Los equipos de flejado han conseguido en los últimos años una tímida evolución técnica que ha permitido al sector afianzar sus posibilidades de negocio. Además del incremento de las velocidades de trabajo, el flejado ha conseguido ganar en seguridad gracias a una serie de procesos técnicos cada vez más fiables. El principal ejemplo de esta evolución son los sistemas de sellado, que han pasado de un “primitivo” sistema por termosoldadura a otros más vanguardistas y con mejor acabado como son los sellados por ultrasonidos. Como todos, el flejado también se está viendo afectado por la crisis económica, que, como en el resto de casos de final de línea, ha marcado a la baja el volumen de pedidos de maquinaria.
Lo que salva al flejado, y lo diferencia del resto de final de línea, es su modelo de negocio. Los proveedores de estos equipos complementan su actividad con otra faceta, la provisión de consumibles, que en muchos casos resulta ser también la actividad principal. Esta característica es lo que permite que 11 de las 19 empresas referidas en este reportaje al capítulo de flejado/atado tengan en este negocio la fuente de, al menos, la mitad de sus ingresos. Mientras que lo normal en el final de línea es repartir las ventas entre distintos tipos de maquinaria, en el caso del flejado, la posibilidad de garantizar una facturación fija por el consumible facilita a las compañías que apenas diversifiquen, o lo hagan de una forma muy limitada. De hecho, las empresas que no venden consumibles son las que menos porcentaje de sus ingresos obtienen por este sus negocios en flejado, lo que es razonable si se tiene en cuenta que, por lo general, las líneas de flejado son un producto bastante barato.
Interés en otros mercados
En lo que sí se parece al resto de sectores de final de línea es la capacidad de convivencia entre multinacionales y pymes 100% españolas. La diferencia entre unas y otras, más allá de cuestiones tecnológicas muy puntuales, radica sobre todo en la capacidad de exportación. Tradicionalmente, los grupos multinacionales han empleado sus filiales en España para comercializar sus productos en nuestro país y, además, especializar su actividad productiva en algún campo en concreto. Así, firmas como M.J. MAILLIS, que desde hace un par de años tiene en su planta española una tercera línea de producción de fleje de PP para cubrir la demanda nacional y de otras filiales, o CYKLOP STRAPESA, que elevó en 2008 su capacidad productiva de fleje de PP con el mismo objetivo, son dos buenos ejemplos de esta práctica.
Pese a no contar con una estructura tan potente para formalizar las ventas exteriores, las empresas nacionales también han orientado poco a poco sus estrategias comerciales hacia otros países, en especial, de la Unión Europea. Una actividad ésta que ya tienen afianzada y con previsión de crecimiento empresas como SISTEMAS DE EMBALAJE SORSA, la principal compañía de este sector, PLASTICBAND, SABAU STRAPPING o COMOSA STRAPP, firmas que, como mínimo, ya obtienen un meritorio 10% de sus ingresos por este concepto. En este capítulo cabe destacar a la barcelonesa REISOPACK, que desde finales de 2008 cuenta con dos nuevas oficinas comerciales situadas en Orleans (Francia) y Rotterdam (Holanda), a las que se suma la que tiene abierta desde hace unos años en Quebec (Canadá).
Expansión nacional
Otra de las claves del negocio para las empresas de este sector es la extensión de la cobertura comercial para ofrecer un servicio más directo al cliente. La barcelonesa FROMM EMBALAJES, importadora de los equipos del grupo suizo homónimo, dispone de instalaciones en Montmeló y Hernani (Guipúzcoa) y tenía previsto invertir en 2008 en torno a 1 M€ para nuevas localizaciones. Otra filial de un grupo internacional, MOSCA DIRECT SPAIN, con sede en Montgat (Barcelona), cuenta con oficinas de servicio técnico en Madrid y Sevilla y, más recientemente, en Alicante y Barcelona. Por último, la importadora de equipos CONTROL D’EMBA-LATGES (CONTROL-PACK), de La Senia (Tarragona), dispone de un almacén en Zaragoza para el mercado aragonés, otro en Tarragona, dos en Euskadi y, desde principios de 2009, un quinto en Figueres (Girona).
En el campo del atado, la presencia es más limitada, dado que el flejado ha sabido posicionarse como principal tecnología para asegurar cargas paletizadas (en especial productos encajados). La principal sociedad en este campo es FLEJINSA, representante de la sociedad suiza “Bornbinder”. Esta compañía está ampliando su gama de productos más allá del atado, para lo que, entre otros equipos, prevé presentar durante la feria de Hispack una línea de etiquetado para cuellos de botella destinada a bebidas y productos alimenticios, lo que será su primer equipo de final de línea para procesos de envasado.







