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Gabriel Heras,director de Proyecto HU-CI:«El coronavirus ha acelerado la humanización, pero de la forma más dramática»

Gabriel Heras,director de Proyecto HU-CI:«El coronavirus ha acelerado la humanización, pero de la forma más dramática»

Alimarket Sanidad y Dependencia: ¿En qué consiste el proyecto HU-CI?

Gabriel Heras: Es un proyecto de investigación inicialmente para la humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), pero ahora de la sanidad en general. Lo que hacemos es transformar la cultura del hospital para centrarlo en las personas. La humanización es un concepto muy etéreo y lo que hace el proyecto es crear un método.

A.S.D.: ¿Cómo surgió la idea y cómo ha evolucionado?

G.H.: Nació en 2014 y lo que hemos hecho ha sido escuchar lo que quiere la gente (profesionales, pacientes y familiares) y concienciar de que el sector sanitario lo que necesita es una transformación hacia un modelo centrado en las personas. Preguntamos a 10.000 personas cómo deberían ser las UCI y de sus opiniones extrajimos las líneas de investigación del proyecto. Nosotros hacemos una investigación científica para demostrar que con eso que quiere la gente se obtienen mejores resultados en general, lo que han demostrado científicamente más de cien artículos publicados. De ahí sacamos el Proyecto de Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, que se publicó en 2016 pero que finalmente no se dotó de recursos económicos. A partir de ahí elaboramos un manual de buenas prácticas para la humanización que si se hubieran implantado hubiera muerto menos gente durante la pandemia o, al menos, hubieran muerto en mejores condiciones. Gracias a este manual, creamos una certificación junto a AENOR para verificar que los centros cumplen las 160 buenas prácticas, acompañándoles durante un año. La primera unidad que ha obtenido la certificación ha sido el Hospital Infanta Elena de Valdemoro (Madrid) en diciembre de 2019, pero está en marcha en otros cinco hospitales (dos en Cataluña, dos en el País Vasco y uno en Galicia) y vamos a empezar en América Latina. En mayo íbamos a celebrar nuestro sexto congreso internacional, en el que íbamos a presentar el manual de buenas prácticas en Urgencias, pero se tuvo que suspender debido a la pandemia. Ya en junio, hemos dado los primeros pasos para crear una fundación de la humanización sanitaria. Además, el libro ‘En primera línea: Un testimonio desde la UCI de la crisis del coronavirus’ ya va por la quinta edición, reflexionando sobre los fallos que ha tenido el sistema en la crisis del coronavirus para que esto no vuelva a ocurrir.

A.S.D.: ¿Qué tipo de personas participan en el proyecto?

G.H.: Participan profesionales sanitarios y no sanitarios, porque si hay que rediseñar el sistema no solo hay que hacerlo desde un punto de vista médico. El grupo de investigación lo forman 26 personas entre médicos, enfermeros, arquitectos, informáticos, ingenieros, pacientes y familiares. Contamos con la experiencia de pacientes y sus familias porque su opinión es fundamental y eso en medicina no lo hace nadie.

A.S.D.: ¿Qué medidas consideran prioritarias para mejorar las UCI? ?

G.H.: Nuestro manual tiene ocho líneas de investigación, dos de las cuales están unificadas, que son la UCI de puertas abiertas y la presencia y participación de los familiares en los cuidados, porque sin una no puede ocurrir la otra. La segunda línea estratégica es mejorar la comunicación del equipo profesional con pacientes y familiares. Para ello creamos el proyecto H-Unidos, una red de voluntarios intrahospitalarios que a través de tablets para personas mayores en riesgo de exclusión ha permitido que la familia asista a la visita médica virtual o que los familiares le envíen por ejemplo una canción al enfermo, como se ha puesto en marcha en el Hospital Virgen de la Victoria (Málaga). De esta forma se pone la tecnología al servicio de las personas. Este tipo de iniciativas pueden ayudar a prepararse para una posible futura pandemia. El tercer punto buscaba el bienestar del paciente a nivel físico, psicológico, ambiental, de autonomía o incluso de descanso nocturno, una medida fácil de implementar que mejora la calidad asistencial. En cuanto a los cuidados a los profesionales, antes de la pandemia el 50% de ellos declaraba que dejaría la profesión; después de la crisis habrá muchos profesionales que dirán para la próxima no contéis conmigo. Están muy bien los aplausos o los premios, pero habría que mejorar las condiciones laborales, contratos, ratios de profesionales, etc., porque cómo te voy a atender bien si yo no estoy bien. Hay que concienciar a la sociedad de que tiene que cuidar a los sanitarios. Respecto al síndrome post-UCI, entre el 30 y el 50% de los pacientes desarrollan secuelas, por lo que ahora va a ser brutal porque los pacientes de Covid-19 han estado muchos días ingresados. El sistema actual no está preparado para atender estas secuelas, se da de alta pero no solo se trata de sobrevivir. En los cuidados al final de la vida, hay que acompañar el control de síntomas físicos con protocolos de humanización y otros de limitación de tratamientos de soporte vital o la cobertura de necesidades y preferencias emocionales y espirituales. Por último, la arquitectura humanizada incluye medidas que hablan de privacidad y confort de familias, pacientes y también de los profesionales, para transformar los hospitales en espacios más amables.

A.S.D.: ¿Cuál ha sido el impacto de la crisis sanitaria en la humanización de las UCI?

G.H.: El coronavirus ha tirado por tierra todo este trabajo y, al mismo tiempo, ha puesto de manifiesto que es esencial. Ha acelerado la humanización, pero de la forma más dramática. Ahora nadie puede poner excusas, pero hay que invertir recursos estructurales y económicos para que el sistema sanitario sea excelente. Estoy muy esperanzado de que con el coronavirus se haya hecho visible a todo el mundo que es el momento de transformar la sanidad a este modelo, pero para eso hay que invertir. Un 70% de las medidas son gratuitas porque dependen de cambios de actitud pero otras requieren inversión (por ejemplo la formación de los profesionales).

A.S.D.: Al margen de España, ¿en qué otros países han dado a conocer el proyecto?

G.H.: El proyecto HU-CI es una referencia a nivel internacional en humanización. Tenemos más de 100.000 seguidores y se está ejecutando lo que nosotros decimos en más de 25 países como España, Italia, Gran Bretaña, Holanda,países de América Latina o Estados Unidos.

A.S.D.: ¿Qué comunidades han avanzado más en la humanización?

G.H.: Madrid y Castilla-La Mancha tienen planes de humanización y una dirección general específica, mientras que Canarias, Baleares, Galicia o Cataluña han hecho tímidas aproximaciones.  



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