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Héctor CebriánExperto en Movilidad Sostenible de CRECEMOSy responsable de Sostenibilidad de Sesé«Los combustibles renovables tienen un encaje natural en el transporte de mercancías»

Héctor CebriánExperto en Movilidad Sostenible de CRECEMOSy responsable de Sostenibilidad de Sesé«Los combustibles renovables tienen un encaje natural en el transporte de mercancías»

Alimarket Logística: CRECEMOS fue creada para “fomentar el empleo de combustibles renovables y la economía circular”. ¿Cuáles son esos combustibles no fósiles por los que apuesta?

Héctor Cebrián: Se trata de biocombustibles, combustibles avanzados y combustibles sintéticos, todos ellos producidos a partir de materias primas renovables, como residuos orgánicos, aceites usados y CO₂ capturado. Son soluciones ya disponibles y permiten avanzar de forma inmediata en la descarbonización del transporte mientras se mantiene la competitividad de las empresas. Además, este enfoque para reducir las emisiones de CO2 supone un impulso de la economía circular y el reforzamiento de la independencia energética de España.

Uno de los principales es el diésel renovable o HVO, un combustible renovable de segunda generación, que se obtiene mediante el tratamiento de aceites y grasas residuales. Es totalmente compatible con los motores diésel actuales y puede reducir hasta un 90% las emisiones de CO2, respecto al gasóleo convencional, en todo el ciclo, incluyendo la producción, el transporte y la combustión. También promovemos el uso del bioetanol, producido a partir de biomasa y residuos agrícolas y forestales, que ya se ha incorporado a las gasolinas actuales y permite una reducción de emisiones de hasta el 90%. Más reciente es el desarrollo de los combustibles sintéticos o e-fuels, como el e-diesel, generados mediante la combinación de hidrógeno verde y dióxido de carbono capturado, que suponen una opción especialmente prometedora para la aviación y el transporte pesado.

A.L.: La gran ventaja para las compañías de transporte es que estos combustibles no requieren inversiones adicionales en flota…

H.C.: Además, todos estos combustibles pueden aprovechar la red existente de distribución y repostaje, lo que los convierte en una alternativa realista, escalable y complementaria a otras tecnologías como la electrificación y el hidrógeno. Es precisamente lo que defendemos desde la asociación, es decir, un enfoque tecnológicamente neutro, que ponga todas las soluciones disponibles al servicio de la descarbonización.

A.L.: ¿Para qué combustibles renovables existe en España una mayor producción hoy en día?

H.C.: España cuenta ya con una capacidad productiva significativa en el ámbito de los combustibles renovables, especialmente de bioetanol y HVO. El bioetanol, que se mezcla con gasolina convencional, se produce a escala industrial desde hace años en varias biorrefinerías. Estas plantas, ubicadas en zonas rurales, transforman residuos agrícolas en combustible y generan productos para alimentación animal y CO₂ biogénico. Por tanto, forman parte de un modelo de economía circular avanzado. El HVO está creciendo de forma muy rápida gracias a las inversiones de varias compañías privadas que amplían o reconvierten sus instalaciones para producirlo a gran escala.

A.L.: ¿En qué medida puede aumentar la producción de combustibles renovables en España?

H.C.: Nuestro país cuenta con una gran disponibilidad de materias primas residuales (aceites usados, grasas animales, subproductos de la industria alimentaria, etc.), que pueden ser transformados en HVO mediante tecnologías maduras y ya desplegadas. También hay margen para aumentar la producción de bioetanol de segunda generación, pues España dispone de una gran superficie agrícola y forestal y muchos de sus residuos no se están valorizando.

En suma, existen las materias primas, la tecnología, la experiencia industrial y la voluntad de avanzar. La producción de estos combustibles permite un uso más eficiente de las materias primas y de las instalaciones, lo que implica reducir los costes, generar nuevas oportunidades económicas en zonas rurales, reducir la dependencia de materias primas externas e incrementar la competitividad española. Ahora, necesitamos un marco regulatorio estable y con señales claras para atraer inversión y escalar estas soluciones a nivel nacional.

A.L.: ¿En qué modo de transporte pueden lograr una mejor aplicación cada uno de esos combustibles renovables?

H.C.: Cada tipo de combustible renovable tiene un campo de aplicación óptimo. En el transporte terrestre, especialmente en los tráficos de larga distancia y en el transporte pesado, es especialmente útil el hidrobiodiésel o HVO. Se comporta de forma idéntica al diésel convencional, por lo que puede utilizarse en camiones, autobuses y vehículos ligeros.

Pero el rol de los combustibles renovables es especialmente estratégico en el transporte marítimo y aéreo, ámbitos en los que la electrificación está muy lejos de ser viable a gran escala. Para el sector marítimo, los biocombustibles avanzados, como el HVO marítimo e, incluso, el biofuel sintético e-HFO, están empezando a desplegarse en pruebas con resultados muy positivos. En aviación, los SAF (Sustainable Aviation Fuels), que pueden producirse a partir de residuos o mediante procesos sintéticos, son ya reconocidos por la normativa europea como una solución clave para reducir emisiones.

A.L.: ¿Considera que los combustibles renovables se van a poder aplicar mejor al transporte profesional de mercancías que al transporte privado (flota privada de viajeros)?

H.C.: En el corto y medio plazo, los combustibles renovables tienen un encaje especialmente natural en el transporte profesional de mercancías, tanto por razones técnicas como económicas. De hecho, este tráfico pesado representa el grueso del transporte terrestre y, por tanto, juega un papel especialmente relevante en la tarea de reducir las emisiones de CO2. Dado este objetivo, la adopción de los combustibles renovables se presenta como la solución sostenible más competitiva. Es más, en algunos casos, es la única opción posible.

La adopción a gran escala en el transporte privado depende de su disponibilidad en estaciones de servicio y del precio final para el consumidor. Para que estos combustibles sean viables, necesitamos políticas que favorezcan su fiscalidad, incentivos al uso y, sobre todo, un reconocimiento claro de cara al ciudadano, por parte de las instituciones públicas, de que son una opción sostenible y segura.

A.L.: ¿CRECEMOS fomenta el uso de los combustibles renovables solo en el transporte o también quiere promover su empleo en las plantas logísticas (cámaras de frío, etc.,) la industria, la calefacción doméstica, etc.?

H.C.: El objetivo principal de CRECEMOS es crear una movilidad más sostenible y el desarrollo de una economía circular que permita valorizar residuos en su producción. Por este motivo, su uso se encuentra muy focalizado en el transporte, ámbito en el que los combustibles renovables tienen una aplicación más evidente y urgente. Igualmente, consideramos que los combustibles renovables podrán ayudar a descarbonizar otras industrias o aplicaciones, en sustitución de combustibles de procedencia fósil. Todo ello contribuirá al fomento de la economía circular, la transformación de la industria del refino y la descarbonización.

A.L.: Han indicado que la asociación “colabora con las administraciones en una normativa que incluya los combustibles renovables como solución para reducir las emisiones de CO2”. ¿De qué normativas se trata?

H.C.: Son varios marcos normativos clave, tanto a nivel europeo como nacional, en los que CRECEMOS está trabajando para que los combustibles renovables sean reconocidos como una solución de emisiones netas cero en su uso, al mismo nivel que otras tecnologías como la electrificación y el hidrógeno renovable. Uno de los principales es la revisión de la normativa europea sobre emisiones de vehículos (ligeros y pesados), que se está discutiendo en el contexto del paquete Fit for 55. Nuestro objetivo es que se reconozca que un vehículo impulsado por HVO o bioetanol puede tener un balance neto de emisiones igual a cero, si se considera el ciclo de vida completo del combustible, como ya se hace con los vehículos eléctricos alimentados por energías renovables.

Otro frente importante es la transposición en España de la Directiva de Energías Renovables (RED III), que establece objetivos ambiciosos de reducción de emisiones del 14,5% en el transporte para 2030. Desde CRECEMOS, pedimos que esos objetivos se desglosen en metas anuales claras y que se incentive el uso de materias primas emergentes recogidas en el Anexo IX-B.

A nivel nacional, estamos en contacto con los ministerios (Transición Ecológica, Agricultura, Alimentación y Pesca, Transporte e Industria) para influir en los planes estratégicos de descarbonización, el diseño de incentivos fiscales y la futura Ley de Movilidad Sostenible. Este año es clave porque muchas de estas normas están en fase de tramitación o de aplicación inicial. Nuestro trabajo consiste en asegurar que la voz del sector de combustibles renovables -representada por una cadena de valor que supone el 7,4% del PIB español- esté presente en ese debate.

A.L.: ¿Qué pasos cree deben darse en el sector primario y en el ramo de producción de energías renovables para aumentar la elaboración española de combustibles renovables y poner en valor su aportación a la sostenibilidad medioambiental?

H.C.: Necesitamos el esfuerzo conjunto de todos los eslabones de la cadena de valor. El primer paso es estructurar mejor la recogida y valorización de residuos orgánicos, como restos de poda, subproductos agroalimentarios y residuos de origen animal. Hoy, muchos de estos recursos no se aprovechan o acaban en vertederos. De hecho, la tasa de uso circular de materiales se sitúa en un 7,1% en España, frente al 11,7% de media europea. Es esencial fomentar la creación de plataformas logísticas y plantas de pretratamiento cercanas a los puntos de generación, especialmente en zonas rurales. Así, se facilitará el acopio y el transporte eficiente de estos residuos hacia biorrefinerías.

En el ramo energético, el paso decisivo es consolidar la reconversión de la infraestructura tradicional hacia modelos de producción sostenibles. Muchas compañías ya están transformando refinerías en biorrefinerías e invirtiendo en plantas de producción de bioetanol, HVO y e-fuels. Para multiplicar la apuesta, necesitamos que esta transición esté acompañada de un entorno regulatorio favorable, estabilidad jurídica y acceso a financiación pública y privada.

A.L.: También tienen una labor de información y de concienciación por delante...

H.C.: Efectivamente, debe reforzarse con un trabajo de divulgación y sensibilización, para que tanto los operadores logísticos como los propios ciudadanos identifiquen los combustibles renovables como una opción sostenible, fiable y 100% compatible con la movilidad actual.

A.L.: ¿Qué infraestructura de producción de combustibles renovables suman los miembros de CRECEMOS?

H.C.: Los miembros de CRECEMOS disponen de 55 instalaciones productivas distribuidas por todo el territorio nacional, que realizan el tratamiento de diferentes tipos de biomasa y residuos, y cuentan con instalaciones tecnológicas de producción de distintos tipos de combustible.



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