Por detrás del precio y la marca del producto, el 58% de los consumidores españoles tiene en cuenta el tamaño y formato de los envases de la cesta de su compra, según revela el 'Estudio de factores socioeconómicos relacionados con la compra de productos envasados' realizado por Nielsen para Ecoembes. En él se analizan las 5.000 referencias más compradas por 8.000 hogares, en un centenar de categorías de producto, con el objetivo de diseñar una 'cesta tipo' del hogar medio español. Por otro lado, analiza los hábitos de consumo y determina las prioridades y razones de elección de los tamaños y formatos de los productos envasados.
El estudio revela que no existe una cesta de la compra única del consumidor español, sino que la cesta depende de las necesidades de cada hogar. Los usuarios no prefieren mayoritariamente envases grandes o pequeños, sino que la elección de formatos depende de la adaptación del producto envasado a sus necesidades personales y familiares. Jóvenes que viven solos, familias con niños y parejas maduras muestran hábitos de consumo muy diferenciados en función de su actividad laboral y el tiempo disponible en su hogar (grandes, pequeños, monodosis, etc.). Por ejemplo, aunque el formato líder en el mercado de aceite de oliva es la botella de plástico de 1 l, destaca que los jóvenes que viven solos eligen también la botella de vidrio de 750 ml, mientras que la garrafa de 5 l tiene una gran demanda en familias con niños. En el mercado de zumos destaca el uso del brik de 200 ml en familias con niños, muy utilizados para consumo fuera del hogar, mientras que las parejas mayores prefieren el formato de 1 l y los jóvenes, grandes consumidores de zumos, se decantan por el de 2 l.
Un envase para cada sector y tipo de familia
En alimentación envasada, los consumidores optan por lo general por envases pequeños y, preferentemente, en monodosis. Actualmente, las familias son poco numerosas y los envases grandes hacen que los productos les puedan caducar. Los usuarios prefieren envases pequeños debido a la adaptación a sus necesidades y a la conservación del producto. No obstante, el motivo principal para la elección de envases con dosis individuales es la mejor adaptación de estos formatos a las necesidades de consumo fuera del hogar. Cuando se prefiere el envase grande, los motivos son fundamentalmente económicos.
En productos frescos (frutas, verduras, carne, pescado, etc.), los jóvenes prefieren comprar, cada vez más, productos envasados, frente a los de mayor edad, que expresan su preferencia a que les atiendan, les recomienden y puedan escoger la cantidad de producto que desean. Las ventajas que ofrece un producto envasado (higiene, conservación del producto, comodidad y rapidez de no hacer colas), además de la propia información que se indica en las etiquetas de los envases (pesos, procedencia, fecha caducidad, etc.) son muy importantes para jóvenes y familias con niños.
En droguería, los consumidores se decantan mayoritariamente el tamaño grande, ya que se asocia al ahorro, y los de mayor edad por envases de recarga. Mientras, en productos de higiene personal no existe una preferencia por un tamaño determinado: el consumidor demanda envases manejables. Por ejemplo, en productos como gel, el tamaño grande (1 l) suele ser el preferido porque tiene un uso familiar. Sin embargo, en productos de uso más personal (como desodorante o colonia) el tamaño requerido es más pequeño, ya que es habitual que cada miembro utilice una variedad distinta. Los usuarios demandan al menos dos tamaños de envase porque el uso en viajes y/o gimnasios hace que se necesiten formatos más pequeños y más fácilmente transportables.
En relación con el grado de concienciación medioambiental de los hogares españoles, se puede afirmar que el consumidor español considera necesario contribuir a la protección del medio ambiente pero, al mismo tiempo, reconoce que en sus decisiones de compra se antepone aspectos como el precio o la marca.
Desde 1999, las más de 2.400 empresas que participan en Planes de Prevención de Ecoembes han ejecutado 21.000 medidas para reducir el peso y volumen de sus envases (una botella de agua de 1,5 l ha rebajado su peso en un 35% en los últimos 20 años). Además, gracias a la optimización de los envases, en 2008 se ahorraron 70.000 toneladas de materia prima. Los planes de prevención han ahorrado a las empresas más de 80 M€, según estimaciones de este SIG.