Desde que el brote de la bacteria 'E-coli' se manifestara en Alemania la semana pasada y se apuntara a una partida de pepinos españoles como fuente de la enfermedad - hecho desmentido ya ayer por las autoridades alemanas -, las exportaciones de frutas y hortalizas han caido en picado, con el cierre de fronteras de algunos países como Alemania y Rusia y el descenso de pedidos en otros destinos.
Esta alerta alimentaria ha puesto en graves apuros no sólo al sector hortofrutícola, sino también a otras industrias auxiliares como el transporte frigorífico.
Así, según José María Arnedo, presidente de la Asociación Española de Empresarios de Transporte Frigorífico, el 70% de la flota de camiones que cubre los trayectos desde la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería hacia diferentes destinos europeos permanece paralizada, lo que está suponiendo una pérdida de facturación para las empresas que se podría estimar en algo más de 30 M€ semanales.
Ante esta situación, la Asociación, que aglutina unos 12.000 vehículos, va a presentar una queja formal ante el Ministerio de Fomento para solicitar ayudas para paliar estas pérdidas, así como para que pida responsabilidades a quien fuera oportuno.
En esta línea, la Ministra de Agricultura, Rosa Aguilar, reclama a la UE "medidas extraordinarias y de urgencia" para compensar las pérdidas sufridas por la huerta española.







