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El Covid-19 amenaza con marcar negativamente el rumbo de la hostelería durante 2020

El Covid-19 amenaza con marcar negativamente el rumbo de la hostelería durante 2020

El sector turístico español está conteniendo la respiración hasta ver el impacto real que tendrá en la economía y el consumo la propagación del denominado Coronavirus (Covid-19). Esta semana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba ya oficialmente al brote como una pandemia global ante los “niveles alarmantes de propagación” del virus, que ha ocasionado hasta la fecha más de 140.000 contagiados y más de 5.000 fallecidos en 124 países (China, el foco inicial del virus, representa más del 60% del total de fallecidos por el virus).

Actualmente, España es uno de los países más afectados por el coronavirus, con más de 4.200 infectados y más de 120 fallecidos a fecha de 13 de marzo (las autoridades dan por hecho que estas cifras se incrementarán, en mayor o menor medida, en las próximas semanas). El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha advertido de que el impacto del coronavirus paralizará dos de los principales motores económicos de España, el turismo (representa en torno al 12-14% del PIB de España) y el consumo. Como consecuencia, el FMI prevé para este año un crecimiento en nuestro país inferior al 1,6% hasta ahora previsto y pide al gobierno español “medidas extraordinarias" para paliar su efecto. "Además del cierto grado de desaceleración que cabía anticipar con la maduración del ciclo económico, se espera ahora que las perturbaciones temporales ocasionadas por el brote global de coronavirus a las cadenas de suministro, comercio, turismo y consumo interno ralenticen aún más el crecimiento económico en 2020", explica el FMI. La incertidumbre ha llegado a los mercados. El Ibex cerraba la sesión del 12 de marzo con una caída del 14% (hasta los 6.390,9 puntos), la peor sesión de su historia, superando incluso los efectos de la quiebra de Lehman Brothers o el Brexit.

Incertidumbre en el sector turístico

Como no podía ser de otra manera, la crisis sanitaria afecta en enorme medida, aún sin cuantificar exactamente, tanto al segmento hotelero como al de la restauración organizada de nuestro país, sectores que deberán ahora reformular sus planes de desarrollo previstos para este 2020. El temor a la parálisis de determinados mercados, el freno de la llegada de turistas extranjeros, la reducción del consumo o el más que previsible cierre de numerosos establecimientos hoteleros y de restauración en los focos urbanos más afectados por el Covid-19, han incrementado la incertidumbre tanto entre operadores de hoteles como de restaurantes, ya sean singulares o integrados en grupos y cadenas organizadas.

El sector hotelero es uno de los grandes damnificados ante la crisis sanitaria desatada por el coronavirus y que ha derivado en la cancelación de ferias, congresos, eventos y la suspensión de numerosos viajes de negocios (las agencias de viajes advertían de que la semana pasada las reservas estaban más de un 20% por debajo de 2019). El primer aviso se producía a finales de febrero, cuando se conocía el inicio de una cuarentena (ya finalizada) para un millar de personas, entre empleados y turistas, en el hotel tinerfeño ‘H10 Costa Adeje Palace’ (4E-467 habitaciones), tras dar positivo del virus una pareja de turistas italianos.

Pero el caso del hotel tinerfeño solo era el punto de partida. En pocas semanas, Madrid se ha convertido en el foco principal de infección en España con más de 2.000 casos y más del 60% de los fallecidos de todo el país (81 decesos a fecha de 13 de marzo). El aumento de contagios por Covid-19 en los últimos días en la capital ha conllevado a que el nivel de ocupación del sector hotelero en Madrid se desplome hasta situarse en marzo por debajo del 15%, frente al 77% del pasado año por estas mismas fechas. Este aumento de contagios y la saturación de enfermos en hospitales ha hecho que el gobierno madrileño declare el cierre de los colegios por 15 días y conmina a las empresas a fomentar el teletrabajo para sus empleados.

Valencia es otro de los focos de infección. Recientemente, la Generalitat se ha visto obligada a suspender, por primera vez desde la Guerra Civil española, sus célebres Fallas. El impacto estimado en tal medida está cifrado en unos 700 M€. A mediados de marzo, el precio de las habitaciones en el centro de la capital del Turia para los días grandes de Fallas caía hasta un 52%. Al respecto, y según se publicaba en prensa especializada, Juan Carlos Sanjuán, propietario de la cadena Casual Hoteles, aseguraba: “La situación es muy preocupante, los hoteles aguantarán así dos o tres meses. El Gobierno tiene que articular préstamos a través del ICO porque el mercado está completamente parado”.

Asimismo, los hoteleros de la Costa del Sol ya han adelantado su temor a perder la mitad de las reservas. La Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) ha comunicado que la situación de la provincia de Málaga es, a día de hoy, muy preocupante. “Ya llevamos más de 5 M€ en cancelaciones de reservas, con nombres y apellidos, y lo que aún no podemos valorar es la cantidad de miles de reservas que no entran”, explican desde Aehcos. Los hoteleros de la Costa del Sol temen que se suspendan las festividades de Semana Santa como ha ocurrido con las fiestas de las Fallas. A su vez, el sector hotelero en Huelva se resentía también por la epidemia y sufría un descenso de la ocupación hotelera, del 6 al 14 por ciento, en apenas unos días, lo que está provocando una “gran incertidumbre” entre las empresas del sector. Así lo indicaba a Europa Press el secretario general del Círculo Empresarial de Turismo en la provincia, Rafael Barba. La mayoría de estas cancelaciones, o aplazamientos, se vinculan al segmento de congresos.

Las personas mayores son el grupo más vulnerable ante esta pandemia. Por ello, el Gobierno cancelaba de manera temporal los viajes del Imserso a partir del 1 de abril. Actualmente, en este programa participan en España unos 320 establecimientos hoteleros y 110 balnearios, que de forma conjunta ofertan casi un millón de plazas. La cancelación durante un mes de los viajes de la tercera edad provocará que varios establecimientos hoteleros “se vean obligados a cerrar temporalmente sus puertas por no tener clientes”, se indicaba desde las asociaciones hoteleras baleares de Palmanova-Magaluf y Platja de Palma.

Otra de las fechas turísticas marcadas a rojo en el calendario es la Semana Santa. La caída de las reservas en estas vacaciones como consecuencia del temor al contagio hace peligrar en torno a un 15% de la facturación anual del sector, que está observando también un descenso significativo de las prerreservas para el verano, según aseguran distintas fuentes del sector. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) ha mostrado su respaldo a las medidas que recomienda el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, exigía al Estado un paquete de medidas urgentes para paliar los escenarios negativos que se están produciendo desde el comienzo de la crisis. Entre ellos, CEHAT solicitaba para los hoteleros el aplazamiento del pago de las cuotas de la Seguridad Social, por un periodo no inferior a tres meses y sin recargos ni intereses, para aliviar problemas de tesorería de las empresas. De igual forma, se ha solicitado también el aplazamiento de otros tributos de carácter local, como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) o las tasas municipales.

Medidas de contención

Como medida preventiva y ante el freno del consumo, varios operadores hoteleros ya han movido piezas y propuesto algunas soluciones. Así, Room Mate, cadena presidida por el empresario Kike Sarasola, decidía cerrar temporalmente tres de sus seis establecimientos madrileños (‘Laura’, ‘Mario’ y ‘Macarena’), reubicando a sus huéspedes en los otros tres hoteles operativos de la cadena en la capital. Room Mate también ha puesto a disposición de las autoridades dos de sus hoteles en Madrid para tratar a pacientes con coronavirus ante la falta de camas en los hospitales. El grupo Palladium también ha contactado con la Comunidad de Madrid para ofrecer el ‘Ayre Gran Hotel Colón’ (4E-361), situado frente al Hospital Gregorio Marañón. Por su parte, la cadena de hostels B & B ha ofrecido siete de sus inmuebles ubicados en Madrid y alrededores para aliviar la carga de falta de camas en los hospitales.

Al mismo tiempo, el impacto del virus ha llevado a algunos destacados operadores a adoptar medidas excepcionales. Para reducir el número de despidos, Meliá Hotels International ha decidido bajar, durante dos meses, al 50% la jornada y el salario de todos los empleados de oficinas y de los directores de los hoteles.

El temor llega a las Ferias

Los hoteles de Barcelona siguen el camino de los Madrid en cuanto al descenso de ocupación, ya que una gran parte de los establecimientos más afectados por el coronavirus dependen del turismo de reuniones y congresos, sector que ha sufrido en las últimas fechas la suspensión o el aplazamiento de la celebración de diversas ferias y eventos. No se trata de un asunto baladí. Las instituciones y recintos feriales que operan en España alcanzaron una facturación conjunta de 485 M€ en 2018, con más de 3.000 eventos celebrados, cerca de 650 ferias comerciales y alrededor de 15 millones de visitantes. Las siete principales instituciones feriales de nuestro país tuvieron un impacto económico superior a los 9.000 M€ en 2018 (Fira de Barcelona y Feria de Madrid acaparan casi el 73% de los ingresos de este sector y reúnen a más del 41% de los visitantes). A nivel mundial, esta industria mueve 16.000 M€ al año, según datos de la Unión Internacional de Ferias, generando más de tres millones de empleos directos e indirectos en sus 32.000 eventos anuales, con alrededor de cinco millones de empresas expositoras y más de 303 M de visitantes.

Las previsiones para este año 2020 en España eran inicialmente muy optimistas (con ingresos totales estimados superiores a los 500 M€), pero la incidencia del Covid-19 ha provocado ya la cancelación o el aplazamiento de diversos eventos, que afectará tanto a los ingresos de estas instituciones como al impacto generado para la economía del país. El Mobile World Congress (MWC) -24 al 27 de febrero en Barcelona-, fue el primer gran evento que se suspendió fuera de Asia y el pasado año había generado unos ingresos de 500 M€. También en Barcelona, el comité organizador de Alimentaria y Hostelco decidía trasladar a septiembre la celebración de su feria, prevista para el 20 al 23 de abril. En concreto, en Madrid ya se han aplazado diversas ferias y congresos vinculados al sector hostelero, que se iban a celebrar entre febrero y abril, como medida de prevención ante la enfermedad. Las consecuencias han quedado reflejadas en los hoteles de la capital, que han registrado un 24% de cancelaciones de media diaria para las reservas realizadas entre el 24 de febrero y el 31 de marzo, según informaba la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM).

La restauración, a la expectativa

Si bien el impacto negativo del coronavirus en el sector de la restauración no está todavía cuantificado, los expertos ya advertían esta semana de que se podría producir de manera inmediata el cierre masivo de restaurantes. "No hay actividad en la calle y los pequeños negocios de hostelería se pueden enfrentar a un problema de liquidez, lo que obligará a muchos de ellos a cerrar", advertía ya hace unas semanas Emilio Gallego, secretario general de la patronal Hostelería de España, que ya detectó una caída de la afluencia en los restaurantes del 15% en los últimos días. Gallego urgía al Gobierno a tomar medidas paliativas para que los pequeños negocios puedan sobrevivir. Si bien, las medidas han sido más drásticas, al menos en Madrid. A pesar de sus reticencias iniciales, el gobierno madrileño decretaba el viernes 13 de marzo suspender las licencias de las terrazas de los restaurantes de la comunidad y, a partir del sábado 14, el cierre de todos los bares y restaurantes de Madrid.

La situación podría ahondar aún más la previsible ralentización del sector. “Todos los grupos y profesionales de la hostelería deben revisar obligatoriamente sus decisiones marcadas a finales del 2019. Las previsiones para 2020 han cambiado y no tienen nada que ver con ningún plan de negocio elaborado previamente”, comenta por su parte Vicente Montesinos, director de Sur Europa de la consultora The NPD Group. “El franquiciador tiene una responsabilidad en este momento. No puedes, por ejemplo, lanzar al franquiciado a situaciones comprometidas, se debe administrar el régimen de aperturas acorde a la situación. El impacto del Covid-19 afectará a todos los niveles: aperturas, toma de decisiones, contrataciones, gestión, aprovisionamiento, etc”, añade el experto.

Adelantándose a las autoridades, algunos operadores ya habían tomado las primeras medidas para contener el contagio y frenar la incertidumbre entre sus empleados y clientes. Así, el gigante norteamericano de hamburgueserías Burger King, con una red superior a los 830 restaurantes en España, decidía cerrar todos sus locales ubicados en la Comunidad de Madrid (185 establecimientos) para evitar la propagación del Covid-19. La cadena estadounidense mantendrá, por el momento, el servicio a domicilio para facilitar que los ciudadanos permanezcan en sus domicilios. Asimismo, el grupo Larrumba (17 restaurantes singulares) y Grupo Tatel anunciaban también el cierre temporal de sus establecimientos localizados en Madrid. Por su parte, la cadena de cocina japonesa Sushicatessen, perteneciente al grupo de restauración Sin Tenedor, decidía implementar un protocolo inmediato en sus locales dejando, al menos, un metro de separación entre las mesas y la obligación de que los miembros del staff se laven las manos cada 30 minutos con jabón higienizante sin olores, así como limpiar todas las superficies del local con un producto específicamente bactericida. Por su parte, el grupo de restauración Beer & Food ha activado un protocolo de prevención en sus oficinas centrales de Madrid, permitiendo a sus empleadores trabajar desde sus casa.

Reacción del Gobierno

En respuesta a las peticiones de las patronales y sindicatos hosteleros y para incentivar la economía y frenar la incertidumbre del mercado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba el 12 de marzo el lanzamiento de un paquete de medidas de urgencia. Entre ellas, se aprobaba una moratoria de seis meses sin intereses en el pago de impuestos para pymes y autónomos, que supondrá una inyección de 14.000 M€. Asimismo, se transferirán 2.800 M a las comunidades para reforzar sus servicios sanitarios y se movilizarán otros 1.000 M para intervenciones prioritarias en salud. Para las bajas temporales, la Seguridad Social abonará el 75% de los salarios. Para el sector turístico se ha dotado una línea del ICO con más de 400 M para empresas turísticas, de transporte y hoteleras.

A nivel local, y como medida de inyección económica, el Ayuntamiento de Madrid anunciaba una rebaja fiscal de 63 M€ para las empresas del sector del ocio, hostelería y comercial en los recibos del IBI y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). En total se verán afectados por esta rebaja 106.000 recibos del IBI por 53 M€ y 14.000 del IAE (10 M). En el segundo caso, se beneficiarían grandes superficies comerciales y agencias de viajes, además de empresas de ocio, hostelería y comercial. Las fechas de referencia para aplicar las rebajas serán todo 2020, de 1 de enero a 31 de diciembre. El resto de Comunidades Autónomas están decidiendo actualmente las medidas a tomar, tanto de la prevención de la extensión de los contagios como de ayudas al sector hostelero.

Desde la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMERC) alertan de que el mayor peligro para el consumo proviene, precisamente, de la psicosis generada entre la población. Varios expertos vaticinan que, de no atajar la situación, España podría pasar por el mismo drama que Italia (más de 17.600 contagiados y más de 1.250 muertos), país que ha decidido aplicar el toque de queda en determinadas ciudades y ha cerrado todos los negocios del país, excepto los de primera necesidad como farmacias, supermercados o gasolineras. De hecho, el gobierno madrileño se planteaba cerrar determinadas vías de entrada y salida en la capital. Por su parte, el gobierno vasco declaraba la alerta sanitaria, que permite el confinamiento de poblaciones, y el gobierno catalán decidía aislar temporalmente varios municipios barceloneses que sumaban más de 70.000 habitantes. Ante tal coyuntura, y debido a la presión ante el rápido incremento de los contagios, el Gobierno de Pedro Sánchez declaraba el estado de alarma por el coronavirus, que permitiría limitar temporalmente la circulación de personas, al igual que sucede actualmente en Italia.



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