El primer ministro canadiense Justin Trudeau ha anunciado que su gobierno tiene previsto desarrollar una legislación con objeto de eliminar el uso de plásticos de un solo uso a partir de 2021. El gobierno canadiense piensa hacer una revisión en profundidad de lo que se considera monuso y obligará a las empresas que pongan este tipo de productos en el mercado (tanto si se trata de packaging como componentes de teléfonos móviles) a asumir la responsabilidad sobre los mismos. En cualquier caso, la elección de aquellos productos que entren dentro de esta lista se realizará conforme a criterios científicos, aunque desde distintos medios se apuntaba ya que dentro de esta categoría se incluirán productos como las bolsas plásticas, las pajitas o menaje plástico.
La asociación industrial del sector plástico ha dado la bienvenida a este anuncio en la medida en que sirva para armonizar el proceso de recogida de materias plásticas y la posibilidad de crear nuevos mercados para el plástico reciclado. Según los datos aportados por el gobierno canadiense menos del 10% del plástico que se consume en el país es actualmente reciclado, desperdiciándose cada año un volumen equivalente a 3 Mt de materiales procedentes de recursos fósiles. De seguir esta senda, el país acabará arrojando al medio ambiente unos 11.000 M CAD en el año 2030 (equivalentes a unos 7.300 M€), unos 8.000 M CAD más de la cifra actual.
El movimiento anunciado por Trudeau no deja de ser un reflejo de una corriente que se ha instalado a nivel internacional y que se está implantando en países como Reino Unido, áreas económicas como la Unión Europea o ciudades como San Francisco. En todos estos casos ha primado el aspecto temporal imponiendo un periodo de tiempo relativamente corto (menos de dos años) a la espera de definir qué productos y materiales entran en la listas prohibidas.