica la automatización de los controles de temperatura, de iluminación, de accesos, o de los circuitos de vídeo vigilancia de un edificio según las directrices y estrategias de Eficiencia Energética, confort y/o seguridad establecidas.

Por encima de esta capa de automatización, existe otra capa de información a nivel de gestión energética, constituida por el EMS, o sistema de gestión de la energía, que se focaliza en facilitar la adquisición, procesado y análisis de fuentes de datos con el objetivo de cuantificar los parámetros energéticos como, por ejemplo, la distribución de consumos, las emisiones de gas de efecto invernadero o los costes energéticos. El sistema relaciona estos datos con los procesos diarios propios de cada cliente así como con indicadores ambientales para facilitar la toma de decisiones a nivel energético y control técnico. El sistema, además, permite múltiples niveles y tipos de usuarios en la organización –incluyendo finanzas, gestión, operaciones, mantenimiento o ingeniería– para facilitar la información y análisis en el formato adecuado.

Principales estrategias de control y gestión de edificios inteligentes

Para gestionar de forma eficiente un edificio, uno de los factores clave pasa por monitorizar las medidas eléctricas en equipos de alta demanda energética, relajando las consignas para inmediatamente reducir la demanda. Esta técnica puede, por ejemplo, prevenir una enfriadora de sobrecargas, o evitar picos de carga en la instalación si el cambio de consignas se realiza de forma global en todo el edificio. También debemos disponer de equipos que midan y analicen la calidad de la energía eléctrica suministrada, aprovechando al máximo toda la energía disponible y evitando las penalizaciones de las compañías, filtrando los armónicos para reducir los calentamientos, reduciendo las pérdidas y evitando disparos intempestivos.

Estas estrategias demandan cada vez más de una capacidad de control más capilarizado, por esa razón, los cuadros de distribución eléctrica han evolucionado para incluir la comunicación hasta en los circuitos finales de los mismos, lo que llamamos cuadros inteligentes. De esta manera, hoy en día ya es posible comunicar con interruptores automáticos, diferenciales, contactores, teleruptores, mandos motorizados y contadores de energía de cualquier calibre que se instalen en un cuadro eléctrico.

Los edificios contienen cada vez más equipos TIC como Switches, Routers, PCs/laptops, puntos de acceso wireless, teléfonos y cámaras IP, por ejemplo, que acostumbran a consumir energía durante las 24 horas del día. La tecnología actual nos permite desconectar aquellos equipos de la red que no sean necesarios o ser capaces de apagar ciertas categorías de equipos que no se vayan a utilizar durante la noche, como impresoras, ordenadores portátiles o pantallas en modo stand by.

El papel del gestor energético

Para alcanzar una buena gestión energética del edificio, la tecnología es necesaria, pero no suficiente para lograr una mejora energética sostenida en el tiempo. En este contexto, la figura del gestor energético está tomando una relevancia cada vez mayor por su papel para lograr la mayor eficiencia en los inmuebles. Entre las misiones de esta nueva figura destaca el desarrollo de un Plan Estratégico de Energía y el seguimiento del mismo. Además, el asesor energético se encarga de analizar los datos de energía, reportar el consumo energético y asesorar acerca de las acciones correctivas pertinentes para conseguir los objetivos de eficiencia energética definidos. Así, el gestor energético identifica las distintas herramientas necesarias y los principales procesos y estrategias que permitirán conseguir un mayor rendimiento del edificio a nivel energético.

Para ello, en línea con la ISO 50001 se realizan los diagnósticos y auditorías necesarias, se define la política energética, los objetivos y las metas del plan estratégico, así como su estructura y responsabilidades, el control operacional y de registros. Paralelamente, se monitorizan los consumos energéticos y se lleva a cabo la formación interna del personal y el plan de comunicación externa que permite comunicar los logros en materia de sostenibilidad alcanzados por la empresa.

De esta manera, más allá de las certificaciones verdes, las etiquetas energéticas y el uso de la tecnología, una buena gestión energética es la responsable del desarrollo de edificios verdes e inteligentes de alto rendimiento capaces de ofrecer unos resultados sostenibles a lo largo de toda la vida del inmueble.

Javier Orellana , responsable de Servicios Energéticos de Schneider Electric



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