El mercado de TPV’S ha vuelto a encontrarse, un año más, con un sector de distribución obsesionado por la optimización tanto de metros cuadrados como de costes. Ante este panorama, poco alentador, los fabricantes intentan compensar el lento crecimiento de las aperturas ampliando su portafolio a medianas y pequeñas cadenas que aún trabajan con cajas registradores y/o PC’S, por un lado. Y, por otro, intentan ayudar a los distribuidores a conseguir la referida racionalización tanto de sala de venta como de gastos, con terminales con tamaños más ajustados y mayor número de funcionalidades. Y es que, no debe olvidarse aquí que, gracias a la evolución que estos dispositivos han experimentado en los últimos años hacia la gestión empresarial, hoy en día los retailers pueden conocer cual es el trayecto y el destino final de cada unidad vendida. Hecho que, entre otras cosas, consigue mejorar la gestión de existencias y el stock, además de dar respuestas rápidas a los cambios de preferencias de los consumidores. Teniendo en cuenta que el grueso de la facturación que se genera en una tienda se concentra en un periodo muy corto de tiempo, disponer de un sistema que permita gestionar todas estas ventas de una manera sencilla, fiable y rápida es prácticamente una obligación. Gracias a la automatización de tareas que habitualmente se realizaban de manera manual (como el cuadre de tickets y cajas) se obtiene un gran ahorro de tiempo y, por ende, de dinero, además de dar la opción de ajustar plantillas. Cabría recordar, no obstante, que la realización de unas funciones u otras depende, sobre todo, de cual sea la potencia del software instalado.
En palabras de Jaime Flórez, director de comunicación de NCR Iberia, “un TPV permite un mayor control sobre el negocio, ya que impacta directamente en la cuenta de resultados al tener una mejor visibilidad sobre lo que se está vendiendo, cuando y como, mediante los reportes correspondientes. Además, ayuda y mejora las labores de aprovisionamiento y control de personal”. En esta línea se sitúa José Antonio de las Heras, managing director de Partner Tech Iberia, al subrayar que “este tipo de productos aportan control a una tienda y, en épocas de incertidumbre, el control del coste de la rentabilidad, de la rotación, de los empleados, de todos los procesos de producción, la minimización de personal y adecuación del mismo a tareas que aporten beneficio, es fundamental. Es por ello que la informatización tecnológica de la tienda se hace básicamente imprescindible”. Javier Díaz, de Toshiba Tec, también se muestra de acuerdo con esta teoría al afirmar: “gracias a los TPV’S, el cliente puede controlar todo lo que pasa en su tienda. No se trata sólo de meras cajas registradoras, sino de soluciones profesionales que aportan una cantidad ingente de información cuyo correcto procesamiento es crítico para tomar decisiones adecuadas a las necesidades de cada negocio.”
No obstante, esta búsqueda de vías de crecimiento no han conseguido amortiguar la caída de ventas por el descenso de las aperturas. Según datos recabados por Alimarket, en 2011 el mercado de TPV’S facturó por valor de 167,77 M€ frente a los 186,71 M€ del periodo previo, lo que se traduce en un descenso del 10,4%. Caída provocada, sobre todo, por la rebaja de las ventas de NCR Iberia, que han pasado de 65,56 M a 46,51 M.
Optimización, no sólo de costes
La proliferación de nuevos formatos comerciales, en los que la reorganización de la sala de venta es una de las máximas, reclama la instalación de equipos acordes con esta optimización del espacio, por lo que los modelos “integrados”, más conocidos como “todo en uno”, son los más solicitados. La razón no es otra que su tamaño, más pequeño que el de otros equipos, al integrar en un única base los periféricos más necesarios -pantalla táctil, visor para el cliente e impresora-, además de permitir la incorporación de componentes adicionales. Su sencillez de uso, dado que los TPV’s son cada vez más intuitivos con el fin de que los trabajadores puedan realizar gran cantidad de operaciones, es una segunda ventaja.
Toshiba Tec tiene como buque insignia “todo en uno” el modelo ‘Willpos C10’ que lleva incorporado impresora, visor, lector de tarjetas y wireless, además de dar la opción de enganchar cualquier tipo de dispositivo. Su reducido tamaño permite sustituir una línea de ‘check-out’ tradicional por un pasillo con dos o más puntos de venta en modo “mostrador” con cola única, que, a su vez, rebaja los tiempos de espera y aumenta la productividad (más ticket/hora). En la práctica, conserva el “espíritu” de la caja registradora pero “con las ventajas que solo los TPV’S aportan”. Los modelos ‘WillPos A10/A20’, son táctiles, con un diseño compacto, robusto y con las últimas tecnologías en capacidad de procesamiento, conectividad y eficiencia energética. La gama de modulares ‘WillPos B10/B20’ ofrecen un alto rendimiento con un espacio reducido para su instalación (tanto en horizontal como en vertical). Finalmente, estaría el ‘WillPos M30’, potente sistema con los últimos procesadores del mundo PC.
NCR Iberia cuenta con su conocida línea ‘NCR RealPOS Workstation”, terminales de muy alta calidad diseñadas para ampliar la vida de los sistemas, minimizar los tiempos de inactividad y disminuir el dedicado a formar a los empleados, lo que “mejora la experiencia de los clientes”. Pueden ejercer funciones de kiosko multimedia. Destaca el modelo ‘NCR Real POS 82XRT’, que permite ofrecer avanzadas promociones multimedia en la tienda y que es considerado “el TPV de mayor rendimiento hasta la fecha”. A pesar de lo cual, en nuestro país el producto que más éxito tiene es el ‘NCR RealPOS 70 XRT’, diseñado para los retailers que necesitan la máxima velocidad de respuesta y maximizar el ROI ofreciendo prestaciones muy elevadas y escalabilidad. Además, reduce el TCO gracias a su robustez y a la facilidad de servicio, que aumenta el periodo de ‘Uptime’ y reduce los tiempos y costes de mantenimiento, aparte de poseer una elevada eficiencia energética. Partner Tech Iberia ofrece el modelo ‘PT-6210/12/15’. Táctil, integra pantalla con visor de cliente de 10, 12 y 15 pulgadas, impresora térmica ‘Epson’ y lector de banda magnética de tres pistas. El modelo ‘SP800’ soporta frontalmente líquidos y suciedad y puede completarse con una amplia gama de opciones, además de poderse montar en pared, elegir ángulo de inclinación, etc.
Dejando a un lado la tecnología, en lo referente a la parte física del equipo, los compradores buscan modelos de gran robustez y resistencia (que funcionen correctamente en escenarios adversos); con un buen rendimiento (que pueda estar conectado 24 horas los 365 días del año con toda fiabilidad); un tamaño reducido; bajo consumo energético; y respetuosos con el medio ambiente. En cuanto a la interacción entre software y hardware, es muy importante que éste último esté preparado para albergar las diferentes actualizaciones del primero que se lanzan al mercado de una manera periódica.
Los fabricantes, por su parte, ayudan al ahorro procurando que el coste total de propiedad (TCO, en sus siglas inglesas), sea lo más bajo posible. En este sentido, aconsejan a los compradores que no se guíen únicamente por el precio de compra, sino que, en su decisión final, se tengan en cuenta el conjunto de gastos que ese equipo va a reducir durante su periodo útil de vida (energéticos, de mantenimiento, derivados de posibles roturas, etc) que suele oscilar entre los 10-12 años, según Javier Díaz, de Toshiba Tec. Esta misma fuente comenta que sus productos están pensados para que “ofrezcan un buen rendimiento y su TCO sea menor”. De hecho “en la fase de diseño ya tenemos en cuenta esta circunstancia, es decir, no sólo que incremente las ventas, sino que suponga un ahorro de costes”.
En el futuro se reduce el contacto
De cara al futuro, los fabricantes centran parte de sus esfuerzos en la creación de soluciones “sin contacto” o con la menor necesidad de personal posible, con el fin de agilizar las compras, reducir los tiempos de espera, eliminar colas y facilitar la interacción con el cliente. En palabras de José Antonio de las Heras, “los productos deben tener una mayor relevancia hacia su control, trazabilidad y lectura sin la necesidad de personal que requiere dicha función”.
Si nos centramos en los TPV’S, el futuro pasaría por la generalización de la tecnología “contact-less”, que, como es sabido, permite el pago por proximidad (NFC), la lectura de códigos 2D en móviles o la identificación del cajero por biometría. Actualmente, y a pesar de que esta tecnología está incorporada al grueso de las terminales que se venden, su uso es prácticamente residual debido a un problema de estándares. Sin embargo, existe otra serie de soluciones donde el cliente interactúa directamente con el pago sin la necesidad de personal a tal efecto, como los sistemas ‘self-chekout’ -ya instalados en grandes cadenas como Alcampo, Carrefour, etc- u otras menos populares, a saber, kioskos de información multimedia y cajas de gestión de efectivo.
NCR Iberia estrenaba versiones de sus cajas de autopago: ‘NCR SefServ Checkout Mini”, que, según la compañía, supone la primera solución autopago de tamaño reducido del sector; y el ‘NCR SelfServ Checkout Convertible’, que cambia fácilmente entre los modos de servicio asistido y autoservicio, adaptándose al modelo de funcionamiento del retailer y el tráfico de clientes. Los estrenos se completan con ‘NCR SelfServ Return’ para la auto-devolución de productos y ‘NCR SelServ Order&Pay’, destinado a delicatessen y departamentos de alimentación no especializados.
Por su parte, Toshiba Tec lanzaba al mercado su nueva gama de kioskos autoservicios, basados en su tecnología para TPV’S. Según la empresa, ofrecen una solución rentable para los procesos de información y venta desasistida y cuenta con numerosas aplicaciones (punto de información, autoservicio, etc.). Un ejemplo de su uso en un supermercado sería su instalación en secciones como pescadería o carnicería para evitar las esperas, de tal modo que el usuario realiza su pedido en un kiosko de autoservicio y, mientras lleva a cabo el resto de su visita al establecimiento, un operador le prepara el pedido, que luego será abonado en caja. También ha puesto en el mercado su solución para la gestión de efectivo ‘cashlogy’, dispositivo que automatiza todos los procesos de la gestión del dinero, sin necesidad de manipulación por parte del personal no autorizado. Entre otras ventajas, elimina el descuadre de caja y el fraude en monedas y billetes e incrementa la productividad (no se necesita contar el efectivo al comienzo y al final del día). Puede integrarse en un TPV o funcionar de manera independiente.
Inside and Technology ha lanzado el modelo de gestión de efectivo ‘Cashkeeper-Ck 900’, con todas las ventajas comentadas anteriormente y referidas al manejo de efectivo. En su línea de TPV’S han estrenado la serie ‘Concord 602’. Wincor Nixdorf declara que “la optimización de los procesos de efectivo es un objetivo claro”. Así, sus sistemas pueden reducir los costes de manejo del efectivo en un 50%. Su portafolio incluye también sistemas que permiten a los usuarios escanear los productos ellos mismos en un túnel de escaneado. Para tiendas pequeñas, ofrece una TPV de autoservicio, de sencillo uso con una huella de carbono muy pequeña.