La alianza 4evergreen se ha propuesto de aquí a 2030 aumentar hasta un 90% el porcentaje de envases de fibra reciclados. Poder acceder a los envases industriales como los sacos de papel, como nueva fuente de fibra, podría ser parte de la solución. La industria europea productora de papel kraft para sacos y sacos de papel ha encargado un estudio independiente para determinar la viabilidad del reciclaje de sacos de papel. El estudio concluyó no sólo que los sacos de papel usados y sin usar se pueden reciclar perfectamente, sino que, además, ofrecen ventajas para el producto y el proceso cuando se incorporan a la mezcla de fibras recuperadas.
Los sacos de papel son envases de fibra muy utilizados en los sectores industrial y de consumo. Se estima que en 2023 se comercializaron unos 5.300 M de sacos de papel en el mercado europeo. Al igual que ocurre con los envases domésticos y para llevar, a veces contienen revestimientos de polímeros y láminas que aportan funcionalidad. "Estos materiales adicionales, así como los posibles residuos del producto, han favorecido la percepción generalizada de que los sacos de papel son incompatibles con los procesos de reciclado estándar", explica Catherine Plitzko-Kerninon, delegada general de Eurosac, la Federación europea de fabricantes de sacos de papel de gran contenido. "Sin embargo, faltaba un análisis sistemático que determinara si esto se corresponde con la realidad. Decidimos lleva a cabo esta investigación, porque la recuperación de las fibras que contienen los sacos de papel puede suponer un ahorro de recursos naturales y económicos, y reducir además las emisiones de CO2."
Características del estudio
En la investigación se estudiaron cinco variantes de sacos de papel kraft, que suponen más del 80% de los sacos de papel kraft comercializados en el mercado europeo. Se analizaron sacos comunes de cemento y materiales de construcción, harina, leche en polvo, piensos para animales y comida para mascotas no utilizados. También se analizó la reciclabilidad de un saco de cemento vaciado, para conocer cómo pueden afectar los posibles residuos del producto a la dispersión de las fibras y a la calidad de la hoja de papel. Las pruebas fueron realizadas de acuerdo con el método armonizado europeo para ensayos de laboratorio por Cepi. Proporciona resultados relevantes para conocer la eficiencia del proceso en plantas de reciclaje estándar (rendimiento, rechazos gruesos y finos), así como la calidad del papel reciclado (impurezas visuales y adherencia de la hoja). Esto se traduce en una puntuación de reciclabilidad. Para los envases de fibra, la puntuación debe encontrarse entre 0 y 100 para que puedan ser clasificados como "aptos para reciclaje en una planta estándar".
Los resultados de las pruebas indican que cuatro de las cinco muestras de sacos de papel sin usar alcanzan excelentes puntuaciones de reciclabilidad, que varían entre 63 y 96. La puntuación de rendimiento más alta puede considerarse "la mejor de su clase". Esto significa que es improbable que presente problemas de repulpabilidad en una planta de reciclaje estándar. Únicamente el saco de leche en polvo presentó "importantes problemas de repulpabilidad" debido a su grueso tubo interior de plástico. Sin embargo, el tubo suele separarse del saco de papel durante el uso. El saco de papel para cemento usado y vaciado alcanzó una puntuación de reciclabilidad de 83. Los residuos no afectaron a la dispersión de las fibras ni a la calidad de la hoja. Según los resultados, cuanto menos plástico contengan los envases, mejor es la puntuación de reciclabilidad. "Esto está en línea con las recomendaciones propuestas en nuestras Directrices de diseño para la reciclabilidad", afirma Plitzko-Kerninon.
La fibra de papel kraft para sacos mejora la calidad del papel reciclado
También se evaluó el potencial de la inclusión de fibras kraft de sacos en una mezcla típica de fibras recicladas. El papel kraft para sacos se repulpó con testliner de 100 g/m2 en varias mezclas. La pulpa se utilizó para preparar hojas de papel, en las que se midieron diferentes propiedades, entre ellas la longitud de la fibra, el grosor óptico, el índice de drenaje de la pulpa, las sustancias disueltas y coloidales <10μm, así como las cenizas y las propiedades mecánicas de la hoja de papel. Los resultados obtenidos demuestran que la calidad del papel mejora linealmente a medida que aumenta la cantidad de fibra de papel kraft para sacos incorporada al suministro de fibra.
Por citar algunos ejemplos, una adición de tan sólo un 5% de fibra de papel kraft para sacos mejoró el índice de desgarro del papel reciclado en un 15,5%, el índice de rotura en un 2% y el drenaje de la pulpa en un 7,1%. Mientras que al añadir un 20%, el índice de rotura aumentó hasta un 44,4% y el índice de desgarro hasta un 45,1%. El drenaje de la pulpa mejoró un 12,5% y el contenido de cenizas se redujo un 5,5%.
De la investigación se desprende que los sacos de papel usados y sin usar pueden reciclarse perfectamente. Además, las empresas de reciclado pueden mejorar la calidad y la resistencia del papel fabricado incorporando fibras de papel kraft para sacos a la composición de fibras. Un menor contenido en cenizas se traduce en un mayor rendimiento en fibra, y la mayor rapidez de drenaje de la pulpa favorece la formación y el secado del papel en la máquina. Esto supone una reducción potencial del consumo de energía y de las emisiones de carbono. "Obviamente, se trata de resultados de laboratorio", afirma Plitzko-Kerninon. "En el siguiente paso, tenemos previsto realizar pruebas adicionales y fomentar la creación de circuitos de recogida, para continuar facilitando así el reciclaje de bolsas de papel a gran escala."
