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El lujo de la Costa del Sol atraviesa serias dificultades

Hoteles como ‘Los Monteros’ no levantan el vuelo desde hace dos décadas

El lujo de la Costa del Sol atraviesa serias dificultades

V arios establecimientos históricos de lujo de la Costa del Sol, como ‘Los Monteros’, ‘Torrequebrada’, ‘Incosol’ o ‘Gvadalpín’ atraviesan serias dificultades que, en algunos casos, podrían significar su cierre. En otros, los sucesivos cambios en la propiedad y el progresivo deterioro de las instalaciones pese a las inversiones realizadas, han provocado que dichos hoteles no hayan levantado el vuelo desde hace más de dos décadas. Este es el caso de ‘Los Monteros’ e ‘Incosol’, cuya historia ha estado ligada hasta fechas recientes. Ambos fueron puestos en marcha por la famila Coca (entre otros socios), en el caso de ‘Los Monteros’, en 1962, conviriténdose en el primer establecimiento hotelero ‘gran lujo’ de la provincia de Málaga. Mientras, el ‘Incosol’ abrió poco más de 10 años después, en 1973. Tras una primera época de esplendor, los hoteles ya se encontraban en suspensión de pagos a comienzos de los noventa, con un pasivo conjunto próximo a los 54 M€ (36 M correspondientes a ‘Los Monteros’ y 18 M, al ‘Incosol). Por aquel entonces, los establecimientos también habían cambiado varias veces de propietarios, ya que, tras sus primeras dificultades económicas, pasaron a manos de un banco español y, más tarde, a una entidad financiera texana. Después de la quiebra de ésta, los hoteles fueron propiedad durante un tiempo de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que los vendió en 1995 al grupo holandés Waog. Durante unos meses, ‘Los Monteros’ e ‘Incosol’ fueron gestionados por Occidental, hasta la renuncia de ésta. En el caso del segundo, tan sólo nominalmente, ya que estuvo dirigido por un hombre de la cadena, pero no llegó a integrarse en ésta.

Poco más de un año después, en 1997, volvieron a cambiar de manos y fueron adquiridos por el empresario Juan José García Egocheaga. Éste invirtió más de 40 M€ a partir de de dicha fecha, destinados a la reforma integral de los hoteles, deteriorados tras un largo periodo sin recibir mejoras a causa de las sucesivas crisis de accionariado por las que habían pasado. De esta manera, el ‘Incosol’ recuperó las 5E en 2002 (en 1986, sus propietarios por aquel entonces rebajaron la categoría a 4E con el fin de ahorrar impuestos). Mientras, ‘Los Monteros’ pasó a ser operado durante cinco años, entre 1998 y 2003, por Le Meridien, pero Juan José García Egocheaga rescindió el contrato con la cadena unilateralmente ante el incumplimiento de los objetivos pactados. La historia del ‘Incosol’ y ‘Los Monteros’ se separa en 2005, cuando este último fue adquirido por el empresario libanés Reda Alaywan Mohamad. Por aquel entonces, el hotel había absorbido inversiones próximas a 25 M€ desde 1997 y acumulaba una deuda superior a 35 M. Alaywan alquiló el hotel a Accor, que lo explotó bajo su enseña ‘Sofitel’ brevemente. Ya en 2008, ‘Los Monteros’ fue adquirido por el grupo petrolero ruso Northwest Oil por 115 M€, que procedió a su cierre recientemente, inmerso en una lucha con la plantilla del hotel. En el caso del ‘Incosol’, el hotel permaneció en manos de García Egocheaga hasta 2007, cuando acumulaba una deuda de 34 M€ y estuvo a punto de ser subastado por orden judicial. Finalmente, el establecimiento fue adquirido por las promotoras inmobiliarias andaluzas Jale y Promobys por un importe que rondó los 50 M€. Éstas planeaban crear una cadena de hoteles con instalaciones de salud y belleza como las del establecimiento marbellí. Sin embargo, Jale, víctima de la crisis, se declaró en suspensión de pagos a principios de 2008 y se ha visto obligada incluso a vender alguno de los establecimientos de su división hotelera.

‘Torrequebrada’,

en suspensión de pagos

Otro ‘clásico’ de la Costa del Sol, el ‘Torrequebrada’, se encuentra en suspensión de pagos desde el pasado mes de febrero, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga declaró la empresa en situación de concurso de acreedores. Según diversas fuentes, el establecimiento acumularía una deuda cercana a los 60 M€ con bancos, Hacienda y la Seguridad Social. El hotel ‘Torrequebrada’ abrió sus puertas en 1988, casi una década después que el casino homónimo, ambos propiedad del grupo Ferrovial. Éste intentó venderlos tan sólo seis años después, en 1994, pero no fue hasta 1996 que cambiaron de manos, al ser adquiridos por Marbella Club Hoteles, propietaria también del ‘Puente Romano’ y ‘Marbella Club’. Dicha cadena, participada por un grupo de empresarios de origen libanés, desembolsó cerca de 21 M€ en la operación. Tras un primer intento de venta fallido en 2000, Marbella Club Hoteles terminó desprendiéndose igualmente del establecimiento en 2004, cuando fue adquirido por el empresario hispano-árabe Olama Sultán Mahamad Sharif por una cantidad que rondó los 50 M€, si bien en la operación no se incluyó el casino. Poco tiempo antes de su venta, la cadena marbellí había invertido 10 M€ en la reforma del complejo, coincidiendo con el 25 aniversario de la apertura del casino. En la actualidad, son numerosos los rumores que apuntan a un posible nuevo cambio en la propiedad del hotel ‘Torrequebrada’, por el que se habría interesado Hotasa, cadena de la familia Ruiz Mateos.

En dificultades también se encuentran otros hoteles de la Costa del Sol, como ‘Las Dunas’, de Estepona, propiedad del citado Reda Alaywan. Éste estuvo a punto de adquirir a principios de 2007, asimismo, dos hoteles en dicho municipio a Princess, el ‘Andalucía Princes’ y ‘Costa del Sol Princess’, con la intención de convertir parte del complejo en condohotel, como ya hiciese con ‘Las Dunas’. Precisamente, la propiedad del ‘Torrequebrada’ habría planteado la misma posibilidad a la Junta de Andalucía, como alternativa para garantizar la viabilidad del establecimiento, sin éxito, medida que también adoptaron los propietarios del ‘Gvadalpín’. Este último podría cambiar de manos próximamente si el Ayuntamiento de Mijas acepta la oferta presentada por la británica Amsprop, que acaba de hacerse con las parcelas del complejo correspondientes a la zona de talasoterapia y pistas de tenis del complejo. En cuanto a los mencionados hoteles de Princess en Estepona, la cadena no ha conseguido desprenderse de ellos hasta este mismo año, cuando Ibersol se ha hecho con su propiedad. El motivo de la venta se encontraría en los malos resultados cosechados por ambos establecimientos desde su apertura, a comienzos del presente siglo.

Por tanto, no se trata sólo de la actual crisis económica que, efectivamente, está afectando de manera especial al turismo de lujo, sino que en los casos anteriormente citados convergerían numerosos factores. Entre ellos, la sobreexplotación inmobiliaria de algunos destinos de la zona, en muchos casos consecuencia de la corrupción inmobiliaria, lo que ha deteriorado la imagen de la Costa del Sol, especialmente para sus antiguos visitantes de ‘alto standing’. Del mismo modo, pese a las inversiones recibidas, la mayoría de los establecimientos citados tienen más de tres décadas de antigüedad y han sufrido el deterioro del paso del tiempo, acelerado por los cambios en la gestión consecuencia del baile de propietarios del que han sido víctimas. Sin embargo, el interés por recuperar el esplendor de los viejos tiempos no cesa y, recientemente, se ha empezado a especular con la posibilidad de que otro ‘histórico’ como es el hotel ‘Don Miguel’, de Marbella, pueda reabrir. El establecimiento permanece cerrado desde 2004, cuando sus propietarios, un grupo de inversores alemanes, aseguraron que el hotel era “inviable”, tras acumular una deuda aproximada de 17 M€ entre 2000 y 2003 y después de haber invertido cerca de 5 M en su reforma entre 1999 y 2000. Antes del cambio de siglo, el ‘Don Miguel’ fue explotado durante 24 años por la cadena francesa Club Med, aunque renunció a la renovación del contrato de alquiler por el deterioro del establecimiento y la caída de la ocupación durante el último lustro de los noventa. En estos momentos, el ‘Don Miguel’ podría ser subastado, al igual que el citado ‘Gvuadalpín’, a causa de una condena de la Audiencia Provincial de Málaga que obliga a sus propietarios a pagar 11,9 M€. No obstante, diversas fuentes indican que habría inversores dispuestos a desembolsar hasta 30 M€ por el hotel, incluida la mencionada deuda.

Carlos Rija



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