El mercado del embalaje flexible vive desde finales del pasado año con la sensación de que el modelo de negocio imperante debe cambiar. Hasta ahora, grandes, medianas y pequeñas empresas parecían poder repartirse un mercado amplio sin problemas y sin roces permitiendo la coexistencia de distintos modelos de negocio.
La crisis económica ha atacado, como suele ser habitual, a las pymes del sector obligándolas en el mejor de los casos a cambiar a marchas forzadas su actividad hacia sectores de mayor valor añadido o, en el peor, a pasar por un concurso de acreedores para relanzar su negocio. El resto de las compañías buscan la forma de reforzarse a través de adquisiciones estratégicas o inversiones de calado, con el objeto de ganar tamaño ante la evidencia de que en los tiempos que corren sólo ganarán las grandes compañías.
A este respecto, sirva el dato de que, según PuntoMarket, entre 2007 y 2008, con un crecimiento de la actividad muy cercano a cero, las ocho principales empresas del sector consiguieron, en conjunto, ganar algo más de 2 puntos de cuota de mercado, obviamente robados al resto de compañías.