La previsión de crecimiento anual de la industria de videojuegos asciende al 23,6% (CAGR 2016-2020), lo que supondría que, de cumplirse, en el horizonte de 2020 se alcanzarían los 1.440 M€ de facturación, en comparación con los 617 M€ de 2016 (+23,60% respecto a 2015), según datos del último Libro Blanco publicado por la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos (DEV).

También las previsiones de evolución del empleo son positivas, y nos llevan a estimar un crecimiento a una tasa compuesta anual (CAGR 2016-2020) del 20,37%, hasta llegar a los 11.420 empleos directos en 2020. Los últimos datos disponibles corresponden también a 2016, cuando creció un 20% sumando 5.440 profesionales.

La industria española de desarrollo de videojuegos se reconfirma un año más como altamente exportadora, ya que, de media, el 57% de los ingresos de las empresas del sector proviene de los mercados internacionales. En concreto, el 22% procede del resto de Europa, el 21% de Norteamérica, el 6% del Lejano Oriente, el 5% de Hispanoamérica y el 3% de Oriente Medio y África. El 80% de las empresas y estudios activos hoy por hoy no existían hace diez años. Este crecimiento se ha visto acelerado en los últimos cinco años, cuando se ha creado el 52% de las empresas actuales.

Consecuencia de ello es un tejido empresarial polarizado y compuesto principalmente por una amplia base de microempresas, pocas pymes y muy escasas firmas de tamaño mediano o grande. El 47% de los estudios españoles cuenta con menos de cinco empleados y el 87% factura menos de 2 M€.

La industria española del desarrollo de videojuegos ha entrado, por primera vez en los últimos años, en una fase de consolidación. Actualmente existen en España 450 empresas y estudios legalmente constituidos, más otros 130 proyectos a la espera de constituirse. Eso a pesar de que, con respecto a 2016, la cifra actual supone una reducción del 6% de estudios en activo. La industria sigue su tendencia a la concentración local, en zonas capaces de ofrecer ecosistemas favorables, a menudo impulsados por un liderazgo público. Cataluña, Madrid, Generalidad Valenciana y Andalucía son los principales focos. Los eSports -o competiciones de videojuegos entre varios participantes- representan un mercado muy prometedor, pero todavía a la espera de demostrar modelos de negocio viables para las empresas, sobre todo para los estudios de desarrollo.