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El sector de Cierres y Tapones sortea la crisis y mantiene su potencial

El sector de Cierres y Tapones sortea la crisis y mantiene su potencial

La condición de industria auxiliar de sectores esenciales para la economía ha permitido a la mayor parte del sector taponero español salvar los muebles en este primer semestre del ejercicio. Especialmente beneficiados por esta situación se han visto aquellos fabricantes de piezas para productos destinados al sector alimentario de primera necesidad y al de higiene personal y del hogar, no así esa parte importante de la industria que tiene en el sector de la cosmética y la perfumería a sus principales clientes, obligados a presentar Ertes para sus trabajadores y decretar cierres temporales de actividad, todavía no recuperada al 100% en la mayor parte de los casos.

En cualquier caso, el grueso del sector coincide en apuntar que, pese a haber mantenido el nivel de actividad, no se alcanzarán las optimistas previsiones que se tenían para este 2020, ejercicio en el que se preveía continuar con la tendencia al alza de los últimos seis ejercicios, en los que las ventas de los principales operadores del sector asentados industrial o comercialmente en España se ha visto incrementadas. Concretamente, según los datos de Alimarket incluidos en el Informe 2020 del sector de cierres y tapones en España, este mercado creció un 3,2% en 2019, superando de esta forma los 960 M€.

Un sector cada vez más global

Detrás de estas cifras está el crecimiento que experimentaron las ventas en 2019 de aguas envasadas o refrescos en España, así como el buen momento del sector cosmético en nuestro país, a lo que se sumó un nuevo repunte de las exportaciones, impulsadas por los cierres plásticos, cuyas ventas crecieron un 3,6% en el exterior, de forma que la actividad internacional ya representa el 61% del total del mercado taponero, en parte por la gran presencia de multinacionales en nuestro país (con un gran nivel de transacciones comercial intercompany) y, también, por el aumento de la actividad de algunas compañías de capital español en el exterior, como es el caso de Betapack o Grupo Torrent, que han hecho de exportación el pilar de su negocio. De esta forma, ambas están contribuyendo al proceso de globalización que vive el sector del E+E y que se traduce año tras año en numerosas operaciones de compraventa entre multinacionales, en ocasiones con incidencia en España. Sin ir más lejos, a principios de 2020, Silgan compró la división de dispensadores de Albéa, una operación que ha afectado a una de las filiales de la francesa, Covit, situada en España y que pasará a formar parte de la norteamericana, que ya opera una fábrica en Barcelona y cuenta con otra filial comercial más en nuestro país.

Las propuestas sostenibles ganan presencia

A pesar de las oportunidades comerciales de las que el sector se ha beneficiado dentro y fuera de España, la principal causa del crecimiento del que ha disfrutado en los últimos años hay que buscarlo en la progresiva sustitución de los cierres básicos o esenciales por otros de mayor valor, con el objetivo de dar una respuesta a la demanda de sostenibilidad, seguridad, funcionalidad, precisión y estética de sus clientes, que ven en los cierres y tapones un atractivo añadido para sus productos.

De entre todos estos factores, sigue siendo la sostenibilidad el principal compromiso del sector, especialmente entre aquellos que emplean el plástico en su producción y que trabajan en el sector de las bebidas, lanzados al desarrollo de referencias con materia prima reciclada o de origen vegetal o de piezas medioambientalmente responsables que cumplan además con las medidas restrictivas de la UE para este ámbito, que entrarán en vigor en 2024. Así, durante 2019 y los primeros compases de 2020 el sector ha dado la bienvenida a un gran número de nuevas referencias diseñadas, por ejemplo, para permanecer ligadas al cuello de la botella una vez abiertas, desarrollos realizados por United Caps, Alpla, Manufacturas Inplast o Bericap, que se suman a los de la española Betapack o la estadounidense Aptar.

La inversión se mantiene pese a la incertidumbre

Esta imperiosa necesidad de innovar para mantener posiciones en el sector sigue siendo el motivo fundamental del gran volumen de inversiones que anualmente desarrolla la industria taponera destinadas principalmente a tareas de I+D, pero también a lograr incrementos en su capacidad productiva con el objetivo de beneficiarse de las economías de escala y de una mayor eficiencia de procesos, punto esencial para poder competir en un mercado en el que el bajo precio por unidad del producto hace que sea muy proclive a la entrada de nuevos competidores procedentes de países con menores costes fijos. Estas inversiones se traducirán, por ejemplo, en este 2020-2021 en nuevas instalaciones para compañías como Plastin, que que tiene en marcha la construcción de un nuevo centro de unos 15.000 m², que estará listo en 2023 y que le permitirán ampliar su capacidad productiva y de almacenamiento y, sobre todo, abordar nuevos retos.



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