El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acompañado por la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco; el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias; y el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, visitaba el pasado 14 de septiembre el estado de las obras de la nueva residencia de mayores de San Juan de Sahagún que se está construyendo en la zona de Puente Ladrillo, en Salamanca capital. “Una obra de gran envergadura, que cuenta con una inversión prevista de más de 20 M€ procedentes de fondos europeos”, explican en la propia web de la Junta de Castilla y León.

Las obras del nuevo geriátrico finalizarán este mes de septiembre y permitirán a Salamanca contar con un nuevo y moderno centro multiservicio de cuidados de larga duración para personas mayores dependientes, que funcionará en su totalidad en unidades de convivencia y adaptado plenamente al nuevo modelo de atención residencial centrado en la persona que impulsa la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.

Ejecución de la obra

Las obras comenzaron a principios de 2020 y, a pesar de los efectos y retrasos conllevados por la pandemia del Covid-19, primero, y por la crisis económica y los problemas de suministro de material, después, “se ha logrado acortar los tiempos de ejecución previstos en un principio en 40 meses -hasta mayo de 2023- y terminar este mes de septiembre, adelantando así ocho meses el fin de obra”, comentan desde la Junta.

La puesta en marcha oficial del geriátrico está prevista para los primeros meses de 2023, teniendo en cuenta los trámites administrativos preceptivos para su funcionamiento como la legalización de las instalaciones, recepción de la obra o licencia de primera ocupación.

Desde el fin de la obra, que está previsto para este mes de septiembre, hasta su ocupación, se llevará a cabo el equipamiento del centro, que incluye la cocina y la lavandería, mobiliario y productos de apoyo con modernas ayudas técnicas.

El nuevo centro se llamará igual que la actual residencia de la localidad, ‘San Juan de Sahagún’ (Ctra. Aldealengua, 95), cuyos servicios sustituirá el geriátrico que se está construyendo. La nueva residencia supondrá la creación de cerca de 200 plazas para personas mayores dependientes, de las que 170 serán en la unidad residencial, distribuidas en 12 unidades de convivencia; y 16 plazas será de estancias diurnas en el nuevo centro de día que funcionará también en una unidad de convivencia. Además, el centro tendrá plazas de convalecencia sociosanitaria.

La nueva residencia contará con los 91 trabajadores que actualmente prestan servicios en la citada residencia ‘San Juan de Sahagún’. Asimismo, su puesta en marcha conllevará un importante incremento de personal, en torno a un 70%, principalmente en la categoría de atención directa. Tanto la gestión del centro como la plantilla de personal tendrá carácter público y lo gestionará directamente la Gerencia de Servicios Sociales. La plantilla de personal estará formada por empleados públicos en su totalidad.

Por otro lado, la nueva residencia de Salamanca contempla ser un centro sostenible y de alta eficiencia energética basado en la reducción de la demanda energética, el empleo de energías renovables y el uso de equipos de alta eficiencia (posee una calificación energética tipo A). El centro contará con los más modernos sistemas de innovación tecnológica: Especialmente relevantes son la implantación de estaciones de telemedicina avanzada y el Sistema de Atención y Comunicación residente-personal sanitario, que agilizará la comunicación a través de distintos dispositivos de aviso o llamada que se instalan en la habitación al alcance de la persona mayor.

Distribución de la nueva residencia

El nuevo centro se ha construido en una parcela de 13.000 m2 y se organiza en una planta baja con un gran vestíbulo, que sirve de espacio de comunicación entre los distintos recintos y espacios comunes (salas de estar, cafetería, salas de visitas, fisioterapia, terapia ocupacional, comedor y peluquería). En la planta baja también se ubican las zonas de servicios (administración, cocina y lavandería- y el centro de día).

Por otra parte, la zona residencial se distribuye en tres plantas, cada una con cuatro unidades de convivencia (capacidad para entre 13 y 16 personas), dotadas con dormitorios dobles e individuales, baño propio y espacios y servicios comunes. A todo ello se suma un sótano para instalaciones.

Se trata de un centro abierto al exterior, en el que está muy presente la vegetación, como demuestra el hecho de que la cubierta de la planta baja sea ajardinada, con acceso desde los espacios comunes de la planta primera y con plantas que constituyen un tapiz vegetal. Tres patios abiertos en la zona de las habitaciones de los residentes comunicarán el centro con el exterior.

Las instalaciones cuentan también con un espacio destinado a aparcamiento, separado del edificio por puertas automáticas y control de acceso, donde se han instalado puntos de recarga para vehículos eléctricos.