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Los cierres solidarios se estandarizan para cumplir con la nueva normativa internacional

Los cierres solidarios se estandarizan para cumplir con la nueva normativa internacional

La implantación de la directiva comunitaria 2019/904, que insta a los envasadores de bebidas al uso de modelos de envase en los que el tapón permanezca adherido a la botella, ha derivado en el inicio del desarrollo de diversos estándares de cuellos de botella adecuados para estos nuevos cierres. El primero que ha visto la luz es el que ha desarrollado el CETIE (Technical Centre for Bottling and Related Packaging) para bebidas carbonatadas, bautizado como GME 30.40, con un diámetro de 26 mm y que reduce el peso del cuello y del cierre entre 1.4 g y 1.7 g., dependiendo de la medida del extremo en el que se apoya el anillo con el que el cierre se mantiene ligado a la botella.

En cuanto a especificaciones técnicas de este nuevo estándar, se sigue la tendencia de reducción del diámetro del cuello de soporte, desde los 33 mm a los 29 mm y, a diferencia de otros estándar para cuellos de este diámetro, tiene un rendimiento mejor en todo tipo de condiciones climáticas para todo tipo de botellas de hasta 3 l de contenido.

Entre las compañías que han colaborado en el proceso de validación de este nuevo acabado se encuentra la fabricante italiana de taponadoras Arol, responsable de los test realizados en el laboratorio, mientras que Coca Cola European Partners ha llevado a cabo las pruebas industriales en su planta de Barcelona.

Como se recordará, el pasado mes de febrero, la multinacional norteamericana anunció que España serviría de campo de pruebas para la implantación de estos nuevos modelos de cierre en sus botellas. Inicialmente, se lanzaron 6 M de envases de 500 ml de Coca Cola y Schuss con estos nuevos tapones, que fueron distribuidas en varias provincias españolas. Para poder llevarlo a cabo, adaptó una de las líneas de embotellado de su planta de Barcelona. Esta prueba, tal y como indicó en su día la compañía, estaba encaminada a testar el proceso de producción de los tapones, valorar su rendimiento en climas cálidos y recoger la respuesta de los consumidores a esta innovación. En cuanto a los tapones 26/22 CSD empleados, fueron desarrollados en el centro de I+D de Coca-Cola en Bruselas e incorporaban como principal innovación un anillo que rodeaba el cuello de la botella y al que se incorporó una lengüeta para mantener el tapón unido al envase una vez desenroscado, permitiendo su cierre hermético.



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