El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), junto con los centros de investigación AZTI-Tecnalia, CTAEX y el IAT, ha trabajado en el desarrollo de un envase de plástico completamente biodegradable para el sector alimentario. Se trata de unas tareas de investigación que se desarrollaron en el marco del proyecto 'Ecoalim' financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y por los fondos FEDER, que tuvo una duración de tres años y en el que la participación de AIimplas se centró en el desarrollo de nuevos envases termoconformados para el envasado de alimentos frescos.

Uno de los retos durante el desarrollo del proyecto fue mantener las propiedades que exige un sector como el de la alimentación empleando materiales biodegradables de espesores mínimos que permitan lograr una reducción del peso y el volumen del envase. Concretamente, los envases destinados a contener alimentos deben cumplir con unas exigencias elevadas en cuanto a propiedades barrera para gases, además, deben tener un nivel de transparencia aceptable y ser compatibles para el uso en contacto con los alimentos. En el apartado de la transformación, los materiales empleados deben mantener su capacidad para afrontar procesos como la extrusión o el termoconformado y el sellado hermético.

Una vez seleccionados los materiales que cumpliesen todos estos requerimientos, la bandeja final se ha obtenido mediante procesos de coextrusión de lámina plana y con el posterior termoconformado. Además, variando el espesor de las capas que componen el envase es posible ajustar su permeabilidad en función de los requerimientos de cada alimento en particular.

En este sentido, y después de realizar pruebas con el envase resultante, se ha descubierto que no se trata de un producto válido para envasar alimentos acuosos pero que sí resulta idóneo para aquellos más grasos. En cuanto a su capacidad de degradación en condiciones de compostaje, las pruebas realizadas dan como resultado una pérdida del 90% de la masa en dos meses.