1. Diseño de edificios modulares y flexibles para permitir futuras ampliaciones y lograr una gestión eficiente de los recursos.

2. Aprovechamiento del agua de lluvia y reducción del consumo de agua potable.

3. Incorporación de tecnología basada en la informatización de los procesos.

4. Incremento de la iluminación natural para reducir el estrés que supone la visita y estancia en un hospital.

5. Minimizar los costes de funcionamiento y maximizar su amortización en su vida útil.

6. Uso de pavimentos duraderos y de bajo mantenimiento, de origen pétreo, cerámico o de alto contenido de materiales reciclados y reciclables.

7. Aislamiento térmico y acústico de fachadas y tabiquería, con adecuada reverberación y transmisión acústica entre espacios.

8. Utilización de colores claros en la envolvente del edificio para reflejar la luz solar y proyectar una mayor iluminación hacia el interior del centro.

9. Uso de fachadas ventiladas y ventilación cruzada para garantizar la calidad del aire interior y evitar humedades.

10. Implementación de patios con vegetación en el interior de las infraestructuras para generar un microclima, facilitar la luz natural y la ventilación cruzada.

11. Energía geotérmica.

12. Luminarias de bajo consumo, cuya vida útil y eficiencia es mayor.

13. Aplicación de placas solares y fotovoltaicas para aprovechar la captación solar, siguiendo criterios de ecoeficiencia.

14. Incorporación de cubiertas vegetales de tipo extensivo, que no necesitan mantenimiento ni aportación de agua, y contribuyen a que el edificio se mimetice con el paisaje.

15. Diferenciación de las circulaciones principales del edificio, en función del tipo de usuario, de manera que estén conectadas de forma conveniente.