Las áreas de restauración de los establecimientos hoteleros necesitan lidiar en estos tiempos con la etiqueta de gasto prescindible, que le cuelga un amplio grupo de clientes, y con la propia crisis de consumo que atraviesan los restaurantes. Esta actividad, que supone de media en torno al 30% de los ingresos hoteleros según el informe recién publicado en Hostelmarket Revista , necesita buscar nuevas fórmulas para incrementar su rentabilidad. Una de ellas es la mayor integración en la oferta hotelera, que pasa por el consabido todo incluido o la incorporación del desayuno en el precio de la habitación, opciones que están ganando fuerza en los últimos años. Por otro lado, las zonas de restauración son espacios excelentes para crear imagen y construir marca, movilizando tanto a los propios huéspedes del hotel como a clientes externos.
De esta manera, cada vez se apuesta más por espacios abiertos e informales, con amplio protagonismo de las terrazas y de fórmulas como los gastrobares y las coctelerías. Además, por supuesto, los hoteles de gama alta y media-alta siguen optando en muchos casos por la alta cocina asociada a grandes cocineros, que pueden convertirse por si mismos en un destino para gourmets.







