Un reciente estudio desarrollado en el Edificio del Turó del Sastre en Montgat (Barcelona), un proyecto de 39 viviendas sociales promovido por Instituto Metropolitano de Promoción de Suelo y Gestión Patrimonial (IMPSOL) y equipado con galerías bioclimáticas de Lumon, identifica el acristalamiento de terrazas como una de las soluciones más eficaces para mejorar el aislamiento térmico y optimizar el uso de la energía en los hogares.
El análisis, llevado a cabo por 16 Times, evaluó el impacto de estas galerías en el confort térmico, la calidad del aire y el consumo energético. “Esta solución busca aprovechar la luz natural para crear un microclima en ese espacio, mejorando la habitabilidad de la terraza o habitación y la eficiencia energética de la vivienda”, explica Pedro Gracia, prescriptor técnico de Proyectos Lumon en Aragón y Barcelona.
Según los resultados, las viviendas que utilizaron la galería adecuadamente, cerrándola durante las horas de sol y ventilando de forma estratégica, registraron un consumo energético hasta un 65% menor que el resto. Además, se observó un incremento de entre 2 y 3 ºC en la temperatura interior sin necesidad de calefacción. “Este estudio demuestra que los hogares mantienen una temperatura media interior de entre 3 y 6 °C superior en invierno, y reducen las oscilaciones térmicas en verano. Las encuestas realizadas a los residentes reflejan también un aumento del nivel de satisfacción y bienestar, especialmente por la sensación de mayor aislamiento acústico, luminosidad y aprovechamiento de las terrazas durante todo el año”, añade Gracia.
Las galerías bioclimáticas crean un microclima que acumula calor y lo transmite al interior, contribuyendo a mantener estable la temperatura del hogar. El acristalamiento actúa como una barrera térmica pasiva: en invierno capta y retiene la radiación solar, aportando calor natural; en verano, permite abrir el espacio para favorecer la ventilación cruzada y evitar el sobrecalentamiento. Además de mejorar la eficiencia energética, esta solución favorece la calidad del aire. Las galerías funcionan como sistemas de ventilación pasiva y filtros naturales, por eso, en solo 40 minutos de ventilación, el CO2 desciende de 1.120 ppm a 800 ppm. Después de dos horas, alcanza los 520 ppm, niveles muy próximos al aire exterior (430 ppm). Esta ventilación controlada permite reducir CO2, partículas PM2.5 y COV sin perder la temperatura interior.
Asimismo, el acristalamiento contribuye a reducir el ruido exterior hasta en un 50%, ya que los paneles de vidrio y los perfiles de aluminio actúan como barrera acústica.





