Sick Optic-Electronic lanza el nuevo 'Lector61x', un nuevo dispositivo que facilita la lectura de códigos miniatura en el entorno industrial. Con este nuevo modelo, la compañía amplía su gama de lectores de códigos para la identificación, inspección y monitorización de contenidos en los procesos de producción.

El 'Lector61x' permite procesar tanto códigos 1D, como 2D y apilados y tiene un diseño muy compacto, con unas medidas de 30mm x 40mm x 50mm. Esto facilita su uso en sectores muy diversos. Además de los tradicionales, como la automoción y la logística, también destaca su especial adecuación a la industria solar, pequeños componentes electrónicos y los bienes de consumo, ya que especialmente útil en la trazabilidad, la inspección de fechas con código y la monitorización del contenido de embalajes.

La compañía alemana ha diseñado el 'Lector61x' basado en cámara de manera que, de ser necesario, puede ser instalado en cadenas de producción con espacio limitado y entornos industriales complejos. Su instalación es fácil, con una puesta en marcha en cuestión de segundos.

La alta sensibilidad del sensor lo convierte en óptimo en la lectura de códigos muy pequeños, en cualquier tipo de material, de baja calidad, brillantes o en distancias cortas. De hecho, es capaz de leer códigos que no son visibles para el ojo humano. Gracias a un algoritmo de descodificación inteligente, el 'Lector61x' de Sick puede leer códigos impresos con láser y punteados, incluso en casos de bajo contraste o contaminación. El dispositivo cuenta con ocho luces LED y dos colores, hecho que permite ajustar el sensor en función de las necesidades de cada usuario. Un foco altamente adaptable completa un concepto de luces que facilita una lectura rápida y sencilla.

Con sede en Waldkirch im Breisgau (Alemania), Sick es una de las empresas líderes en la fabricación de sensores y soluciones para aplicaciones industriales, con unos 9.300 empleados repartidos por todo el mundo y unas ventas consolidadas en 2019 de 1.750 M€ (+ 6,5%). En nuestro país opera a través de la filial Sick Optic-Electronic, ubicada en Sant Just Desvern (Barcelona), que en 2019 contaba con 66 trabajadores en plantilla y cifraba sus ventas en torno a los 38,5 M€.