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La gestión sostenible de los bosques, esencial en la cadena de valor de las bolsas de papel

La gestión sostenible de los bosques, esencial en la cadena de valor de las bolsas de papel

En tiempos de creciente preocupación por el cambio climático y la contaminación medioambiental, los consumidores están cambiando cada vez más su comportamiento y están adoptando decisiones más compatibles con el medio ambiente. A raíz de esto, los productos sostenibles y los materiales de embalaje alternativos están ganando importancia. Las bolsas de papel se fabrican de fibra de madera, un recurso natural renovable. En Europa, esta materia prima se obtiene de bosques gestionados de manera sostenible. La plataforma ‘The Paper Bag’, la asociación que agrupa a los fabricantes de papel kraft y a los productores de bolsas de papel líderes en Europa, explica la importancia de esto y por qué las bolsas de papel son una solución sostenible.

 “La mayoría de las personas es consciente de que el papel es un material de embalaje sostenible. Sin embargo, parece haber cierta incertidumbre respecto a su origen”, explica Kennert Johansson, secretario general en funciones de Cepi Eurokraft. “A diferencia de las prácticas de tala realizadas hace cientos de años, cuando se cortaban los árboles sin pensar en la reforestación y el cuidado del bosque, nuestra industria ha establecido la gestión sostenible de los bosques como un elemento clave en la cadena de valor de las bolsas de papel europeas”. Especialmente en los últimos 30 años, la industria europea de papel kraft y de bolsas de papel ha hecho un gran esfuerzo por aumentar la sostenibilidad de sus prácticas de gestión y de extracción de madera en el bosque. Éstas incluyen garantizar la bioproducción de valor y la protección de la diversidad de la flora y la fauna, las actividades recreativas y el patrimonio cultural. El término “gestión sostenible de los bosques” se definió a comienzos de los años 90, y se entiende como el uso de los bosques de una forma que mantenga su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración, vitalidad y potencial para cumplir con las funciones ecológicas, económicas, sociales y culturales relevantes. Esto no solo en la actualidad, sino también para las generaciones futuras y sin causar perjuicio a otros ecosistemas.

Conservación de los bosques

“Garantizar el equilibrio entre la creciente demanda de la sociedad por productos forestales y el mantenimiento de la diversidad y la salud de los bosques supone una evaluación, una planificación y una conservación continua”, explica Johansson. “De esta manera, los bosques generan también diferentes tipos de trabajo, por lo que son un factor económico importante para las comunidades locales”. Los encargados de la gestión de bosques son responsables de evaluar las tierras, de hacer un seguimiento sobre los tipos de árboles existentes, su estado de salud y de determinar cómo se pueden cortar los árboles para garantizar una regeneración con éxito y una rotación continua de los bosques, manteniendo sus funciones medioambientales y sociales.

Un cultivo saludable

La extracción de madera se puede realizar de varias formas que permiten imitar las dinámicas naturales y lograr un equilibrio entre las funciones productivas del bosque y sus servicios para el ecosistema. El aclareo de los árboles juveniles ayuda a que estos crezcan saludables. Asimismo, con la tala selectiva de los árboles maduros se protege a los ejemplares restantes para que se sigan desarrollando y se fomenta el crecimiento de árboles nuevos en los espacios aclarados. “Cuanto mejor gestionemos este proceso, mejor crecerán nuestros bosques”, comenta Johansson. “En la gestión sostenible de los bosques se reforestan todas las áreas que se han explotado y los volúmenes medios de explotación no exceden el volumen de crecimiento del bosque producto de la reforestación”. Gracias a una gestión sostenible de las áreas de bosques, Europa ha tenido un cambio neto positivo en su superficie boscosa en los últimos 25 años. En este periodo, la superficie de bosques ha aumentado en 17,5 M ha, lo que corresponde casi a la mitad del área de Italia.

Regulación del clima

La tala y la reforestación regular no sólo protege el bosque, sino que también lo hace más productivo. Los árboles jóvenes transforman más CO2 en oxígeno y almacenan más carbono que los viejos. La captación media anual de carbono en la biomasa forestal europea llega a 719 Mt de CO2. Esta cifra contrarresta las emisiones fósiles de CO2 generadas anualmente por Alemania. Además, como producto maderero, el papel sigue almacenando carbono a lo largo de su vida y el periodo de captación de éste se extiende cuando lo reciclamos.

Fomento de la biodiversidad y de los servicios para el ecosistema

Los ecosistemas forestales son el hogar de casi el 80% de las especies mundiales de animales, plantas e insectos terrestres. Proteger esta biodiversidad es una de las tareas más importantes de la silvicultura sostenible. Un ejemplo de esto son algunos parches naturales: árboles viejos en pie o caídos que se dejan a propósito en el bosque para que sirvan de hogar y sustrato alimentario a pequeños animales e insectos. Los diferentes tipos de bosques, desde los naturales hasta las plantaciones, se suman a la variada red de áreas de conservación de la naturaleza, complementándose entre sí para cumplir variadas funciones, por ejemplo, como áreas productivas, recreativas o biotopos. «Una función que tienen todos los tipos de bosques en común es la protección del suelo y de los cursos de agua», señala Johansson.

Proporcionar transparencia a los consumidores y a las marcas comerciales

La forma más sencilla de saber si un producto se fabrica con materias primas de silvicultura sostenible es mirar las etiquetas impresas de FSC (Forest Stewardship Council) o del PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification). Ambas entidades son organizaciones no gubernamentales creadas para promover la gestión responsable de los bosques en el mundo. Para obtener una certificación, los propietarios de bosques deben cumplir con una serie de criterios e indicadores generales. Los requisitos de FSC y de PEFC son esencialmente los mismos, solo con leves diferencias en los enfoques. Estos requisitos se relacionan con la salud y la productividad del bosque, el servicio para la biodiversidad y el ecosistema, así como con sus funciones socioeconómicas. “La certificación es la mejor manera de asegurar que las fibras que usamos en nuestras bolsas de papel son fibras sostenibles”, dice Johansson. “Escogiendo bolsas de papel, los consumidores y las marcas comerciales toman una decisión de compra responsable que contribuye a mitigar el cambio climático”.

La plataforma The Paper Bag fue creada en 2017 por los fabricantes de papel kraft y los productores de bolsas de papel líderes en Europa. Juntos se dedican a promover las ventajas de los envases de papel. The Paper Bag está patrocinada por Cepi Eurokraft y Eurosac.

Cepi Eurokraft es la Asociación Europea de Productores de Papel Kraft de Saco para la Industria de Sacos de Papel y de Papel Kraft para la Industria de Embalajes. Cuenta con once empresas que representan un volumen de 3,0 Mt de papel producido en doce países.

Por su parte, Eurosac es la Federación Europea de Fabricantes de Sacos de Papel Multipared, y representa a más del 75% de los fabricantes europeos de sacos de papel. Sus miembros operan en 20 países diferentes. Producen más de 5.000 M de sacos de papel al año, lo que representa 650.000 t de papel procesado en 60 fábricas. Los fabricantes de sacos de todos los continentes y fabricantes de bolsas también contribuyen a la federación en calidad de miembros pertenecientes, y más de 20 proveedores (fabricantes de papel, láminas, máquinas o pegamento) están registrados como miembros asociados.



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