Si hace una década los especialistas demandaban un cambio en el paradigma de la atención materno-infantil en nuestro país, en los últimos años se han empezado a aplicar las soluciones planteadas entonces, que pretenden ofrecer el mejor entorno físico y emocional a la mujer, sin descuidar la seguridad, ante la posibilidad de que la situación pueda complicarse. Tal como se detalla en el Informe 2025 de Maternidades y Hospitalización Pediátrica de Alimarket Sanidad y Dependencia, el área de maternidad está dejando de entenderse como un espacio de cuidado de enfermos para convertirse en un área de ayuda al parto, considerado un hecho natural.
La necesidad de humanizar espacios y recursos para el área materno-infantil y de otorgar a la mujer las decisiones, colocándola como el centro de la experiencia del parto, ha sido asimilada tanto en los hospitales públicos, en los que el çambio de modelo está siendo muy profundo, como entre los principales grupos hospitalarios privados, como HM Hospitales, Vithas Sanidad, HLA Hospitales (Asisa), San Juan de Dios, Sanitas Hospitales, Hospiten, el grupo Imed o, en el ámbito infantil, Hospitales Parque (Grupo Caser), que en los últimos años han ido adaptando sus áreas materno-infantiles para generar entornos familiares, a través de nuevos diseños, colores, aprovechamiento de la luz, confort en el sonido, materiales y equipamientos adaptados (cunas, camas ergonómicas, bañeras obstétricas, pelotas, etc.), disposición física y ampliación de los espacios, o nuevas zonas de acompañamiento, que favorezcan la presencia de la familia como partícipe del proceso.Y todo ello sin desmerecer la importancia de la tecnología como forma de asegurar la seguridad y mejor ejecución de los procedimientos. Aunque con algunas excepciones, en líneas generales, las maternidades se encuentran integradas en hospitales generales, pero en espacios separados, sectorizados, en algunos casos en bloques diferentes, que garantizan la intimiedad y a la vez el acceso a los recursos médicos, en caso de complicciones.
Desde el despacho de arquitectura Parra y Muller, precursor de esta filosofía y referente en este tipo de instalaciones en España, se considera que "estamos viviendo una transición apasionante. Tras décadas de parto medicalizado, cada vez más centros están entendiendo que nacer es un acto fisiológico, no quirúrgico. Hay un viraje claro hacia la humanización, impulsado por organismos comprometidos, profesionales valientes y mujeres informadas".
