La caída del consumo en Horeca y la falta de turistas que trajo la pandemia no pudo ser compensada, en el mercado de carne de pollo, por las compras en el hogar. Ello enfrentó al sector avícola a una de las mayores crisis de sobreoferta de su historia, con una drástica bajada de precios y los frigoríficos llenos de mercancía congelada de difícil salida. Según avanzó 2020, las empresas fueron reduciendo producción, al tiempo que se recuperaba tímidamente el canal Horeca. Ello ha llevado a afrontar 2021 con cierto optimismo, siempre que se recupere un poco la hostelería y con ello las ventas y unas tarifas más normalizadas. Sin embargo, el fuerte incremento del precio de las materias primas ha vuelto a encender todas las alarmas. En este escenario, las empresas del sector, con Vall Companys a la cabeza, quieren contraatacar incidiendo en las alianzas, los productos de valor añadido, la apertura de nuevos mercados y las inversiones en bienestar animal, sostenibilidad y digitalización, con los fondos ‘Next Generation’ en el horizonte.
En marzo de 2020, el sector avícola (carne de pollo) volvía a sonreír. Tras dos años de sobreoferta, la producción se equilibraba con el consumo y los precios de salida del matadero volvían a ser rentables. Pero la llegada de la pandemia lo trastocó todo. En las últimas semanas de marzo y las primeras de abril se aceleraron las compras en el hogar (incluso por encima del 25%), especialmente en retail, cubriendo la pérdida del canal Horeca, que tradicionalmente suponía en torno a un cuarto del mercado avícola. Sin embargo, a partir de mediados de abril, las ventas en retail se normalizaron, mientras que la restauración seguía cerrada y las exportaciones encontraban numerosas trabas, al tiempo que llegaban importaciones de otros países a precios muy inferiores al pollo nacional. Ante esta situación, el sector se vio forzado a congelar buena parte de la oferta y veía cómo los precios a la salida del matadero caían en picado, hasta llegar a los 1,26 €/kg, el mínimo de los últimos ocho años. Con el verano, la situación se fue normalizando, gracias a la tímida apertura del Horeca y a un nuevo reajuste de la producción avícola, llegando a principios de 2021 con un cierto optimismo.
Cuotas de mercado de carne de pollo por volumen de sacrificio

Con este recorrido, la producción de pollo en vivo en 2020 se situó en 598,44 M de animales -según la interprofesional Avianza (nuevo nombre de Propollo)-, con un descenso del 5%. De estos pollos, 580,48 M fueron sacrificados (1,10 Mt/canal), lo que supuso una caída del 4,4%. Estas cifras son las más bajas desde 2013, en lo peor de la crisis económica. Igualmente, las exportaciones cayeron un 12%, hasta las 157.878 t, y las importaciones un 9%, hasta las 87.369 t. Si sumamos la producción y las importaciones y restamos las exportaciones, se deduce que hubo una oferta interna de 1,03 Mt, a repartir entre el consumo en el hogar, las ventas a otras industrias alimentarias (elaborados cárnicos y platos preparados, entre otras) y, tímidamente, el canal Horeca. Este volumen es el más bajo en los últimos años y, además, parte de esta oferta podría estar aún en los frigoríficos congeladores a la espera de ser comercializada.
El consumo en el hogar retiene parte del crecimiento
No obstante, según las fuentes consultadas, el consumo en el hogar consolidó su crecimiento durante todo el 2020, aunque no tan explosivo como al principio. Así, con volúmenes superiores a las 600.000 t y un avance medio de más del 10%, los hogares absorbieron el 60% de la oferta de carne de pollo. En el caso del Panel de Consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), registró unas compras en el hogar de 625.556 t, entre diciembre de 2019 y noviembre de 2020. Este volumen fue valorado en 2.738,72 M€. En ambos casos, el aumento fue cercano al 10% y la revalorización fue de un 1%, con un precio medio de 4,38 €/kg. Por categorías, todas ellas crecieron, aunque el pollo entero -el más barato (3,2 €/kg) y que además bajó de precio- fue el que tuvo más tirón (+11%), seguido de la venta por piezas -el formato más versátil-, que incrementó su demanda casi un 10%. Por último, las ventas de filetes de pollo -el más caro, con una media de 6,3 €/kg- aumentaron un 5,7%.
Mientras, la consultora Kantar -que basa igualmente sus estudios en encuestas de consumo en el hogar- auditó un volumen de 605.853 t y un valor de 2.656 M€ en el TAM (periodo anual móvil) del cuarto trimestre de 2020. Estas cifras suponen un incremento del 11,9% y el 12,9%, respectivamente, frente al mismo periodo de 2019. Además de la evolución del consumo, Kantar mide otras variables interesantes, como la penetración de la carne de pollo en el hogar, el gasto medio o la frecuencia de compra. En este año, cabe destacar la variación de la penetración (+0,4%), lo que parecía casi imposible, pues en 2019 ya el 98% de los hogares consumía carne de pollo. Igualmente, es significativo el avance de la frecuencia de compra (+4,8%), con más de 24 días al año en los que se han adquirido estos productos.
En lo que se refiere al volumen de elaborados y precocinados frescos, ni el Ministerio ni Kantar cuentan con datos específicos de esta categoría, aunque según otras fuentes pudo mantenerse al alza. Así, según los datos aportados por las empresas a Alimarket, el volumen de estos productos (tanto de pollo como de pavo) pudo superar las 74.000 t, con un incremento del 12%. En la misma línea, la consultora Nielsen otorga a esta categoría (albóndigas, empanados, picadas y hamburguesas) un valor superior a 820 M€ (en un año móvil hasta marzo de 2021) e igualmente muestra importantes aumentos, incluso por encima del 20% en el caso de las hamburguesas.
Se abren nuevas incógnitas
El favorable comportamiento del consumo doméstico, junto al reajuste de la producción, sumado a la esperanza en la recuperación del canal Horeca y en especial el regreso del turismo (algunos auguran incluso una vuelta de hasta el 60% de la normalidad a finalizar el año) han aupado los precios de los canales a la salida del matadero y a mediados de marzo se marcaba ya un máximo de 1,73 €/kg, casi al nivel de hace un año.
No obstante, varias son las dudas que se abaten de nuevo sobre el sector. La más importante es el imparable aumento del precio de las materias primas, desde finales de 2020. En el caso de los cereales (especialmente la soja y el maíz) este incremento llega al 40%, aunque también es importante el alza de las tarifas de materiales auxiliares, como el plástico y el cartón, e, incluso, el combustible. De mantenerse esta situación, en breve las industrias procesadoras de pollo se verían de nuevo en dificultades financieras, tras un año en que casi todas han perdido dinero. Igualmente, se teme que, tras el fin de los ERTE, se produzca una ola de despidos y la cara más dura de la crisis vuelva a contraer el consumo y, sobre todo, se tienda a las gamas más básicas. Por último, tampoco se está exento de que la pandemia se alargue más de lo esperado y el turismo vuelva a ser casi inexistente este 2021. Todo ello, podría llevar a nuevas empresas a su desaparición, como ya ocurrió en 2020 con Industria Alimentaria Crusvi y la sala de despiece madrileña Abadán Meats.
Vall extiende su área de cobertura con una nueva alianza
En este contexto, las principales empresas del sector están reforzándose con nuevas compras y alianzas, con el objetivo de ganar posiciones, minorar costes y explorar nuevas posibiliades. En el caso de Vall Companys, que por segundo año consecutivo se sitúa líder del mercado y ha sido uno de los pocos operadores que logró crecer, llegaba a un acuerdo con la cordobesa Inasur para entrar en su accionariado, tomando el 40% de su capital, mientras que la familia Alameda Granero retenía el 60%. Inasur cuenta con unas modernas instalaciones de procesado -inauguradas en 2017- en la localidad cordobesa de Pedro Abad, además de oficinas comerciales en Jerez de la Frontera (Cádiz), fábrica de piensos en Úbeda (Jaén) y una planta de incubación en La Selva del Camp (Tarragona). Con ello, la cordobesa suma una producción de 16 M de pollos y, en 2019, obtuvo 36.000 t en canal, lo que la convierte en una de las quince primeras empresas del sector y la segunda de Andalucía, tras Aviserrano.
De este modo, Vall Companys ha encontrado un importante aliado para extender su presencia industrial y comercial en la zona sur de España, en donde hasta la fecha no contaba con ninguna instalación avícola y que abordaba comercialmente desde la empresa de porcino Frimancha, con sede en Valdepeñas (Ciudad Real), así como a través de acuerdos comerciales con diferentes operadores de distribución. Con ello, Vall pasa a controlar directamente prácticamente todo el territorio nacional, pues ya estaba presente en Galicia (Avigal), Lleida, Girona y Barcelona (Avidel, Torrent y Avicosan) y Valencia (Dolz). Además, cuenta con plataformas logísticas en Valencia (Disporave) y Madrid (Rubiato Paredes). En este sentido, desde 2021 sumará también una nueva plataforma logística en Mataró (Barcelona), junto a las instalaciones de Torrent i Fills. En principio, solo prestará servicio a esta empresa, que ha incrementado sustancialmente su presencia en la distribución organizada.
Evolución de los precios del pollo a la salida de matadero(€/kg)

El acuerdo entre Vall e Inasur se daba a conocer en agosto, tan solo tres meses después de la alianza entre Grupo Empresarial Costa y Aviserrano. Esta se articuló mediante la compra del 50% de Aviserrano (Avinatur, Paviso y Joviserrano, entre otras), por parte de Costa y supuso el desembarco del grupo aragonés en el sector avícola. Casi un año después, Costa ha reforzado su posición con la compra de Roler España, fabricante de elaborados cárnicos de porcino, vacuno, pollo y pavo, que cuenta con una importante presencia en la distribución organizada. La operación podría servir de acicate a Aviserrano, tanto para desarrollar su catálogo de IV gama, como para entrar en nuevas cadenas y salir al exterior, ya que Roler trabaja para algunos retailers en Portugal, Austria y Alemania.
En este sentido, la avícola andaluza, que hasta la entrada de Costa trabajaba mayoritariamente para Mercadona, ha ampliado su cartera de clientes en retail estando presente en Ahorramás, Aldi, Supersol, Supermercados Piedra, Cash Lepe y Hermanos Martín, entre otros. Además, ha introducido la nueva marca ‘Naturavia’ en El Corte Inglés, para carne de pollo. Mientras, sigue trabajando para la cadena valenciana con la marca ‘Jovi’ de elaborados de pollo y pavo y le sigue suministrando despieces en varias zonas de España.
Por su parte, la navarra Uvesa está pendiente de oficializar la compra de las instalaciones de Cobur en Burgos, operación para la que se llegó a un acuerdo a principios de año dentro del proceso de liquidación de la cooperativa burgalesa. Una vez se concrete la adquisición, Uvesa tendrá acceso inmediato a la fábrica de piensos, que sigue en funcionamiento y donde podrá instalar un tercer turno de trabajo. A corto plazo, también podría poner en marcha el almacén frigorífico y la sala de incubación de pollitos (con capacidad para 7 M de unidades). Sin embargo, aún está por ver si se reactivará el matadero y sala de despiece, que fue cerrado por última vez a finales de 2018, tras finalizar el acuerdo de alquiler con Randstad. Igualmente, podría utilizar el secadero de jamones, aunque lleva más de una década inactivo. En este campo, Uvesa ha tomado una participación del 20% en la compañía de ibérico cordobesa Belloterra Delicatessen, con el objetivo de apoyar la producción de cerdo ibérico de Belloterra en el Valle de los Pedroches y desarrollar en conjunto elaborados de cerdo ibérico y productos curados de ave, estos últimos con la marca ‘Alpico’.
Asimismo, Coren también quiere incrementar su área de influencia con la compra del 50% de la sala de despiece y distribuidora madrileña Distribuciones Avícolas Arranz, con sede en Paracuellos del Jarama. De este modo, la gallega pasa a tener una estructura productiva en Madrid (una sala de despiece, envasado y expedición de 8.000 m² en planta y con dos alturas), además de reforzar su fuerza de ventas en la zona centro -hasta ahora apoyada en la mayorista del grupo Galsa-, gracias al reconocimiento que tiene Arranz, especialmente en el canal tradicional. Por contra, la granadina Grupo Arenas daba por finalizada su alianza con Guadavi -que solicitó su liquidación a finales de 2019- recuperando la plena gestión del matadero de Santa Fé y renunciando a la compra de la sala de despiece y planta de elaborados de Guadavi en Córdoba.
Sada vuelve a Mercadona
Frente a esta política de alianzas de sus competidores directos, Sada ha ahondado en su profunda transformación, dando forma a su nueva configuración societaria, comercial y logística, una vez ajustada -se espera que por última vez- su estructura fabril. Así, en el verano unificaba toda su red de filiales en solo dos empresas: Grupo Sada P.A. -para la Península e internacional- y Grupo Sada Canarias, para estas islas. Además, ha reforzado su equipo comercial con un responsable de distribución moderna, foodservice, industria y exportación y un nuevo director comercial nacional que dirige las distintas delegaciones para el canal tradicional. Y ha nombrado un nuevo responsable para el área de calidad e innovación. Por último, el grupo Nutreco -donde se integra Sada- ha creado la figura del Supply Chain Manager con el objetivo de mejorar y modernizar las estructuras industriales/logísticas, así como desarrollar sinergias entre las diferentes empresas del grupo: Sada, Nanta e Inga Food.
Exportaciones de carne de pollo por países de destino (t)

Pero quizás el paso más decisivo en esta nueva etapa, al menos en términos de confianza, sea la vuelta a Mercadona en la Península, para quien Sada ha comenzado a trabajar en algunos centros del norte de España. Aunque es cierto que no se rompió nunca del todo con la cadena valenciana -ha seguido suministrándole pollo en Canarias-, el fin del contrato como interproveedor en 2013 supuso el inicio de la profunda reestructuración del grupo Sada, que ahora espera haber dejado atrás. No obstante, en esta nueva etapa, la relación con Mercadona es más abierta, siendo un cliente más de la numerosa cartera de cadenas con las que trabaja: El Corte Inglés, Ahorramas, Gadisa, Alimerka, Supeco, Dia, Family Cash, Aldi y Lidl, entre otras. Además, hay que sumar su fuerte implantación como proveedora para las principales cadenas de restauración organizada y su presencia en el exterior.
Se mantiene el ritmo inversor
Con esta perspectiva, Sada ha diseñado un programa de inversiones hasta 2023, dotado con 15 M€ y destinado a una profunda modernización de sus instalaciones (4 plantas de procesado y una fábrica de elaborados), con actuaciones en nuevas tecnologías de procesamiento, visión por rayos X, mejora en los rendimientos, envasado y mejoras en bienestar animal.
Importaciones de carne de pollo por países de origen (t)

Mientras, Aviserrano ya ha comenzado con su ambicioso plan inversor, en el que gastará 50 M€ hasta 2025. Así, ya se están ampliando y mejorando todas las plantas del grupo (ubicadas en Purullena -Granada-, El Viso del Alcor -Sevilla- y Lliria -Valencia-), al tiempo que este año comenzarán las obras de construcción de dos nuevas incubadoras de pollo y pavo y una nueva fábrica de piensos. Además, todo el plan se basa en el uso de energías renovables y la optimización de procesos productivos mediante la digitalización. Por su parte, la leonesa Oblanca, que está dando las últimas pinceladas a su plataforma logística de frío, ha definido el proyecto de ampliación de su planta de procesado de Onzonilla. Con un presupuesto de 12 M€, que se desembolsarán hasta 2023, el planteamiento es optimizar el espacio actual (cuenta con una parcela de 25.000 m² en total), remodelando la zona de procesado para tener más superficie e incorporando nueva maquinaria avanzada, con el objetivo de incrementar su capacidad productiva en un 50%. En 2020, la leonesa obtuvo un sacrificio de 29.700 t/canal, algo superior al de 2019.
Igualmente, Avícola de Íscar (Grupo Hidalgo) mantiene su política inversora -más de 5 M€ en los últimos dos años- y está completando un plan de mejoras en cámaras y envasado por valor de 2,5 M€. Avimosa destinará 0,7 M€ a eficiencia energética en el matadero, a la espera de poder abordar de una vez por todas la ampliación de su planta en Moraleja de Enmedio (Madrid). Y Alimentbarna ha presupuestado otros 350.000 € para seguir mejorando sus líneas de procesado y despiece, equipos de frío y transporte, tras haber invertido 850.000 € en 2020 al mismo fin. Mientras, Pujante ha completado con la puesta en marcha de una nueva depuradora un presupuesto de 6 M€, iniciado en 2019 y que ha implicado, entre otras mejoras, renovar toda la maquinaria de su línea de producción, desde la llegada de las aves al matadero hasta su envasado y preparación para la expedición. Asimismo, Calatayud e Hijos está finalizando su último proyecto, hasta la fecha, donde incide en el ahorro energético -con paneles solares- y de agua, al tiempo en que ha incrementado el ritmo de producción en un 25%. Todo ello, con un desembolso de 2,5 M€.
Más elaborados y más sanos
En el caso de Vall Companys, el grupo está apostando finalmente por los elaborados y precocinados de pollo, categoría donde se había quedado un poco rezagado. Para ello, invirtió 5 M€ en 2020 en su planta de elaborados frescos de Guadalajara, con el objetivo de incluir nuevas líneas de marinados avícolas (pollo, pavo y conejo). La nueva inversión se suma a los 2 M€ desembolsados en 2019 para la incorporación de líneas de empanados horneables y asados. Todo ello, bajo la marca ‘Bonchef’. Con el lanzamiento inicial de cuatro líneas de pollo, cuatro de pavo y dos de conejo, Vall aspira a alcanzar en el corto plazo una producción de 5.000 t, un objetivo bastante ambicioso, dado que el grupo lleva años sin lograr sobrepasar las 2.000 t. Para ello, ya ha realizado su primer lanzamiento: la gama ‘Chicken Box, de Saborea’, un bucket con pollo empanado al estilo americano, que se prepara rápidamente en el horno y cuyo concepto es replicar en casa los típicos cubos de pollo crujiente de los restaurantes americanos.
En la misma línea, Aviserrano ha lanzado una hamburguesa ‘Crunchy Chicken’, igualmente basada en los restaurantes temáticos, aunque sin gluten, ni lactosa, dentro de la política ‘Clean Label’ que está aplicando a sus productos. Para este proyecto, que consiste en reemplazar los ingredientes artificiales por otros naturales, reducir el número de estos y utilizar un envasado y etiquetado respetuoso con el medioambiente, Aviserrano está invirtiendo unos 500.000 € en I+D. Además, la nueva hamburguesa aparece bajo la marca propia ‘Aviserrano’ -más allá del catálogo de ‘Pinchos Jovi’-, que está potenciando en esta nueva etapa bajo la alianza con Costa y cuya estrategia innovadora pasa por consolidar su línea de pavo y la ampliación de su gama de hamburguesas, con referencias más gourmet y cada vez más saludables.
Con ello, Aviserrano aspira a volver a liderar la categoría, donde mantiene una dura competencia con ‘Aldelís’ y el grupo Fuertes (‘Procavi’ y ‘ElPozo Alimentación’). En el caso de ‘Aldelís’, filial del grupo Padesa, ha desembarcado en el nicho “plant based” con dos referencias de hamburguesas de base vegetal: una “al toque de barbacoa” y la segunda aderezada con espinacas, queso, piñones y pasas, siendo pionera en el sector avícola en apostar por este tipo de productos vegetarianos. Además, hay que recordar que en 2019 entró en el proyecto Biotech Foods, empresa vasca enfocada en la producción de materia prima cárnica cultivada, para la elaboración de procesados cárnicos tipo hamburguesas, salchichas, nuggets o albóndigas. Por su parte, el grupo Fuertes ha compensado este año el descenso de ventas de elaborados de pavo de Procavi, con un fuerte impulso de los filetes ‘extratiernos’ y demás elaborados frescos de ElPozo. No obstante, Procavi, que considera la caída de ventas como coyuntural, sigue apostando por esta categoría y ha lanzado unas albóndigas de pavo -una novedad en el sector-, además de ampliar la gama de medallones marinados (a las finas hierbas y al curry).
Mientras, Uvesa acaba de presentar los primeros embutidos de pollo, bajo la marca ‘Alpico’, fruto del mencionado acuerdo con Belloterra. De este modo, Uvesa sigue la senda abierta por Oblanca, que cuenta en su catálogo con varias referencias de embutidos curados (chorizo y salchichón) con ‘Garlaiz’. Además, con el objetivo de revitalizar su catálogo de elaborados frescos, ha creado la marca ‘Nutripollo’, bajo la cual, a lo largo de 2021, irá renombrando su amplio catálogo de elaborados y precocinados -unas 50 referencias- que antes comercializaba con ‘Pollo Parrillero’. Además, prepara una serie de novedades, como flamenquines, medallones y pechuga de pollo fileteada sabor BBQ, hamburguesa “crispy” o albóndigas. Con ello, “se trata de dar respuesta a los nuevos hábitos de consumo de un público que cada vez se decanta más por los productos fáciles de preparar en casa y elaborados a base de materias primas más saludables y ligeras”, declaran desde la compañía.
Asimismo, Calatayud e Hijos, una de las empresas que más apuesta por la categoría, seguirá ampliando su gama de elaborados, con nuevas referencias como pollo criollo, choripollo, alitas adobadas y nuevas variedades de hamburguesas de hortalizas, al tiempo que incorporará sus primeros elaborados de pavo. Avimosa quiere potenciar estos productos, aún minoritarios en su catálogo, especialmente con nuevos empandados, como los fingers. Y Gaià ha lanzado nuggets y una hamburguesa “crispy”, una de las referencias estrellas de este año.
Hacia una exportación de calidad
Otra de las vías de crecimiento viable que está explorando el sector es la apertura de nuevos mercados, con el objetivo de lograr un incremento sostenido de las exportaciones y, sobre todo, a mejores precios. Desde siempre, el mercado exterior ha fluctuado en función de la demanda interna, como válvula de escape en los periodos de sobreproducción, y según los contextos de los grandes productores mundiales, como Brasil o Polonia. Por ello, en la mayoría de los casos, se trataba de ventas a precios inferiores al mercado nacional y de mercancía congelada, de menor valor.
Ahora, la estrategia del sector, con el apoyo del Icex y trabajando con instituciones europeas y extracomunitarias, es crear nuevos mercados poniendo en el foco en los productos prémium, como las especies autóctonas, el pollo de crecimiento lento y los elaborados, todo ello avalado con un sello de calidad aún por crear. En esta línea, ya se están explorando nuevos países como Emiratos Árabes, Filipinas, Japón, China o México, entre otros, en los que empresas como Sada se han mostrado interesadas. Todo ello, sin abandonar destinos tradicionales como Sudáfrica y los países de nuestro entorno, donde han probado suerte este año compañías como Hidalgo, Alimentabarna -con una presencia significativa en Francia-, Uvesa, Nutrave o Calatayud e Hijos, entre otras.
No obstante, situaciones como el Brexit o los brotes de gripe aviar podrían condicionar estos movimientos en el corto-medio plazo. En el caso del Brexit, las compañías afectadas no han notado de momento ningún cambio, más allá del incremento del “papeleo aduanero”. Mientras, la gripe aviar ha provocado que, en algunos momentos del año, hayan llegado a España partidas de pollo -y sobre todo de pavo- a muy bajo precio, que no podían exportarse a países extracomunitarios. Sin embargo, a medio plazo, la reducción de cabañas en los países afectados podría suponer una ventaja para las exportaciones españolas.
A la búsqueda del apoyo de los fondos europeos
El anuncio de la mayor aportación de la historia de fondos europeos -más de 70.000 M€ en los próximos tres años-, para la recuperación económica tras la pandemia, conocidos con Fondos Next Generation, ha despertado también interés en el sector avícola. Así, varias empresas -como Vall, Sada, Costa Food o, incluso, Calatayud e Hijos- han entrado a participar ya en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte), donde más de una veintena de industrias del macrosector cárnico -donde se inserta las procesadoras de pollo- han presentado sus planes para acelerar su transformación necesaria. La inversión global que sus impulsores han estimado inicialmente es de 3.500 M€, de los cuales se solicita un reparto a partes iguales entre la financiación pública y la privada. Las actuaciones irán dirigidas a tres áreas: la digitalización de la producción (robotización, automatización, sensorización de plantas y gestión de datos, con la ayuda del blockchain); la sostenibilidad y bienestar animal (economía circular, incorporación de renovables, eficiencia en el uso de agua y valorización de residuos y subproductos); y la búsqueda de la paridad entre empleo femenino y masculino en el conjunto del sector, así como el desarrollo rural, para combatir la despoblación.
Muchas de las empresas del sector llevan tiempo trabajando en estas áreas. Algunos ejemplos serían el grupo Hidalgo, que desde 2014 utiliza solo biogás en sus procesos, elaborado a partir de los lodos de su depuradora. O el ya mencionado de Calatayud e Hijos de incorporar paneles solares en sus instalaciones centrales. Igualmente, Uvesa acaba de instalar estos equipos en su incubadora de Tudela, lo que le permitirá reducir un 24% el consumo energético de dicha planta. Mientras, ‘Aldelis’ lleva varios años desarrollando un ambicioso programa de blockchain, que está teniendo una notable implicación en su logística, permitiendo una completa sincronización de los procesos de la cadena de suministro con la demanda, contribuyendo así a la toma de decisiones de forma ágil y con visibilidad global.
Por su parte, el grupo VMR culminará su proyecto Ibergallus en junio de 2021, con la puesta en marcha del último de los 6 núcleos propios de gallinas reproductoras. De este modo, ha cerrado el ciclo de vida del pollo al incorporar la incubación (centro en Cáceres), la cría y la reproducción (núcleos en Toledo) a su actividad de engorde (granjas propias e integradas) y procesado en sus plantas de Cáceres (sacrificio) y despiece y congelados (San Fernando de Henares). En este proyecto de Ibergallus se han utilizado las tecnologías más avanzadas para la mejora en la salud y calidad de los pollitos. Esto ha contribuido al logro del Certificado Welfair de Bienestar Animal a principios del año 2021. Igual sello ha obtenido Procavi, que en su caso certifica el bienestar animal en todo el ciclo de vida de la carne de pavo.








