La caída de la actividad económica, los recortes sanitarios y sociales y los problemas de financiación vuelven a ser responsables de una nueva ralentización en el ritmo de las aperturas de geriátricos y hospitales en nuestro país . En 2012 se pusieron en marcha 65 nuevos centros, un 21,7% menos que los 83 abiertos en 2011 y un 39,8% por debajo de los 108 inaugurados en 2010. En total, se incorporaron 5.612 camas nuevas, lejos de las 8.113 unidades del año anterior.

La iniciativa pública volvió a tirar del carro. Asumió directamente el 53,13% de los 65 centros nuevos, frente al 28,12% que representan los geriátricos y hospitales privados, el 6,25% de las concesiones administrativas y el 12,5% correspondiente a centros promovidos por el Tercer Sector.

En el ámbito geriátrico, salvo excepciones (como Vitalia, Geriatros o Caser, que abrieron sendas residencias), los principales grupos están apostando más por la gestión de centros públicos o privados y abiertos que por nuevos proyectos.

Mientras, en el sector hospitalario, concluidos los proyectos de ampliación y sustitución de grandes hospitales iniciados en tiempos de bonanza económica, durante 2012 sólo se abrieron ocho nuevos hospitales , frente a los 14 de 2010 y, de ellos, cinco son centros especializados en crónicos, confirmando la tendencia a desarrollar el ámbito de atención sociosanitaria.

Frente al parón de centros hospitalarios, destaca el desarrollo de los centros de atención ambulatoria, que siguen proliferando en el país. De hecho, mientras los centros de pernoctación caen, siguen apareciendo nuevos tipos de clínicas sin alojamiento, tanto policlínicas como especializadas en odontología, oftalmología, reproducción asistida, etc. Estas áreas son la principal apuesta de importantes aseguradoras como Sanitas, Asisa, Mapfre y de algunos de los principales grupos hospitalarios.