La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha autorizado la adquisición del control exclusivo de la compañía química Ercros por parte de la italiana Esseco, bajo la condición de que la compradora rescinda acuerdos clave ante la existencia de riesgos para la competencia en los mercados y la falta de compromisos presentados por las partes. La operación consiste en la adquisición del control exclusivo de Ercros por parte de Esseco, a través de una oferta pública de adquisición (OPA) no solicitada, presentada el 27 de junio de 2024.

Durante su análisis, la CNMC ha tenido en cuenta el contexto de los mercados relevantes, altamente concentrados, donde las partes son los dos principales operadores y competidores cercanos, con acceso a las dos fuentes de suministro más competitivas en precio, cantidad y estabilidad de suministro, sin que el resto de los competidores, reales o potenciales, tengan capacidad ni incentivos para ejercer presión competitiva a la entidad resultante, informan en un comunicado.

El sector económico afectado es el de la fabricación de productos básicos de química orgánica e inorgánica, en concreto, los mercados de hidróxido de potasio (KOH), en estado sólido y líquido, y de carbonato de potasio (K2CO3) en los que las partes se solapan a nivel nacional.

El hidróxido de potasio, también conocido como potasa cáustica, tiene múltiples usos en diversas industrias como la cosmética, la fabricación de jabones y detergentes, como electrolito en baterías alcalinas, en la producción de productos químicos como fertilizantes y productos farmacéuticos, y como catalizador en la producción de biodiesel. Además, se utiliza en la industria alimentaria para regular el pH, en la agricultura para corregir la acidez del suelo, y en productos de limpieza y desinfección.

Del mismo modo, el carbonato de potasio es una sal blanca básica que se utiliza en diversas industrias como la alimentaria, química, farmacéutica y en la fabricación de vidrio y jabones.

Por lo tanto, en todos los mercados se producen solapamientos horizontales superiores al 80% en volumen y 70 % en valor. Como resultado, la entidad resultante quedaría a mucha distancia de sus principales competidores, señala el organismo.

Esseco debe rescindir su acuerdo con el grupo coreano UNID

En este sentido, Esseco es un operador verticalmente integrado y con gran capacidad productiva en Italia, tiene presencia directa en 15 países de todo el mundo y cuenta con alrededor de 1.300 empleados. Esseco ofrece productos cloro-alcalinos y derivados, productos químicos a base de azufre, subproductos del azufre y ácidos y formatos orgánicos para diversas aplicaciones industriales en agroindustria, la industria farmacéutica, los detergentes, el tratamiento del agua y el papel, entre otros. Además, el grupo cuenta con una división separada dedicada al suministro de productos y servicios para el sector enológico.

Por su parte, Ercros es un grupo químico industrial diversificado en tres áreas de actividad: la división de derivados del cloro, unidad estratégica cuyo nexo común es el cloro; la división de química intermedia, centrada en la química del formaldehído; y la división de farmacia. Cuenta con 10 fábricas en España y en 2024 facturó 643 M€ (54% exportación).

Se da la circunstancia que Ercros tiene un acuerdo de suministro en exclusiva con el principal fabricante a nivel mundial, el grupo coreano UNID. De llevarse a cabo la operación, la entidad resultante contaría con una posición de cuasi monopolio en los tres mercados analizados, a mucha distancia del resto de los competidores.

Por esos motivos, Competencia ha autorizado la operación sujeta a la obligación de Esseco de rescindir el contrato de suministro con el grupo coreano UNID para comprar o importar KOH, (en sólido y líquido) y K2CO3, directa o indirectamente, en la península ibérica. Además, Esseco no podrá firmar durante los próximos cinco años nuevos acuerdos con UNID para el suministro de esos tres productos potásicos si el destino es la península ibérica.

También le obliga a no imponer ni negociar en condiciones de exclusividad con los distribuidores de productos potásicos en la península ibérica, para evitar que se dificulte el acceso a dichos distribuidores por parte de los competidores que asuman el contrato con el grupo coreano UNID. Esta obligación estará vigente durante cinco años desde que el cierre de la operación.