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Mejora continua de la huella ecológica de los sacos de papel

Mejora continua de la huella ecológica de los sacos de papel

La industria europea de papel kraft y sacos de papel tiene una larga tradición de control y comunicación de su impacto medioambiental. Entre 2007 y 2021, la carga de carbono de cada saco de papel se redujo un 28%. Así se desprende del último análisis de la huella de carbono de los sacos de papel europeos. El estudio fue realizado por el instituto de investigación sueco RISE en nombre del Grupo Europeo de Investigación sobre Sacos de Papel (ESG), una colaboración entre EUROSAC y CEPI Eurokraft.

Asimismo, la huella de carbono fósil por tonelada de papel kraft para sacos se redujo un 26% durante el mismo periodo. El reciente estudio de evaluación del ciclo de vida (LCA) realizado por RISE señala una tendencia constante a la baja en el impacto del carbono fósil del papel kraft para sacos y de los sacos de papel europeos. Esta tendencia se mantuvo entre 2018 y 2021: El impacto por tonelada de papel kraft para sacos mejoró un 5%: de 442 kg CO2e a 421 kg CO2e. Asimismo, la huella de carbono fósil de los sacos de papel experimentó una ligera mejora del 1%: de 87 g de CO2e 2 en 2018 a 86 g CO2e por saco en 2021. Las emisiones procedentes de la producción de papel kraft para sacos son, con un 61%, el factor dominante en los resultados obtenidos con un saco de papel europeo medio.

En el camino hacia la neutralidad climática

Las cifras a largo plazo revelan una evolución medioambientalmente favorable. Al comparar los últimos datos con los resultados del primer LCA realizado por el ESG en 2007, se aprecia una reducción significativa del impacto del carbono fósil por tonelada de papel kraft para sacos de aproximadamente un 26%: de 570 kg CO2e a 421 kg CO2e. Las razones obedecen principalmente a la disminución de las emisiones procedentes de la electricidad neta adquirida de la red eléctrica y de la quema de combustibles consumidos por las fábricas.

Si consideramos cada saco de papel, la reducción es aún mayor, de 118 g de CO2e por saco en 2007 a 86 g de CO2e en 2021. Esto supone una mejora del 28%. Esto es atribuible a la reducción en el peso de los sacos y del consumo de combustibles fósiles. "Es bueno ver que incluso pequeños pasos dan lugar a grandes cambios a largo plazo. Dado que nuestros miembros están comprometidos con la mejora continua de la sostenibilidad de sus operaciones de fabricación, llevamos más de 15 años analizando el uso de la energía y las emisiones de nuestra industria. Estos datos nos permiten conocer las palancas que debemos accionar para alcanzar el siguiente nivel de reducción de nuestro impacto medioambiental", explica Catherine Plitzko-Kerninon, delegada general de EUROSAC. "A medida que toda la cadena de valor va ganando importancia en una conducta corporativa sostenible, cada vez son más los actores interesados en utilizar nuestros datos para obtener información que les permita avanzar por el camino hacia la neutralidad climática."

Uso mayoritario de energías renovables

La dependencia de los combustibles fósiles en la elaboración de papel kraft para sacos está disminuyendo. El consumo externo de combustibles fósiles se redujo en un 9% entre 2015 y 2021, año este último en el que se empleó ya una gran cantidad de fuentes de energía renovables. En total, los biocombustibles representan el 92% de todos los combustibles consumidos in situ. El 78% de ellos se generan en la fábrica durante el proceso de producción. Además, las fábricas producen el 59% de sus propia demanda de electricidad. Del total de electricidad comprada a la red y consumida por las fábricas en 2021, el 29% correspondió a electricidad "verde".

Solución baja en carbono

A medida que los árboles jóvenes crecen van absorbiendo dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. El carbono queda retenido en productos forestales como los sacos de papel durante su ciclo de vida. Si incluimos en el cálculo las eliminaciones biogénicas “from cradle to gate” (de la cuna a la puerta), así como las emisiones, la huella de carbono sería incluso negativa. "Esto refuerza el hecho de que las bolsas de papel son una solución baja en carbono, incluso potencialmente negativa en cuanto a emisiones de carbono", resume Plitzko-Kerninon.

Si consideramos también los escenarios de fin de vida de los sacos de papel, tendríamos incluso una imagen más completa del ciclo de vida "de la cuna a la tumba". Sin embargo, esta metodología resulta problemática por la imprecisión de los datos. "En una economía circular, el reciclaje es, por supuesto, el escenario preferido. Reciclar productos de papel y cartón conlleva además otras ventajas: retrasa el regreso a la atmósfera del CO2 retenido", explica Plitzko-Kerninon. "Por ello, nuestra industria apuesta por fomentar y promover el reciclaje de los sacos de papel después de su uso.”

La Federación Europea de Fabricantes de Sacos de Papel Multipared (EUROSAC) representa a más del 80% de los fabricantes europeos de sacos de papel. Sus miembros operan en 20 países, producen unos  5.000 M de sacos de papel al año, lo que representa 630.000 t de papel procesado en 55 fábricas. Por su parte, la Asociación Europea de Productores de Papel Kraft de Saco para la Industria de Sacos de Papel y Papel Kraft para la Industria de Embalajes (CEPI Eurokraft) cuenta con 10 empresas asociadas, que representan un volumen de 3 Mt de papel, producido en 11 países.



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