El sector español de transporte de mercancías por carretera, representado a través de su máximo organismo, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), ha decidido convocar un paro empresarial de transporte para los días 27 y 28 de julio. La decisión viene motivada, finalmente, por la prevista modificación de la normativa de pesos y dimensiones de los vehículos de transporte de mercancías, ampliando la Masa Máxima Autorizada (MMA) y la altura de los camiones hasta las 44 toneladas y los 4,5 metros respectivamente, en lugar de las 40 toneladas y 4 metros permitidos como máximo en estos momentos, obviando la opinión del sector. El Gobierno ha incluido esta medida dentro del plan de reactivación del sector automovilístico anunciado hace unos días, con entrada en vigor prevista para mayo del año próximo, y que ha sorprendido a los representantes del transporte, a los que implicaría un perjuicio y pérdida de negocio.
Sin embargo, desde la patronal de la logística, UNO Logística, donde están asociados los operadores integradores de logística y transporte, se oponen a esta convocatoria y apelan "a la responsabilidad colectiva para evitar daños económicos y sociales todavía mayores en una sociedad y en una economía tremendamente afectadas por la crisis del coronavirus. No podemos hacerle esto a los ciudadanos”, apunta la patronal.
UNO considera que el paro en el transporte en estos momentos carece de sentido alguno. "El diálogo con la Administración y con el ministerio, a través de la Mesa del Transporte creada por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, debe ser la vía para introducir mejoras continuas en un sector que es esencial para la economía y para la sociedad, como bien ha quedado demostrado en esta crisis sanitaria".
La CNTC fundamenta la drástica decisión ante la falta de respuesta a las peticiones del sector al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, expuestas en febrero y marzo de este año interesando medidas de tipo económico y de naturaleza estructural, y reiteradas en reunión al propio ministro el pasado 4 de junio. "Es parecer del sector -señala su comunicado- que, tras haber soportado los meses de pandemia en unas condiciones de trabajo de extrema exigencia, sostenido con abundantes pérdidas económicas en atención a la imperiosa necesidad de abastecer a la población en general, no es de recibo que, cesada la situación de emergencia, se desatiendan peticiones elementales para su mantenimiento, siendo muchas de ellas medidas que no implican coste económico alguno, todo ello cuando tras la reunión con el ministro, se comprometió la rápida intervención del ministerio en la solución de buena parte de ellas".
Desde el sector de transporte de mercancías por carretera se entiende que esta actitud demuestra que "no se tiene en cuenta a sus empresas, a pesar de que el 85% de las mercancías se mueven por carretera y de que el sector supone un 4,8% del PIB del país y 600.000 empleos directos".
Por su parte, desde UNO se pone el acento en que, según sus datos, la logística tiene casi 140.000 trabajadores, el 15% de su fuerza laboral, afectados por ERTEs y ha visto cómo se destruían 40.000 puestos de trabajo (5% de los empleos). “No es el momento de un paro, nuestra sociedad ya no está para bromas pesadas”, insiste la organización empresarial. “Ahora, más que nunca, tenemos que trabajar unidos para afrontar cuanto antes la recuperación de nuestra economía y para rescatar la mayor parte de los empleos afectados por la crisis sanitaria”, manifiesta.
